Pocos países necesitan que el alza del petróleo se prolongue más que Venezuela, donde se espera que la economía se contraiga 8 por ciento este año y donde una falta de petrodólares ha ocasionado faltantes de bienes de consumo en las tiendas.
El país latinoamericano que cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo depende de los envíos de crudo para el 95 por ciento de sus ingresos por exportaciones. Este año caerá en impago salvo que el precio del petróleo se dispare o que reciba un rescate financiero, dijo Thomas Olney, analista de la consultora FGE en Londres. Los operadores de permutas de riesgo crediticio han puesto las probabilidades de un impago hasta junio del año próximo en 67 por ciento, según datos compilados por Bloomberg.
Luego del colapso de las conversaciones para congelar la producción de crudo en Qatar este mes, el ministro de Petróleo y Minería de Venezuela, Eulogio del Pino, advirtió que el crudo podría volver a los mínimos de 12 años que alcanzó a comienzos de este año porque la oferta sigue excediendo la demanda. Aun con el rebote iniciado en febrero, los precios siguen estando 60 por ciento por debajo de su máximo de 2014. Esto es paralizante para un país que enfrenta deudas en alza, una inflación de tres dígitos y una constante escasez de bienes básicos.
“Venezuela tiene enormes problemas financieros con los precios a estos niveles”, dijo por teléfono Robert Campbell, analista de la consultora Energy Aspects Ltd. en Nueva York.
Venezuela necesita un precio más alto para equilibrar su presupuesto en mayor medida que casi cualquier otro miembro de la OPEP. RBC Capital Markets estima una cifra de US$121,06 el barril para este año. Solo Libia, que no asistió a las últimas conversaciones, necesitaba más, según el Fondo Monetario Internacional.
El fracaso de la reunión de Qatar fue un revés para Del Pino. Al parecer, la campaña de presiones en que se embarcó antes del encuentro había dado buen resultado cuando los dos mayores productores de crudo del mundo, Arabia Saudita y Rusia, acordaron en forma tentativa en febrero congelar la producción a los niveles de enero. Pero en una reunión del 17 de abril en Doha, Qatar, la negativa de los sauditas de concretar formalmente un acuerdo rechazado por Irán superó los esfuerzos de Del Pino.
Los precios del crudo se hundieron hasta 7 por ciento al día siguiente porque las perspectivas de equilibrar el mercado se disiparon. Las especulaciones de que se alcanzaría un consenso habían impulsado los precios más de 30 por ciento desde mediados de febrero.
El fracaso del plan ahora ejerce más presión sobre Venezuela y la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA, que debe hacer pagos de bonos por cerca de US$14.000 millones en los próximos 12 meses. Cualquier esperanza de elevar la producción para maximizar el ingreso probablemente se vea frustrada porque el racionamiento de electricidad reduce la producción y la refinación.
