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Una lección para el debate de las pensiones en Chile: el crudo atardecer en el imperio del sol naciente Opinión

Una lección para el debate de las pensiones en Chile: el crudo atardecer en el imperio del sol naciente

Loreto Barril
Por : Loreto Barril Líder de Retiro de Mercer
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«Al año 2040 Japón tendrá una persona retirada por cada 1,44 personas en edad de trabajar, lo que representa un ratio de dependencia de 69,4, el más alto de los 27 países que contempla el Índice Global de Pensiones».


En la versión 2016 del Índice Global de Pensiones Melbourne Mercer, uno de los resultados que causó sorpresa fue el penúltimo lugar que obtuvo Japón, con solo 43,2 puntos (Chile logró 66,4 puntos). Esto significa que el sistema de pensiones nipón tiene debilidades y omisiones que se deben corregir, y que si no lo hace, su eficacia y sustentabilidad son inciertas.

La situación es más compleja aún si se considera que al año 2040 Japón tendrá una persona retirada por cada 1,44 personas en edad de trabajar, lo que representa un ratio de dependencia de 69,4, el más alto de los 27 países que contempla el Índice Global de Pensiones.

Actualmente en ese país hay 65.000 personas que tienen 100 años o más y la proporción de la población mayor de 65 es la más alta del mundo. Ellos representan el 26,7% de sus 127 millones de habitantes, según la información del censo de 2015.

Un claro símbolo del rápido envejecimiento en este país, cuya natalidad va en descenso, es el hecho de que a contar de 2013 las ventas de pañales para adultos ya superan a las de niños, y que el mercado está desde hace algunos años adaptando sus productos para este segmento de la población, pues se espera que a 2060 los mayores de 65 años constituyan el 40% de la población del país, y sus habitantes desciendan a 86 millones. Según la ONU, ante estas dramáticas cifras Japón debería permitir la entrada de 17 millones de inmigrantes entre 2005 y 2050 para mantener su población actual, una solución que provoca bastante rechazo en la comunidad japonesa.

La menor tasa de nacimientos encuentra su explicación en que cada día son menos los japoneses que desean casarse, pues para el 37,3 % de ellos el dinero es un tema preocupante, así como también para el 35,9 % lo es el cuidado de los padres. En la actualidad, en el caso de los hombres, el porcentaje que ha llegado a los 50 años sin casarse supera el 20% y en el de las mujeres el 10%.

Ante la crudeza de estas cifras, se ha puesto de relieve la perspectiva de una crisis en el sistema de pensiones de Japón, debido a que una menor población activa tiene que sostener a un número creciente de jubilados, los que según cálculos de Michael Newman, de la empresa de investigaciones Custom Products, tienen un gasto promedio 25% superior que la pensión básica, que es de 780.000 yenes anuales (casi 7.000 dólares).

Frente a esta angustiante realidad, desde hace un tiempo viene ocurriendo un hecho curioso: alrededor de un 35% de los hurtos en tiendas de Japón es efectuado por personas mayores de 60 años, muchos de los cuales son reincidentes.

A juicio de los expertos, es muy probable que las personas de la tercera edad cometan estos crímenes buscando llegar a las cárceles y, de esta manera, mejorar sus condiciones de vida, asegurando así un techo y comida.

Esta es sin duda una medida bastante radical, pero que pese a todo puede considerarse bastante menos agresiva que la propuesta del ministro de Finanzas, Taro Aso, quien en el año 2013 causó un gran revuelo al conminar a los ancianos de su país a «que se den prisa y se mueran» para aliviar la carga fiscal de los japoneses.

Lo importante es considerar que el problema de la creciente pobreza de la tercera edad es un claro indicador de la insuficiencia de las pensiones públicas para cubrir las necesidades de una población que ya no puede esforzarse laboralmente para obtener otros ingresos. Una razón más que suficiente para que, en julio pasado, la profesora japonesa Akiyo Shimamura, de la Universidad de Shinshu, viajara hasta Chile para recopilar información sobre el sistema de pensiones chileno y su posible aplicación en Japón como forma de mejorar la situación de los jubilados de su país.

La versión 2016 del Índice Global de Pensiones situó a Chile en el 9° lugar, en la categoría B, junto a Canadá, Singapur, Suiza, Suecia y Finlandia, y por sobre países como Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Francia, Brasil y México. A diferencia de lo que ocurre en Japón, esta calificación indica que contamos con un sistema que tiene una estructura sólida, pero con oportunidades de mejora que deben realizarse en forma urgente, porque el tiempo es un factor crítico y decisivo, y mientras más demoramos los cambios que se requieren, más personas verán cada día afectada su calidad de vida postjubilación, como está ocurriendo en Japón.

Loreto Barril
Líder de Retiro de Mercer Chile

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