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IPoM de septiembre: crecimiento más débil y consolidación de la convergencia inflacionaria Opinión

IPoM de septiembre: crecimiento más débil y consolidación de la convergencia inflacionaria

«La minuta de la reunión de política monetaria de agosto planteó que las proyecciones del Banco Central son algo mayores a las del mercado. Como estas últimas se ubican en torno a 2% para 2017, es razonable esperar un ajuste a la baja en el rango de crecimiento para el próximo año –actualmente centrado en 2,5%– de al menos 0,25 puntos, aunque una visión más compatible con el mercado requeriría un ajuste de 0,5 puntos. También es posible que el informe contenga un nuevo ajuste a la baja en la estimación del crecimiento de mediano plazo o tendencial, desde el actual 3,5% a una cifra más cercana cercana al 3% proyectado recientemente por los expertos consultados por el gobierno».


A pocos días de publicarse el IPoM de septiembre, es posible anticipar en términos generales los principales temas que tratará, por la información que se ha ido conociendo en los comunicados, minutas y entrevistas de algunos miembros del Consejo del Banco Central. Un ajuste a la baja en las perspectivas de crecimiento para el próximo año y menores presiones inflacionarias por efectos cambiarios, estarían detrás de los argumentos que se esgrimirían para respaldar el controvertido cambio de sesgo desde contractivo a neutral de la reunión de agosto y que se ratificará en este informe.

Economía internacional: mejores condiciones financieras, pero menor pendiente de crecimiento

El escenario internacional ha evolucionado de forma inesperada tras el último IPoM en diversas dimensiones. En el Reino Unido ganó la opción del Brexit, evento que era un riesgo hace tres meses, pero que contaba con la minoría de las preferencias según las encuestas disponibles. Tras unos días de aumento de la volatilidad financiera y de la aversión al riesgo, se configuró un escenario de búsqueda de retornos que explicó en gran parte la caída del tipo de cambio, factor que ha sido clave en el retroceso de las perspectivas inflacionarias locales, pero que en lo más reciente se ha revertido en parte.

Adicionalmente, las perspectivas de crecimiento para el próximo año se han moderado y es difícil seguir sosteniendo que el mundo crecerá cuatro décimas más que este en 2017, como planteaba el informe de junio. Por su parte, seguirán formando parte de los riesgos que presentará el IPoM, el proceso de normalización de tasas de interés en EE.UU., la incertidumbre política previa a las elecciones en EE.UU. y en varios países europeos y la sostenibilidad del crecimiento de China.

Chile: ajuste a la baja en las perspectivas de crecimiento del próximo año

Un crecimiento más débil para la segunda parte de este año y una recuperación más tenue el próximo, debiese ser el centro del diagnóstico para la actividad local. Pese al mayor crecimiento del primer semestre, la expansión para el año se proyectará similar a lo previsto en junio. Esta visión se sustentaría en la presencia de elementos transitorios en el crecimiento de la inversión durante el primer semestre, en la debilidad de la construcción que se suma a la persistente caída de la actividad minera y a la fragilidad del consumo privado.

La minuta de la reunión de política monetaria de agosto planteó que las proyecciones del Banco Central son algo mayores a las del mercado. Como estas últimas se ubican en torno a 2% para 2017, es razonable esperar un ajuste a la baja en el rango de crecimiento para el próximo año –actualmente centrado en 2,5%– de al menos 0,25 puntos, aunque una visión más compatible con el mercado requeriría un ajuste de 0,5 puntos.

También es posible que el informe contenga un nuevo ajuste a la baja en la estimación del crecimiento de mediano plazo o tendencial, desde el actual 3,5% a una cifra más cercana cercana al 3% proyectado recientemente por los expertos consultados por el gobierno.

Un retroceso más rápido de la inflación, pero desestimando desanclaje

Una trayectoria de convergencia de la inflación más rápida de lo previsto hace tres meses, sería la principal razón detrás del retiro del sesgo contractivo de la política monetaria en la reunión de agosto. Este cambio en las perspectivas de inflación sería atribuido principalmente al retroceso del tipo de cambio, pero también a las mayores holguras de capacidad que se generarían en la segunda parte de este año.

Los precios de los activos financieros y la más reciente encuesta de operadores financieros anticipan que la inflación será inferior a 3% no solo en el corto plazo, sino también en un horizonte de dos años, aun considerando que la tasa de política monetaria se mantiene en su nivel actual por un tiempo prolongado. Por lo tanto, es claro que se necesitará un mayor estímulo monetario para volver a anclar las expectativas de inflación a la meta, aunque primero será necesario que el Banco Central reconozca este diagnóstico, lo que no esperamos que ocurra en este
informe, sino que hasta acumular más evidencia.

Política monetaria: ratificando un controvertido sesgo neutral

En la reunión de agosto, el Consejo optó por cambiar el sesgo contractivo de la política monetaria a uno neutral, haciendo eco de las expectativas de los agentes y los precios de los activos que deducían con claridad que el escenario no estaba para nuevas alzas. Parece claro que el cambio de sesgo debió ocurrir antes, toda vez que en agosto se completaron ocho meses de mantención de la tasa y que desde mayo, la única opción de política monetaria sugerida por el staff del Banco ha sido mantener la tasa.

Si bien esperamos que esta visión sea defendida en el IPoM de septiembre, la minuta de la última reunión deja en claro que el sesgo neutral no fue fácil de consensuar, pues al interior del Consejo existen diversas opiniones respecto de los próximos pasos a seguir.

Las visiones van desde un Consejero que claramente señaló que el sesgo neutral no era suficiente y que se necesitaba un estímulo mayor, hasta dos Consejeros que ni siquiera compartían el cambio de sesgo, al menos hasta el IPoM. Lo anterior es una clara señal de que no será tan fácil observar un recorte de la TPM en los próximos meses, a menos, por supuesto, que el escenario macro se mueva con claridad a una reducción mayor de las perspectivas inflacionarias.

Hermann González
Economista Principal BBVA Research

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