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Fabricantes de autos en la mira de Washington a días de Trump

Fabricantes de autos en la mira de Washington a días de Trump

El viernes, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) rechazó la oferta de los fabricantes de autos para rebajar los estándares de eficiencia de combustible, y se supo que autoridades federales abrieron una investigación criminal sobre Fiat Chrysler por su manejo de las emisiones en 104.000 vehículos utilitarios deportivos y camionetas, mientras que el proveedor Takata Corp accedió a declararse culpable y pagar US$1.000 millones para resolver una investigación en Estados Unidos sobre sus bolsas de aire que estallaban y que han sido vinculadas con al menos 17 muertes en todo el mundo.


Esto es mucho más que un golpe de gracia: a una semana de que Donald Trump se convierta en presidente de Estados Unidos, la administración de Obama desencadenó un último esfuerzo de múltiples partes y regulador para la industria automotora, por el que ahora Fiat Chrysler Automobiles NV es el centro de atención.

El viernes, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) rechazó la oferta de los fabricantes de autos para rebajar los estándares de eficiencia de combustible, y se supo que autoridades federales abrieron una investigación criminal sobre Fiat Chrysler por su manejo de las emisiones en 104.000 vehículos utilitarios deportivos y camionetas, mientras que el proveedor Takata Corp accedió a declararse culpable y pagar US$1.000 millones para resolver una investigación en Estados Unidos sobre sus bolsas de aire que estallaban y que han sido vinculadas con al menos 17 muertes en todo el mundo.

Ambas noticias, junto con las multas y sanciones por US$4.300 millones contra Volkswagen AG por su engaño en las emisiones de diésel y la acusación de tres ejecutivos de Takata, constituyen una de las medidas relacionadas con la industria más agresivas desde que la administración de Obama ayudó a General Motors Co. y a la ex Chrysler LLC en el proceso de quiebra en el 2009.

Ahora, la pregunta es cómo responderá Trump, quien hizo campaña prometiendo revivir la industria de combustibles fósiles y retirar regulación ambiental, a las medidas que la industria automotora sostiene que perjudicarán el empleo y los costos para los consumidores.

Sergio Marchionne, máximo ejecutivo de Fiat Chrysler, declaró a la prensa el viernes que la administración de Obama ha adoptado una “postura beligerante” frente a la industria. “No pertenecemos a una clase de criminales”, expresó.

La mayor medida de la administración fue que la EPA se adelantara varios meses a lo programado para afirmar el mandato del presidente Barack Obama de exigir a los fabricantes de autos que reduzcan las emisiones de dióxido de carbono elevando la economización de combustible para toda su flota a un promedio de 50,8 millas por galón hacia el 2025 frente a las actuales 35.3 millas por galón.

El presidente y máximo ejecutivo de la Asociación Nacional de Distribuidores de Automóviles, Peter Welch, instó a Trump a revertir la decisión de la EPA aduciendo en un comunicado que el reglamento agregará miles de dólares al costo de los autos y camionetas nuevas.

Los comentarios de Welch hacen eco del tono más generalizado de la industria automotriz desde el 30 de noviembre, cuando la EPA telegrafió que las regulaciones no verían mayores cambios. El anuncio del viernes constituyó la conclusión de una revisión de la EPA que los fabricantes de autos sostienen que fue abreviada injustamente para salvaguardar la política ambiental emblemática de la administración Obama frente a Trump.

“Políticamente costoso”

“Obama está haciendo que sea más difícil y más políticamente costoso para la nueva administración desarmar las regulaciones”, dijo Brian Johnson, un analista de Barclays Plc en Chicago.

Para que Trump haga esto, tendría que reanudar el proceso que produjo las reglas, para empezar. Dave Cooke, analista de vehículos senior en Union of Concerned Scientists, señala que tal medida incluiría alcanzar una nueva conclusión de que los estándares del 2025 tienen que ser cambiados y, posteriormente, una prolongada reglamentación para llegar a hacerlo.

“Esta no es una decisión que se tome a la rápida”, explicó Cooke; “se basa en años de datos y es mucho trabajo y esfuerzo revertirlo”.

Analistas con sede en Washington en ClearView Energy Partners LLC emitieron una nota para clientes el viernes donde señalan que probablemente el gobierno no retirará las regulaciones. “Creemos que la Administración de Trump puede estar más inclinada a considerar una ‘modificación a medida’ administrativa de corto plazo del programa para dar a los fabricantes de autos más flexibilidad mientras considera una reformulación completa de los estándares MY2022-2025”, se lee en el documento.

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