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El gasto fiscal está de moda pero nuevo estudio pide prudencia Keynes vuelve a la palestra

El gasto fiscal está de moda pero nuevo estudio pide prudencia

“En caso de nuevos shocks adversos, económicos o políticos, globales o específicos de un país, que resulten en el deterioro de las perspectivas de crecimiento o en tasas de interés reales más altas, o ambos, la situación fácilmente podría salirse de control”, escribe el analista Mikel Dabrowski. Esto quiere decir, explica, que las naciones avanzadas deberían usar el actual contexto de tasas bajas para una consolidación fiscal.


Gastar para impulsar el crecimiento nuevamente está de moda. El presidente electo Donald Trump ha prometido grandes inversiones en infraestructura en su afán por “hacer a América grande otra vez”. Si ese plan obtiene la aprobación del Congreso, sumará a Estados Unidos a una lista de naciones –desde Japón hasta Canadá- donde los gobernantes electos procuran activar el crecimiento a través de la inversión pública.

Tales desembolsos podrían aumentar el riesgo si se agregan a la deuda nacional, muestra un nuevo análisis de Bruegel, que tiene su sede en Bruselas.

Los funcionarios electos piensan en flexibilizar el control de gastos en Estados Unidos y en el Reino Unido, y el Banco Central Europeo ha solicitado ayuda fiscal. Bruegel tiene una advertencia para posibles derrochadores.

Marek Dabrowski, un investigador no residente de Bruegel, hizo simulaciones de sustentabilidad de deuda para un grupo de economías avanzadas fuertemente endeudadas, con un ratio entre deuda pública bruta gubernamental y PIB superior al 80 por ciento en 2015. La mayoría de las naciones podían mantener una relación deuda/PBI sin hacer cambios si las tasas y el crecimiento permanecían en los niveles de 2015, encontró el investigador, pero si las tasas suben a 2 por ciento sin que crezca la economía, muchos tendrían que hacer grandes cambios para mantener estables esos ratios

“En caso de nuevos shocks adversos, económicos o políticos, globales o específicos de un país, que resulten en el deterioro de las perspectivas de crecimiento o en tasas de interés reales más altas, o ambos, la situación fácilmente podría salirse de control”, escribe Dabrowski. Esto quiere decir, explica, que las naciones avanzadas deberían usar el actual contexto de tasas bajas para una consolidación fiscal.

Durante su campaña, Trump dijo que Estados Unidos debería aspirar a un crecimiento económico de 4 por ciento, más del doble del promedio de la última década. Ahora que se encamina hacia la Oficina Oval, los economistas evalúan si puede cumplir esa promesa. Conclusión: demasiado pronto para saberlo.

Analistas de Morgan Stanley dicen que si el proteccionismo comercial de Trump es retórico, si únicamente la reforma tributaria y el gasto en infraestructura se llevan a cabo, esperan un aumento de 0,3 puntos porcentuales en el crecimiento de 2017 y 2018

Entretanto, Michael Feroli, de JPMorgan, dice que los planes impositivos y de gasto de Trump podrían aumentar el crecimiento en más de 2 puntos porcentuales en los próximos dos años, pero que también llevarían al doble el déficit fiscal (la brecha entre cuánto recauda y cuánto gasta el gobierno), y los cambios en el comercio que propuso Trump podrían frenar el crecimiento.

Cuando una empresa es adquirida por una firma extranjera, mejora los salarios de los trabajadores durante, como mínimo, varios años, revela la nueva investigación. El estudio, que analiza a compañías francesas adquiridas por compradores extranjeros entre 2002 y 2007, encuentra que los salarios de los empleados caen en casi 7,5 por ciento en los años previos a la adquisición, posiblemente debido a una menor productividad, y luego aumentan un 12,5 por ciento una vez que la compañía tiene nuevo dueño y se la hace más productiva.

¿Por qué deberíamos preocuparnos? Las empresas multinacionales representan una porción importante del empleo en algunos países (más de 25 por ciento en Francia), de modo que esto podría tener un impacto muy grande en los ingresos locales. Si el voto del Reino Unido para abandonar la Unión Europea y la elección de Trump algo nos enseñaron, es que el efecto de la globalización en el salario y el empleo es un tema social pertinente.

¿Las consideraciones políticas afectan el modo de actuar de las compañías? Nuevas investigaciones de la Oficina Nacional de Investigación Económica sugieren que sí.

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