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Surgen nuevas divergencias con cambio de planes de los bancos centrales

Surgen nuevas divergencias con cambio de planes de los bancos centrales

Lo que subyace en el cambio es la turbulencia de los mercados de acciones y bonos producto de la incertidumbre respecto del rumbo de la economía china, en momentos en que la declinación de los precios de las materias primas se suma a las presiones desinflacionarias que afectan a todas las economías clave.


La divergencia entre los bancos centrales del mundo, que se suponía iba a impulsar los mercados financieros en 2016, duró apenas un mes.

Al comenzar el año, los inversores evaluaban dos posibles caminos planteados, por un lado, por el endurecimiento monetario de la Reserva Federal de los Estados Unidos y, en última instancia, el Banco de Inglaterra, y por el otro por la flexibilización del Banco de Japón y el Banco Central Europeo.

Ahora, los inversores repiensan esa división en momentos en que las economías estadounidense y británica sucumben a los indicios de un agravamiento de la desaceleración global, lo cual, a su vez, lleva a sus bancos centrales a repensar las perspectivas de las tasas de interés. Toda división será ahora producto de cuándo avancen las autoridades japonesas y la zona del euro con una política de mayor flexibilidad.

La reevaluación luego de un inicio volátil del año sugiere una economía mundial a la que aún le hace falta una política monetaria flexible y sincrónica para escapar a las amenazas de la baja inflación y la desaceleración de la demanda china. También implica una revisión de las negociaciones que dieron impulso al dólar estadounidense.

Presiones desinflacionarias

Lo que subyace en el cambio es la turbulencia de los mercados de acciones y bonos producto de la incertidumbre respecto del rumbo de la economía china, en momentos en que la declinación de los precios de las materias primas se suma a las presiones desinflacionarias que afectan a todas las economías clave. La Fed dijo la semana pasada que llevaba a cabo un “estrecho monitoreo de la situación económica y financiera global”, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, se sumó el jueves al coro al lamentar que un “mundo implacable” afecte sus pronósticos sobre la inflación.

“Algo tiene que ceder”, dijo Michael Gapen, economista jefe para los Estados Unidos de Barclays Plc en Nueva York. “No puede haber durante mucho tiempo una combinación de elementos fundamentales estables pero no espectaculares y mercados volátiles”.

En los Estados Unidos, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y sus colegas del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por la sigla en inglés) votaron en diciembre a favor de subir la tasa de fondos federales de referencia por primera vez desde 2006, encabezando así la salida de un período sin precedentes de bajas tasas de interés y estímulo no convencional en todo el mundo.

Los mercados han cambiado de posición desde entonces y han rechazado la sugerencia de diciembre de la Fed de cuatro aumentos de tasas este año, lo cual ha llevado al dólar a su peor semana desde 2009.

En cuanto al Banco de Inglaterra, un índice de Morgan Stanley basado en precios del mercado sugiere que no habrá aumentos de tasas durante 30 meses. Société Générale SA dijo ayer que ya no pronostica incremento alguno de la referencia de 0,5 por ciento en el actual ciclo de crecimiento, mientras que antes pronosticaba que Carney subiría la tasa a 2,5 por ciento.

“Supongamos que la Fed y el Banco de Inglaterra no hagan nada. De todos modos, el Banco de Japón está ahora en territorio negativo y el BCE podría adentrarse aun más en territorio negativo”, dijo Nariman Behravesh, economista jefe de IHS Inc. en Lexington, Massachusetts. “Hay una mayor divergencia, pero no del tipo que pensábamos que iba a haber”.

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