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Los bancos italianos están al borde de un nuevo desastre, pero derrota de Renzi en referéndum no es mortal Fantasma de Brexit vuelve a tomarse la agenda de los mercados

Los bancos italianos están al borde de un nuevo desastre, pero derrota de Renzi en referéndum no es mortal

El próximo capítulo podría comenzar esta semana. El rechazo a una reforma a la Constitución para agilizar el proceso legislativo gatilló la renuncia del primer ministro, Matteo Renzi. Esa decisión podría resultar en que Italia entre a un período de turbulencia política y en los mercados, justo mientras sus frágiles bancos luchan por recuperar la confianza de inversores y reguladores. Monte Paschi está en plena recaudación de capital por 5.000 millones de euros (US$5.300 millones), mientras que UniCredit SpA, la entidad crediticia más grande de Italia, estudia realizar una oferta de acciones.


Están agobiados por una montaña de préstamos incobrables. Sus acciones tocaron fondo. Y tienen que operar en una economía propensa a la recesión y la turbulencia política.

Hace meses que se vienen acumulando señales de que las entidades de préstamo más débiles de Italia, en particular Banca Monte dei Paschi di Siena SpA, se arrastran hacia el abismo, lo que amenaza con reactivar una crisis más amplia.

Pero no se sorprendan si los agobiados bancos italianos evitan el desastre una vez más.

El próximo capítulo podría comenzar esta semana. El rechazo a una reforma a la Constitución para agilizar el proceso legislativo gatilló la renuncia del primer ministro, Matteo Renzi. Esa decisión podría resultar en que Italia entre a un período de turbulencia política y en los mercados, justo mientras sus frágiles bancos luchan por recuperar la confianza de inversores y reguladores. Monte Paschi está en plena recaudación de capital por 5.000 millones de euros (US$5.300 millones), mientras que UniCredit SpA, la entidad crediticia más grande de Italia, estudia realizar una oferta de acciones.

Las crisis se han vuelto rutinarias en un país que tuvo más de 60 gobiernos desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras que el Brexit y el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos arrasaron con las expectativas, los inversores vienen preparándose hace tiempo para que los italianos tuerzan la nariz ante su propio establishment. Las acciones de los 12 bancos más grandes del país cayeron cerca de 8 por ciento en promedio en los últimos tres meses, frente a un repunte del 6 por ciento en el índice Euro Stoxx Banks.

“Muchos en el mercado esperan y contabilizaron una victoria del ‘no’ en sus precios, así que espero menos volatilidad y especulación que con el Brexit y las elecciones estadounidenses”, dijo Mario Spreafico, que administra 2.000 millones de euros como director de inversión de Schroders Wealth Management Italy.

Sin apocalipsis

De ser necesario, la dirigencia política del país, el Banco de Italia y el Banco Central Europeo podrían tomar medidas para evitar que colapso del sistema financiero, como ofrecer ayuda estatal, dijo Nicolas Verón, miembro sénior de Bruegel, un centro de estudios con sede en Bruselas. “Es difícil imaginar un escenario que conduzca al apocalipsis en el sector bancario italiano incluso si renuncia Renzi”, dijo.

El imponderable es Monte Paschi, institución que se transformó en sinónimo de los problemas que atormentan hace mucho a las finanzas italianas. Socavada por transacciones con derivados que ocultaban pérdidas, la entidad de préstamo recibió 4.000 millones de euros en rescates financiados por los contribuyentes y 8.000 millones de euros de los inversores desde 2009. Ahora, la tercera entidad de préstamo más grande de Italia volvió por más. Más de un tercio de su cartera de préstamos es incobrable y sus acciones cayeron 83 por ciento este año.

Monte Paschi planea efectuar una venta de acciones a partir de la semana que viene, en conjunto con la venta de 27.700 millones de euros en préstamos incobrables. Su máximo ejecutivo, Marco Morelli, viene recorriendo el mundo para contarles a los inversores cómo la transacción liberará al banco y allanará el camino para su renacimiento como entidad crediticia magra y responsable. Pero persuadir a los administradores de dinero para que comprometan mucho dinero a algo que no rinda podría resultar complicado. Además, la estructura entrelazada de la transacción —la venta de la deuda incobrable solo tendrá éxito si también sale bien la de acciones— podría ser demasiado ambiciosa.

Si los bancos no superan esta nueva prueba y concluyen que todo está bien, habrán desperdiciado una oportunidad de hacer los cambios integrales que necesita su industria con urgencia, dijo Barrington Pitt Miller, analista de Janus Capital Group en Denver. No alcanza solo con eso, agregó.

“Esta es una situación solucionable, pero no deberíamos esperar que se solucione”, dijo Pitt Miller. “Es pura frustración”.

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