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Buscando una mejor teoría que explique las burbujas financieras Columna Bloomberg

Buscando una mejor teoría que explique las burbujas financieras

¿Qué causa las burbujas de activos? Esta pregunta es la gran obsesión de la teoría de las finanzas. Sabemos que los precios de los activos están expuestos a espectaculares ascensos y caídas en breves lapsos. Responder a esta pregunta es enormemente importante, no sólo para las pensiones y la jubilación de la gente, sino para toda la economía, ya que los colapsos en los precios de los activos pueden aporrear el crecimiento por años.


¿Qué causa las burbujas de activos? Esta pregunta es la gran obsesión de la teoría de las finanzas. Sabemos que los precios de los activos están expuestos a espectaculares ascensos y caídas en breves lapsos. Responder a esta pregunta es enormemente importante, no sólo para las pensiones y la jubilación de la gente, sino para toda la economía, ya que los colapsos en los precios de los activos pueden aporrear el crecimiento por años.

Pero a pesar de décadas de investigación, los académicos de las finanzas no han podido ponerse de acuerdo sobre la causa de este fenómeno. ¿Los inversionistas se vuelven optimistas repentinamente sobre los fundamentos de activos, tan solo para advertir un par de años después que todo era un espejismo? ¿Compran a precios que saben que están inflados, con la esperanza de encontrar alguien más tonto a quien venderle antes de que se produzca el colapso? ¿O simplemente siguen la manada?

Una posibilidad es que los inversionistas simplemente cometen errores cuando proyectan futuros rendimientos de activos. Si las existencias han tenido una racha extraordinaria en los últimos cinco años, o si el crecimiento de los beneficios parece haber pasado a una tendencia más rápida, la gente podría decidir que esta es la nueva normalidad, y pagar los precios que más tarde resultan ser ridículos.

En buena parte de la profesión de las ciencias económicas, todavía es casi tabú incluso considerar este tipo de error humano. La mayoría de los modelos económicos aún se basan en expectativas racionales, la idea de que las personas no cometen errores sistemáticamente cuando pronostican el futuro. Esta idea fue propuesta por muchos economistas estrella de las décadas de 1970 y 1980, entre ellos el muy influyente macroeconomista Robert Lucas. Pero en la teoría de las finanzas, los economistas han tenido más libertad para experimentar. Así, un número pequeño pero creciente de investigaciones se preguntan cómo se comportarán los mercados si los inversionistas extrapolan incorrectamente hacia el futuro las tendencias recientes.

En 2005, Kevin Lansing, del Banco de la Reserva Federal de San Francisco mostró que no hace falta demasiado error humano para generar expectativas extrapolares. Si la gente empieza a creer, incluso por un corto tiempo, que las tendencias recientes son la nueva normalidad, comenzarán a pagar precios más altos, lo que consolida la tendencia y da credibilidad a su convicción. Al cabo, las cosas se salen de control antes de recuperar el sano juicio.

Otros economistas han demostrado que aun si apenas una fracción de los inversionistas piensan de esta manera, ello puede causar burbujas repetidas.

Una investigación reciente de Edward Glaeser y Charles Nathanson aplica la idea a los mercados de vivienda. En su modelo, las personas deciden cuánto vale una casa haciendo una conjetura acerca de cuánta gente querrá vivir en la zona en el futuro. Si los compradores esperan que la demanda local aumente, es razonable pagar más por su casa, ya que el arribo de otros compradores hará entonces subir los precios.

Pero, ¿cómo sabe si la demanda aumentará? Una manera obvia es mirar las tendencias recientes. Si los precios han estado subiendo, es una señal de que es una zona atractiva. Glaeser y Nathanson observan que en las encuestas, alrededor de 30 por ciento de los compradores de casas dicen claramente que utilizan las tendencias de precios recientes para determinar cuánto vale una casa; como otros probablemente lo hacen inconscientemente, el porcentaje verdadero es aún mayor.

El modelo de Glaeser y Nathanson hace una suposición crucial – que los inversionistas se basan en precios pasados ​​para hacer conjeturas acerca de la demanda – pero no se dan cuenta de que otros compradores están haciendo exactamente lo mismo. Cuando todo el mundo está haciendo conjeturas sobre las tendencias de precios basándose en las conjeturas de otras personas acerca de las tendencias de precios, todo esto puede convertirse en una casa de naipes. Los economistas muestran cómo, si los compradores de viviendas piensan de esta manera, el resultado – predeciblemente – son reiteradas burbujas y colapsos del mercado de la vivienda.

Las expectativas extrapolares pueden usarse para explicar una cantidad de fenómenos que han desconcertado y fascinado a teóricos de las finanzas durante años. Una investigación de 2013 de James Choi y Thomas Mertens mostró que este tipo de formación de expectativas puede explicar por qué las acciones de Estados Unidos han gozado de una rentabilidad mucho mayor que los bonos durante decenios. Y un artículo magistral de 2015 de David Hirshliefer, Jun Li y Jianfung Yu mostró que las expectativas extrapolares acerca de los niveles de productividad pueden causar muchas de las cosas que vemos en la economía real – inversión empresarial volátil, consumo relativamente estable – a la vez que también llevan a muchas de las cosas que observamos en los mercados financieros, como el ímpetu, las burbujas y los altos retornos de acciones.

Así, un número cada vez mayor de teorías está demostrando que las expectativas extrapolares podrían ser la respuesta a muchos de nuestros interrogantes económicos. También se corresponden con lo que los economistas encuentran cuando realizan encuestas que preguntan a la gente sobre sus predicciones del futuro. Las expectativas extrapolares podrían ser la gran teoría unificada que permite a los economistas finalmente entender las burbujas, los colapsos del mercado e incluso el propio ciclo de negocios.

Pero para obtener una amplia aceptación, las expectativas extrapolares tendrán que superar años de arraigada convención en la profesión de las ciencias económicas. La cuasi prohibición de utilizar nada que no sean expectativas racionales sigue siendo muy fuerte. En la caza de la verdad, la sociología es a menudo la mayor barrera.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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