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Bajo presión y a pesar de la nube que cubre sus estados financieros, Masvida acude a la Superintendencia de Salud con potencial socio EEFF bajo la lupa

Bajo presión y a pesar de la nube que cubre sus estados financieros, Masvida acude a la Superintendencia de Salud con potencial socio

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Gamma Capital, el mismo fondo que presentó una propuesta que para el directorio de Masvida fue insatisfactoria –porque básicamente consistía en refinanciar pasivos de corto plazo a costa de abultar créditos de largo horizonte–, aparece hoy como el candidato que podría salvarla. Regulador desconoce términos de una negociación que consideraría un due diligence de 60 días, el cual puede no ser satisfactorio, como lo ocurrido con SC. Sobre todo, por el manto que cubre los estados financieros de la isapre, los mismos que motivaron cargos en noviembre por parte de la superintendencia.


“No es un proyecto que respete nuestro ADN médico”, sino una “propuesta rechazada por unanimidad del Directorio”. Así fue considerado el plan que presentó Gamma Capital para entrar al holding Masvida en calidad de socio estratégico, un candidato que tras la caída de Southern Cross (SC) y bajo la presión de encontrar pronto una salida financiera, parece, sin embargo, una carta idónea.

Ayer el presidente del conglomerado, Claudio Santander, junto con ejecutivos de Gamma Capital, acudieron a la Superintendencia de Salud. No dejaron nada por escrito, pero sí dijeron que el acuerdo estaba “prácticamente cerrado”, dicen conocedores del encuentro.

Un acuerdo sobre el cual surgen incógnitas precisamente por el rechazo que había despertado en Masvida la entrada de Gamma Capital.

Según la presentación que hizo el propio directorio de Masvida a sus accionistas, el plan consideraba lo siguiente: la eliminación de empresas no rentables en el corto plazo, desintegrando la actual figura del holding; una renegociación “agresiva” y de “alto estrés” con proveedores y acreedores; más una gestión financiera que consistía en “negociar la deuda de corto plazo en largo plazo y “ésta queda con nosotros cuando ellos se retiren en 3 años” (sic).

Dicha presentación se hizo durante octubre y noviembre a los dueños del grupo, con tal de pavimentar el camino para la entrada de SC, pues fue antes de la junta que aprobó el ingreso del fondo dirigido por Raúl Sotomayor y Norberto Morita.

A cambio, Gamma Capital suscribiría dos préstamos que, en suma, totalizaban $60 mil millones –cifra muy cercana a la oferta presentada por SC– a un interés de UF+8%. El primero sería un crédito enlace por $10 mil millones con respaldo de activos y el segundo uno subordinado por $50 mil millones. Con ello, tanto Gamma como los actuales socios de Masvida compartirían, con el 50% cada uno, los derechos económicos del conglomerado.

Hasta ahora no se sabe si es esta misma propuesta el plan B que baraja Santander para salir del complejo panorama financiero del grupo que preside. Tampoco lo sabe la Superintendencia ni los accionistas. Consultados en Masvida, tampoco aclararon si se trataba de la misma propuesta.

En cualquier caso, existe cierto escepticismo respecto del éxito de la potencial negociación, sobre todo porque esta consideraría un due diligence que podría no ser satisfactorio –como ocurrió con SC– a la luz de los cuestionamientos que ha hecho la superintendencia a los estados financieros de la isapre.

Todos, elementos que, a la luz de la coyuntura que pesa sobre Masvida, son vistos como una vía de Santander para ganar tiempo ante el requerimiento de un Plan de Ajuste y Contingencia, en el cual la empresa debía referirse a “su aumento de capital; transferencia de cartera; cambios en la composición de activos; pago de pasivos; venta de la institución; y cualquier medida que procure la solución de los demás problemas existentes”, según lo estableció el regulador en un oficio revelado por este medio.

En octubre, cuando Santander mostraba las láminas de la propuesta de Gamma, se consideraba un plazo de negociación y due diligence de 120 días. Ahora, de acuerdo a lo publicado ayer por La Segunda, serían solo 60 días, algo no menor considerando que los estados financieros, particularmente de la isapre, pueden despertar preocupación por parte de algún interesado.

EEFF bajo la lupa

La fidelidad de los balances de la isapre fue un tema que terminó por destaparse con la carta que el 7 de diciembre le envió SC a Masvida.

“Como es de su conocimiento, con fecha 29 de noviembre de 2016 se recibió el Oficio Nº7762 de la Superintendencia de Salud, en la que se formularon serias observaciones al cierre contable de Isapre Masvida S.A. al 30 de septiembre de 2016, requiriendo la corrección de dichos estados financieros y formulando cargos formales en contra de la Isapre por las causales contenidas en dicho oficio”, rezaba la misiva.

Y añadía: “De las situaciones observadas, debe tenerse presente el requerimiento para reclasificar correctamente las cuentas de activos y pasivos en sus estados financieros y, en particular, el activo corriente relativo a los saldos con empresas relacionadas. Esto impactaría negativamente el cumplimiento de las condiciones de liquidez y de garantías mínimas que debe observar la Isapre y los requerimientos de boletas de garantías bancarias asociadas a estos índices, lo cual tiene efectos graves frente al regulador de conformidad con la normativa aplicable”.

En ese mismo oficio referido, el regulador alertó a la isapre que no estaba cumpliendo con lo exigido en agosto pasado, en relación con las restricciones de traspasar, bajo cualquier modalidad o condición, fondos a sus empresas relacionadas. Esa exigencia la planteó la superintendencia como requisito para seguir liberándole garantías a la isapre.

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