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BlackRock, Vanguard y Fidelity apoyan cambios a la regulación financiera

BlackRock, Vanguard y Fidelity apoyan cambios a la regulación financiera

“Coincidimos en gran medida con la mayoría de las recomendaciones, cuya implementación mejorará las protecciones para los inversores y, a la vez, fortalecerá el sistema financiero”, escribió Barbara Novick, vicepresidenta de BlackRock, en una carta del 21 de septiembre dirigida al FSB. De esos comentarios se hicieron eco Vanguard y Fidelity, que el año pasado dijeron al FSB que estaba aplicando un plan “irremediablemente defectuoso” que no lograría reducir el riesgo sistémico y que perjudicaría a los inversores.


Las compañías de administración de activos más grandes del mundo cambiaron de posición después de años de criticar a los organismos reguladores internacionales por intentar tratarlas como bancos demasiado grandes para quebrar.

La semana pasada, BlackRock Inc., Vanguard Group Inc. y Fidelity Investments enviaron cartas de elogio al Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por su sigla en inglés), entre cuyos miembros se cuentan la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, por haber modificado su control del sector, centrándolo en actividades comerciales específicas en lugar de en el tamaño o la importancia sistémica de firmas que gestionan billones de dólares en activos.

Las firmas y sus principales asociaciones comerciales, en cientos de páginas de cartas, solicitaron al FSB, que tiene sede en Basilea, que afine posibles restricciones respecto de cómo las empresas evalúan el estrés del mercado, con el fin de recabar más datos y extender su revisión a compañías que puedan amenazar a las firmas administradoras de activos. Las propuestas anteriores del FSB podrían haber conducido al tipo de control más estricto e incluso a requisitos de capital que se han impuesto a los más grandes bancos del mundo.

“Coincidimos en gran medida con la mayoría de las recomendaciones, cuya implementación mejorará las protecciones para los inversores y, a la vez, fortalecerá el sistema financiero”, escribió Barbara Novick, vicepresidenta de BlackRock, en una carta del 21 de septiembre dirigida al FSB. De esos comentarios se hicieron eco Vanguard y Fidelity, que el año pasado dijeron al FSB que estaba aplicando un plan “irremediablemente defectuoso” que no lograría reducir el riesgo sistémico y que perjudicaría a los inversores.

Campaña de presión

“Nos complace que el FSB haya cambiado su posición”, expresaron los ejecutivos de Fidelity en una carta del 21 de septiembre en respuesta a las últimas propuestas de junio presentadas por el organismo regulador, que dijo que aún podría considerar a algunas compañías de administración de activos como sistémicamente importantes después de que concluya su trabajo actual.Los comentarios muestran cómo la campaña de presiones del sector y la supervisión reguladora entraron en una nueva etapa orientada hacia las políticas que aplican las administradoras para monitorear la liquidez, apalancamiento y riesgos frente a sus operaciones por parte de firmas externas como oficinas de compensaciones de derivados. El FSB y los organismos reguladores de Estados Unidos han dicho que se necesitan restricciones adicionales para garantizar que el sector de administración de activos, que creció de US$50 billones hace 10 años a US$76 billones en 2014, sea resistente al estrés de los mercados financieros y a los productos cada vez más complejos.

El FSB analizará las respuestas a sus propuestas de junio y completará las recomendaciones para nuevas regulaciones para fin de año. Los organismos reguladores nacionales, algunos de los cuales ya han implementado nuevas reglas, buscarían entonces apelar a posibles restricciones.

Fidelity criticó al FSB por recurrir a “conjeturas” y especulación en lugar de analizar su propuesta.

BlackRock y Vanguard dijeron que los administradores están mejor posicionados para controlar y evaluar la liquidez de los fondos y que no deberían cumplir con requisitos de regulación para utilizar herramientas específicas. Las compañías se opusieron a la comprobación de solvencia en todo el sistema alegando que existen demasiadas clases diferentes de fondos para que las pruebas tengan valor.

También solicitaron a los organismos reguladores que amplíen su revisión de posibles riesgos por parte de oficinas de compensaciones y sistemas de pagos. Asimismo, pidieron la inclusión de otras administradoras de activos, como los fondos de pensiones y los fondos soberanos de riqueza.

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