Entrevista con Bloomberg en el Chile Day en Nueva York
Chile necesita mirar más allá de la minería del cobre, la silvicultura y el salmón para impulsar el crecimiento en los años futuros, dijo Valdés en una entrevista en Nueva York, donde trata de dar seguridad a los inversores y a las agencias calificadoras respecto del potencial de expansión y la prudencia fiscal del país.
No abandonemos los sectores chilenos de materias primas, pero tampoco dependamos de ellos para el crecimiento futuro, dijo el ministro de Hacienda de Chile, Rodrigo Valdés.
Chile necesita mirar más allá de la minería del cobre, la silvicultura y el salmón para impulsar el crecimiento en los años futuros, dijo Valdés en una entrevista en Nueva York, donde trata de dar seguridad a los inversores y a las agencias calificadoras respecto del potencial de expansión y la prudencia fiscal del país.
“Los productos básicos no son tan básicos, son vistos como cosas triviales, pero algunos tienen cadenas de producción que son muy sofisticadas”, dijo Valdés. Al mismo tiempo, “Chile ha agotado los frutos que tenía al alcance de la mano para el crecimiento. Lo que necesitamos ahora es algo más complicado”.
Chile está pasando por su tercer año de crecimiento flojo, su peor desempeño desde comienzos de la década de 1980, después de una caída del precio del cobre que representa más de la mitad de las exportaciones. Otros sectores no han logrado tomar la posta, incluso después que el peso se hundió 25 por ciento en los dos años transcurridos hasta 2015, abaratando sus bienes en el extranjero. Chile necesita encontrar nuevas fuentes de crecimiento, manifestó Valdés, al tiempo que advertía contra intentos de escoger las industrias del futuro.
“Es muy fácil tomar decisiones equivocadas porque la presión para hacer algo es grande”, señaló el ministro.
Valdés citó el turismo, los negocios agropecuarios y los servicios como potenciales motores de crecimiento conforme el Gobierno desarrolla una agenda de productividad destinada a volver a Chile más competitivo.
“Debemos movernos hacia otras industrias”, dijo Valdés. “El Gobierno tiene una agenda para algunos sectores. No lo llamemos política industrial, ni elegir a los ganadores”, sino intervención en industrias que el sector privado encuentra difícil de coordinar.
A medida que el déficit fiscal se amplía, se limita el alcance del Gobierno para reactivar el crecimiento a través de un impulso fiscal. Es más importante mantener la calificación crediticia AA- del país, la más alta de América Latina, expresó Valdés.
La brecha del presupuesto se ampliará a 3,3 por ciento del producto interno bruto en 2017, desde cerca de 3,1 por ciento este año, según propuestas gubernamentales. Se trata del segundo mayor déficit desde que el país volvió a la democracia hace 36 años y es suficiente como para que las deudas del Gobierno superen sus ahorros por primera vez en más de una década.
“No podemos abusar de nuestra posición de deuda baja y nota alta”, dijo Valdés. “Nuestra propia inversión gubernamental ha caído, pero la inversión de las sociedades público-privadas y la de las empresas públicas está creciendo más de 10 por ciento”.
El ministro reiteró el compromiso del Gobierno de achicar el llamado déficit estructural un cuarto de punto por año, hasta llegar al equilibrio en 2022/23. Renegar de ese compromiso tendría un precio en términos de la confianza de los inversores, agregó.
Además, había más margen para que la política monetaria impulsara el crecimiento que para que lo hiciese la política fiscal, señaló el funcionario.
“Cuando la política monetaria se agota, entonces es el turno de la política fiscal, pero podríamos argumentar que aún tenemos margen”, dijo Valdés.
