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Radicalización de Ricardo Lagos y Alejandro Guillier aumenta presión sobre las AFP

Radicalización de Ricardo Lagos y Alejandro Guillier aumenta presión sobre las AFP

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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El ex Presidente retrucó lo planteado por la Mandataria y propuso directamente que el 5% adicional de cotización que se ha propuesto no vaya a las cuentas que administran las AFP y las administre el Estado. También apoyó idea de traspasar a gestoras comisión de intermediación. Guillier pidió no solo “remozar” las AFP.


Internalizado ya como el precandidato presidencial del establishment local, el ex Presidente Ricardo Lagos se lanzó con dureza en una propuesta que margina a las AFP del futuro del sistema de pensiones chileno, limitándolas a manejar los recursos que ya captan y no los que podrían agregarse con una cotización adicional.

A través de Twitter, con puntos de prensa y una especie de ‘minuta’, Lagos se despachó propuestas para modificar el sistema de pensiones que rige en el país, sumándose a lo planteado por la propia Mandataria en agosto pasado, pero radicalizando su posición respecto de lo que el Gobierno ha venido señalando en las últimas semanas.

Ayer, el ex Mandatario planteó que no haya ningún peso adicional de cotización en las AFP y que el 5% de cotización de cargo del empleador, propuesto por Bachelet, sea gestionado por una entidad estatal y no por las empresas privadas.

La propuesta coincide en lo sustancial con lo señalado por Bachelet en este punto, que es el central de los cambios que podrían venir en el sistema de pensiones. Esto, pues 5 puntos adicionales de cotización representarían un tercio adicional al 10% del sueldo bruto que hoy va a las cuentas individuales que gestionan las administradoras privadas. Al no ir a las AFP, dichos dineros significarían, de facto, la instalación de una especie de pilar de reparto paralelo. Esto es, asumiendo que, al no ir a las AFP, no lo harían a cuentas individuales.

Esto es justamente hacia donde se leyó la propuesta de Bachelet en agosto, la cual, empero, ha ido matizándose con el tiempo, en particular con las intervenciones del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien ya dijo –en el Chile Day en Nueva York– que las platas serán repartidas entre un fondo solidario colectivo y las ya conocidas cuentas individuales que administran las AFP.

En la cadena nacional de agosto pasado, Bachelet planteó que las nuevas cotizaciones –a elevar en un plazo de 5 a 10 años– irían a dos objetivos: por un lado, un fondo colectivo solidario que permita subir ahora las pensiones de los que ya están jubilados y, por otro, al ahorro para futuras jubilaciones. Ninguna de esas alternativas apuntaba a cuentas individuales. Sin embargo, con el correr de los días, el Gobierno comenzó a dubitar y a dar señales de retroceso, lo que hasta ahora deja la sensación de que las platas serían repartidas.

Sin embargo, con la propuesta de ayer, el escenario para las AFP se torna incierto, considerando el transversal respaldo que genera Lagos en el gran empresariado. En particular, porque con sus palabras Lagos genera apoyo generalizado en la Nueva Mayoría para detener el flujo de cotizaciones a las AFP y, en especial, sustenta la visión de redistribuir al interior del sistema de pensiones los ahorros de los chilenos y chilenas para mejorar las pensiones de quienes tienen más bajas jubilaciones. El objetivo de Lagos sería que parte de esos dineros sean destinados a compensar las lagunas previsionales de las mujeres.

Eso sí, la propuesta del ex gobernante, al igual que la de Bachelet, no plantea eliminar las AFP ni instalar un sistema de reparto en reemplazo del de capitalización individual actual, que es lo que propone el movimiento No+AFP.

Por contrapartida, su propuesta choca con lo manifestado por las AFP, que han rechazado esta idea y señalan que se trata de un impuesto al trabajo. En esa línea, las AFP han sustentado esta posición citando una encuesta de Cadem que hace algunas semanas indicó que la mayoría de los chilenos quería que las platas fueran a cuentas individuales.

También, en esa defensa, distintos ejecutivos y directivos de grandes empresas han cuestionado la idea, advirtiendo sobre el impacto que tendría en el mercado de capitales, desde el cual se financia la inversión en las compañías y donde los ahorros de los chilenos representan más del 20%, incluyendo a AFP y aseguradoras.

