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Decisión de S&P de rebajar perspectivas de Chile pone presión adicional a Hacienda ante urgencia de encontrar recursos para financiar costos de incendio sin salirse del presupuesto Rodrigo Valdes dice que anuncio refuerza necesitad de priorizar consolidación fiscal

Decisión de S&P de rebajar perspectivas de Chile pone presión adicional a Hacienda ante urgencia de encontrar recursos para financiar costos de incendio sin salirse del presupuesto

La agencia modificó su perspectiva desde estable a negativa, siguiendo los pasos de Fitch de hace menos de dos meses. Cabe mencionar que Chile sigue teniendo la nota crediticia más alta de todos los mercados emergentes y por sobre países desarrollados como Italia, Portugal o España.


El ministro de Hacienda Rodrigo Valdés enfrenta un posible «annus horribilis» en 2017.

La economía no muestra señales de repuntar y el Gobierno tiene un compromiso de consolidar el déficit fiscal este año.

Para eso debe asegurarse de no gastar por encima de lo presupuestado. Pero las presiones en un año de elecciones, con la coalición gobernante en problemas para que abra la billetera, son fuertes.

Y ahora se suma la presión que representa buscar recursos para financiar los costos de los incendios más catastróficos en la historia de Chile. El ministro de Hacienda salió ayer a garantizar recursos para ir en ayuda de las personas afectadas. “Es muy pronto para hacer una estimación mínimamente precisa de cuánto va a costar esto, pero tenemos que tener claro que nosotros tenemos recursos para ir en ayuda de la gente”, aseguró Rodrigo Valdés.

Asimismo, no descartó la posibilidad de usar activos del Tesoro Público en caso de ser necesario, pero dijo que “nuestra primera línea de defensa acá es reasignar, pero veamos la extensión de esto, estamos en la mitad del problema. Tomaremos esa precisión cuando ya tengamos esto más dimensionado, de manera de seguir siendo muy responsables fiscalmente, pero también tener en cuenta que hay necesidades urgentes”.

Es en ese escenario en el que llegó la noticia de que la agencia crediticia S&P Global Ratings había seguido en los pasos de Fitch y decidido rebajar las perspectivas de Chile de “estable” a “negativa”.

En diciembre Fitch dijo que la «prolongada desaceleración» está contribuyendo a un «deterioro relativamente rápido» de su balance soberano.

Un recorte en la perspectiva crediticia, seguido por una rebaja en la nota, implicaría que los costos de financiamiento para el Gobierno suben, poniendo mayor presión a las cuentas fiscales. Para las empresas chilenas, sube su costo de financiamiento y, por ende, significaría menos cash disponible para invertir.

Eso sí, hay que recordar que Chile sigue teniendo la nota crediticia más alta de todos los mercados emergentes y por sobre países desarrollados como Italia, Portugal o España.

Ayer el ministro Valdés salió a dar una reacción acerca de la decisión de S&P. Resaltó que Chile “sigue teniendo el mejor rating de crédito  de la región, lo que se refleja en nuestro acceso a financiamiento a tasas convenientes”.

Explicó que la agencia “modificó su perspectiva desde estable a negativa, ajuste que responde fundamentalmente a que la desaceleración del crecimiento ha impactado en el déficit fiscal y, por ende, en los niveles de deuda del Gobierno”.

Y destaca que “al igual que Fitch, la agencia reconoce la conducción fiscal responsable y valora el proceso de consolidación que hemos impulsado. A su vez, destaca el rol estabilizador que cumple la política monetaria. Pero pone de manifiesto la importancia del crecimiento para la estabilidad fiscal.”

El ministro dijo que la noticia no fue una sorpresa y que “refuerza la necesidad de avanzar en torno a las prioridades que nos hemos impuesto, las que incluyen una consolidación fiscal gradual, mejorar el clima de confianza y aumentar la inversión”.

La decisión de S&P ocurre en momentos en que el Ejecutivo enfrenta dificultades para cumplir con las crecientes demandas sociales en medio de un crecimiento económico más débil.

La agencia calificadora mantuvo el jueves su calificación ’AA-’ para la deuda en moneda extranjera a largo plazo y ’A-1+’ para el corto plazo, y citó los riesgos de un prolongado período de débil crecimiento para la rebaja en la perspectiva, según un comunicado enviado por correo electrónico.

«Podría derivar en continuos fuertes aumentos de la deuda gubernamental, debilitando el perfil financiero soberano”, señala S&P en el comunicado. «Esto también podría contribuir a la erosión de la posición externa del país», añade.

El país con mejor calificación crediticia de América Latina está comenzando el cuarto año de débil crecimiento, su peor desempeño desde inicios de la década de 1980, tras la caída en los precios del cobre, la principal exportación del país. La disminución de los ingresos de la minería se produce en momentos en que el Gobierno intenta cumplir con promesas de educación superior gratuita para todos y mejorar la atención médica. Como resultado, se ha incrementado el déficit presupuestario.

S&P estima que el producto interno de Chile se expandió 1,8 por ciento el año pasado, menos que el crecimiento de 2,3 por ciento en 2015 y por debajo de las expectativas iniciales. Las proyecciones para 2017 son de un leve aumento al 2,2 por ciento, y de una aceleración del crecimiento del producto interno bruto a alrededor del 3 por ciento después de 2018.

S&P agregó que el crecimiento económico de nuestro país podría permanecer bajo, producto de la débil demanda externa y la baja confianza empresarial en el país desde hace tiempo, lo cual podría reducir la inversión del sector privado.

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