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Subida del cobre no implica el fin de la sobreoferta ANÁLISIS

Subida del cobre no implica el fin de la sobreoferta

Codelco ha recortado sus primas para las ventas europeas a su nivel más bajo desde 2010 y ha tenido que ofrecer términos más ventajosos a los compradores chinos, también, con contratos a corto plazo que se ajustan más al precio al contado.


De pronto el cobre, el más apagado de los metales industriales principales a lo largo de este año con un mísero beneficio del 4,6 por ciento, parece un poco más brillante. El metal ha subido un 6,1 por ciento desde comienzos de la pasada semana a lo largo de siete días consecutivos de precios al alza, su ascensión más prolongada en 18 meses.

Dicha subida parece apoyada por movimientos reales del metal. Las órdenes canceladas —una medida de las existencias en los almacenes de la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés) que han sido reservadas para la distribución por parte de los compradores— alcanzaron casi 135.000 toneladas métricas el martes, su nivel más alto desde marzo de 2014. Casi un 42 por ciento del cátodo de cobre apilado en los depósitos de la LME está marcado para envío, una subida desde menos del 13 por ciento a comienzos de septiembre. Otros indicadores prospectivos también justifican la perspectiva alcista. El índice de gerentes de compras de manufacturas de Caixin, un indicador de la actividad industrial china que se sigue muy de cerca, subió a un 51,2 el martes, su nivel más alto desde julio de 2014.

Sólo hay un problema. Si todo parece más brillante en la industria mundial del cobre, alguien se ha olvidado de avisar a los que lo producen.

Las primas del cobre —el margen por encima del precio al contado que los compradores están dispuestos a pagar por asegurarse un suministro a largo plazo— se han ido debilitando a lo largo de dos años, aunque los niveles en Shanghái han remontado modestamente durante el trimestre actual. Codelco, el mayor productor mundial de cobre, ha recortado sus primas para las ventas europeas a su nivel más bajo desde 2010, según informaron Agnieszka de Sousa y Javier Blas, de Bloomberg News, la semana pasada. Ha tenido que ofrecer términos más ventajosos a los compradores chinos, también, con contratos a corto plazo que se ajustan más al precio al contado, según informaba Alfred Cang, de Bloomberg, el lunes.

De hecho, los que más pagan no son los consumidores de cobre, sino los productores como Codelco. En China, los costes de tratamiento y refinado han subido casi un 17 por ciento este año, hasta los 27 céntimos por libra. Estos sobrecostes, que pagan las mineras, tienden a subir cuando hay un exceso de oferta de los concentrados que las fundiciones convierten en cátodo refinado. La situación es similar en Europa, donde Aurubis, la mayor fundición del continente, espera que los costes de tratamiento estén entre US$7,50 y US$12,50 más altos por tonelada métrica en 2017 de lo que han estado este año. Los precios de futuros envían la misma señal de debilidad de la demanda, con curvas a futuro que han variado del mercado inverso al contango a lo largo de los pasados seis meses —a menudo un indicador de que el deseo de los compradores de obtener metal ahora mejor que más tarde flaquea.

Si la demanda parece tan débil, ¿por qué está bajando tan deprisa la cantidad de cobre disponible en los almacenes de la LME? Una explicación sería que no se mueve hacia los consumidores, sino a almacenes menos vigilados, como los almacenes aduaneros utilizados por algunos operadores chinos para ganar dinero con la diferencia entre los tipos de interés de EEUU y las locales.

Síntomas de mayor actividad en la economía china podrían afectar al cobre de dos formas diferentes y contradictorias. Por un lado, un crecimiento más rápido podría significar que la demanda fundamental se recuperará, llevando a un mayor consumo del metal en productos físicos. Por el otro, el banco central podría subir los tipos de interés para rebajar el riesgo de alguna incipiente burbuja de precios de activos, provocando que el cobre quedara bloqueado como un daño colateral derivado de las operaciones de arbitraje sobre tipos de interés en depósitos de aduanas.

Hasta que la pila de metal almacenado en los últimos años empiece a bajar de forma más drástica, es demasiado pronto para declarar el fin de la sobreoferta en el cobre.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.

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