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Accionistas de AB InBev y SABMiller aprueban creación de la mayor cervecera en el mundo

Accionistas de AB InBev y SABMiller aprueban creación de la mayor cervecera en el mundo

En sendas asambleas celebradas este miércoles, los accionistas de ambas compañías se pronunciaron a favor de los planes de adquisición de la británica por parte de la belgo-brasileña, para crear una nueva empresa que mantendrá el nombre de Anheuser-Busch Inbev SA.


Los accionistas de la belgo-brasileña AB InBev, actualmente el principal productor mundial de cerveza, y de la rival británica SABMiller, dieron hoy luz verde al proyecto de fusión de ambas compañías, lo que dará paso a la creación del mayor grupo cervecero global.

En sendas asambleas celebradas este miércoles, los accionistas de ambas compañías se pronunciaron a favor de los planes de adquisición de la británica por parte de la belgo-brasileña, para crear una nueva empresa que mantendrá el nombre de Anheuser-Busch Inbev SA.

La firma resultante producirá un 30 % de la cerveza que se consume en todo el mundo, con presencia en más de ochenta países y una fuerza laboral conjunta de unas 225.000 personas.

El grupo combinará las marcas de AB InBev, como Corona, Stella Artois, Leffe o Budweiser, con las de SABMiller, propietaria de Foster’s o Coors.

Para el consejero delegado de AB InBev, Carlos Brito, esta decisión permitirá «avanzar hacia la reagrupación de nuestras empresas, de nuestros equipos, de nuestra fuerte herencia y de nuestra pasión por la fabricación de cerveza», indicó en un comunicado, en el que confirmó su compromiso con estimular un crecimiento a largo plazo y crear valor para sus socios.

El pasado 11 de noviembre la compañía cerró la compra de su competidora británica en una transacción que valoró la totalidad de las acciones de SABMiller en 71.000 millones de libras a fecha del 10 de noviembre (entonces equivalentes a 99.400 millones de euros).

El accionariado de AB InBev dio su visto bueno a la operación «mediante la adopción de todas las resoluciones propuestas», y a continuación el de SABMiller también secundó en una junta la propuesta de fusión.

En un comunicado a la Bolsa de Londres, la empresa británica informó de que los inversores votaron en un 97,37 % a favor de la adquisición, valorada en 79.000 millones de libras (91.000 millones de euros, al cambio de hoy), durante una junta celebrada hoy.

Paralelamente, los dos principales accionistas de SABMiller, Altria y BevCo, representantes de un 41 % del capital, dieron también su consentimiento en un proceso separado.

La empresa decidió realizar dos votaciones paralelas para asegurar un resultado justo, en una propuesta supervisada por los tribunales que implicaba que el 75 % de los accionistas de los dos grupos tenían que dar luz verde a la fusión.

En su nota, SABMiller precisa que espera que la Justicia británica apruebe la operación el 4 de octubre, tras lo cual podrá completarse el proceso de compra

La británica adelantó que la cotización de sus acciones se suspenderá el 30 de septiembre en la Bolsa de Johannesburgo y, en base a que los tribunales británicos aprueben las gestiones, el 5 de octubre en la Bolsa de Londres, tras lo cual se cancelará del todo el 5 y el 6 de octubre, respectivamente.

Cuando concluya la operación, la nueva empresa mantendrá el nombre de AB InBev pero su logotipo será modificado ligeramente, ya que está previsto que el águila ahora presente desaparezca en el futuro, según indicó el diario belga «L’Echo».

En opinión del profesor de Prácticas de Estrategia y Negocios Internacionales de la Escuela de Negocios de Warwick (Reino Unido), John Colley, «a los accionistas de SABMiller les ha tocado el premio gordo mientras que los consumidores en última instancia se van a quedar con menos capacidad de elección y precios más altos».

Por lo que se refiere al accionariado de AB InBev, «podrían beneficiarse después de todo» teniendo en cuenta el «enorme ahorro» de costes de la nueva empresa y el potencial de crecimiento en África y América Latina, donde «se instalará con firmeza».

«Buenas noticias para los accionistas; menos para los empleados, ya que inevitablemente se presentarán redundancias sustanciales», concluyó, a la vez que subrayó que la peor parte se la llevarán los consumidores, ya que ante una empresa de esas dimensiones en el mercado «es más probable que se restrinja la elección y suban los precios».

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