Publicidad
Presupuesto 2017 y la tensión en la variables de la economía Opinión

Presupuesto 2017 y la tensión en la variables de la economía

Aldo Cassinelli
Por : Aldo Cassinelli Subdirector del Instituto Libertad
Ver Más

La atención de los inversionistas, en este último trimestre del año, debe estar puesta en la discusión presupuestaria. Será la prueba para entender cuán responsable es el gobierno respecto del futuro económico del país, pensando además que dicho presupuesto público tiene un componente electoral relevante al tener elecciones presidenciales y parlamentarias el próximo año.


El reciente Informe de Política Monetaria del Banco Central no trajo malas noticias, sino que confirmó lo que ya todos venían comentando y va sincerando una situación compleja en materia económica. La única gran sorpresa, si es que se trata de buscar algo así, sería que nuevamente el presidente de la entidad se refirió a la necesidad de mejorar el clima político en el cual se están dando las discusiones respecto de las reformas denominadas estructurales y que han generado un alto grado de incertidumbre.

Hace ya un tiempo que se vienen sincerando las malas cifras de la actividad económica, el problema es que aun teniendo a muchos de los principales expertos señalando los problemas que enfrentamos, parece que la autoridad a cargo de la conducción del país no toma en cuenta tales comentarios.

Para tener una idea de lo que estamos explicando baste señalar que pasar de un PIB de tendencia en torno a 5% a uno que se ubica en 3% no es trivial, significa nada menos que una caída del 40% en las posibilidades de expansión económica. ¿Por qué importa tanto el crecimiento? Pues bien, por cada punto de crecimiento se pueden recaudar en impuestos cerca de US$700 millones adicionales. Esto no es una lógica reduccionista ni menos aquella tradicional crítica que se hace a la derecha, es tener muy claro que para continuar con políticas sociales de largo plazo se requieren recursos, se necesita que el país mantenga una tasa de crecimiento acorde a los desafíos que plantea por delante y no podemos detenernos ahora.

La lógica voluntarista con que se ha manejado políticamente el gobierno parece que a esta altura no tiene vuelta atrás y prefiere profundizar tales reformas aún a costa de lo que sucede en el país.

Como ya nos tiene acostumbrados este gobierno, cada día puede ser peor, y el último informe así lo reflejó.

Lamentablemente eso no es todo, en materia de empleo tampoco estamos mejor y si bien el mercado del trabajo ha resistido de manera sorprendente la baja actividad económica, ya muestra evidencias de fatiga, como es el incremento en aquellos empleos por cuenta propia. Dichos empleos son eventuales y de baja calidad y por cierto sin ninguna previsión social, a propósito del gran debate que por estos días ha tenido concentrado también al gobierno, como son las pensiones.

La atención de los inversionistas, en este último trimestre del año, debe estar puesta en la discusión presupuestaria para el 2017. Será la prueba para entender cuán responsable es el gobierno respecto del futuro económico del país, pensando además que dicho presupuesto público tiene un componente electoral relevante al tener elecciones presidenciales y parlamentarias el próximo año.

Como punto adicional, podemos agregar la negociación por el reajuste del sector público, que se dará posterior a la tramitación del presupuesto, pero que también es un indicador relevante para la economía y donde nuevamente podemos ver enfrentadas a las dos corrientes que han tensionado al gobierno.

Contamos con un ministro de Hacienda que tiene muy claro el espacio de crecimiento que debe incluir el próximo presupuesto, la duda es cuánto podrá resistir las presiones de la coalición gobernante, la cual, como buena representante de la izquierda latinoamericana, prefiere aumentar el gasto pensando en un Estado que abarque la mayor cantidad de actividades y espacio.

Dejando una espacio de esperanza, si el presupuesto es responsable en su expansión y fundamentalmente en la focalización del gasto, el Banco Central podría tener algún espacio para disminuir las tasas de interés y de esa manera intentar darle un impulso a la economía que en la actualidad no se ve por dónde puede venir para estimular la inversión privada.

Aldo Casinelli Capurro
Director Ejecutivo Instituto Libertad

Publicidad

Tendencias