El planteamiento de Lagos sorprendió, además, porque en su Gobierno fue cuando se crearon los multifondos (A, B, C, D y E) y también cuando se tomaron otras medidas respecto de las cuales ahora plantea un giro.

Así ocurrió con la comisión de intermediación que pagan las AFP a gestores internacionales por invertir los fondos fuera del país y cuyo costo es cargado a los afiliados, en lo que Bachelet llamó comisiones “ocultas”. Esta medida la tomó Lagos en su mandato y ahora la denunció como inaceptable.

Lo hizo luego de disparar contra las utilidades de las administradoras. En ese punto, primero cuestionó el nivel de las ganancias de las AFP –cuyo retorno sobre patrimonio ha variado de 22% a 35% anual–, asegurando que el 40% de las utilidades netas de la industria privada proviene de dicha comisión.

“A este cobro excesivo (la comisión promedio de 1,5% que las AFP cobran por administrar los fondos de pensiones) se suma otro más cuando las AFP compran instrumentos financieros en el exterior, como fondos mutuos u otros, y le traspasan a sus afiliados el costo de administración adicional por invertir sus ahorros en el extranjero, sin absorber ellos esta gestión con el 1.5% de comisión que ya cobran. Esta práctica, si bien hoy es legal, no es correcta y también explica su rentabilidad excesiva sobre el 22% anual y muy, pero muy lejos de las rentabilidades que reciben los ahorrantes”, sostuvo Lagos, sin precisar si se trasladaría el total o parte de las comisiones de intermediación a las administradoras.

Lagos también expuso una medida emanada de la Fundación Chile 21, que –representada por el primer superintendente de Pensiones del Gobierno actual, Álvaro Gallegos–  propuso replantear el cálculo de las pensiones de quien se jubila. Hoy, a partir de las expectativas de vida que hay, es que se calculan los años que debe financiar cada persona que llega a la edad de jubilación.

A mayor sobrevida (años de vida después de los 60 años), más dinero se debe destinar a las pensiones. Como existe mayor sobrevida en estratos socioeconómicos altos, Lagos propuso –al igual que Gallegos– que las tablas actuariales, a partir de las cuales se calculan las pensiones, incluyan esta diferenciación socioeconómica, de modo de evitar que los de menores ingresos subsidien a los más ricos.

Lagos también propuso reformas –que no especificó– al mercado laboral, a fin de equilibrar el trato entre hombres y mujeres, de manera de reducir las lagunas previsionales (meses en que no cotizan) de las segundas, las que –forzadas por su función biológica reproductiva– ven afectada su continuidad laboral y, por ende, cotizan menos meses que los hombres.

Se suma Guillier

Frente a la arremetida de Lagos, su potencial contendor en una posible primaria presidencial en la coalición gobernante, Alejandro Guillier, no se quedó atrás y radicalizó la discusión, dejando a un lado un cierto silencio programático en el que se le percibía desde que apareció en las encuestas como claro aspirante a estar en la papeleta de 2017. “Necesitamos algo más que remozar las AFP, necesitamos un sistema de seguro social que tenga otra dinámica, que sea capaz de tener múltiples ingresos”, sostuvo. Y para no dejar dudas sobre la propuesta de Lagos, dijo que “lo primero es tomar la decisión política: vamos a remozar las AFP o vamos a crear un sistema previsional que, por su naturaleza, tiene que ser solidario. Yo estoy en lo segundo”.

Además, precisó que se necesitan compensaciones efectivas para las mujeres por el perjuicio previsional que le significa su participación en el mercado laboral.

El senador independiente y que es apoyado por el Partido Radical rechazó, asimismo la idea de elevar la edad de jubilación. A diferencia de Lagos, que no abordó el tema.

“Dicen que hay que cotizar más tiempo. Pregúntenle a un minero si a los 55 años consigue pega en algún lado, pregúntele a un profesor si a los 70 años le van a dar trabajo. Eso de alargar sin pensar las características del mercado laboral chileno y de los distintos tipos de trabajadores es una formulación irresponsable que no estudia la realidad. Un profesor de 70 años haciendo clases no me lo puedo imaginar. No son realistas ese tipo de soluciones parche que están proponiendo algunos”, advirtió Guillier.

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