Ahora Trump sufrió una derrota humillante en su primera prueba legislativa importante, y es un golpe que pone en duda si puede lograr que el Congreso apruebe sus propuestas, incluyendo una reforma tributaria y gastos de infraestructura que contribuyeron a un repunte del mercado bursátil desde su elección.
La jugada salió directamente del libro de un empresario acostumbrado a negociar acuerdos: el presidente Donald Trump dijo a los republicanos de la Cámara de Representantes que era ahora o nunca para revocar y reemplazar la reforma sanitaria aprobada por el ex presidente Barack Obama conocida como Obamacare, y exigió una votación para el viernes. No más negociaciones.
Era bluff, y un grupo obstinado de legisladores republicanos no cayeron en la trampa. Ahora Trump sufrió una derrota humillante en su primera prueba legislativa importante, y es un golpe que pone en duda si puede lograr que el Congreso apruebe sus propuestas, incluyendo una reforma tributaria y gastos de infraestructura que contribuyeron a un repunte del mercado bursátil desde su elección.
La desintegración del plan republicano de asistencia sanitaria también socava la reputación de negociación de Trump y anima a las facciones del Congreso a desafiarlo en cada oportunidad.
«El fracaso es una cosa muy perjudicial desde el punto de vista político», dijo Douglas Holtz-Eakin, presidente del grupo conservador American Action Forum y asesor republicano veterano, en una entrevista antes de que se cancelara una votación sobre el proyecto de ley republicano en materia de salud. «Será difícil recuperarse de esto».
Aunque Trump trató de atribuir parte del fracaso a la falta de apoyo de los demócratas, encontró la «horma de su zapato» en el legislador republicano de Carolina del Norte Mark Meadows y un grupo de conservadores en la Cámara de Representantes. Sus demandas de concesiones fueron lo que finalmente cerró el paso a un plan respaldado por Trump para reemplazar Obamacare.
Trump y sus aliados republicanos podrían revivir el proyecto de ley de salud si logran el respaldo de una coalición a un nuevo plan. Sin embargo, el fracaso del proyecto de ley en la Cámara de Representantes demuestra el enorme desafío de satisfacer a suficientes facciones en el debate sobre la atención médica, tarea que será aún más difícil en el Senado, donde los republicanos tienen una mayoría más reducida y encaran más obstáculos de procedimiento.
«La presidencia es como un tren de carga», dijo David Kochel, republicano veterano que fue el principal estratega de la campaña presidencial de Jeb Bush. «Es grande y pesado y tiene mucho poder. Cuando tiene impulso, es imparable, pero cuando se detiene, es difícil volverlo a poner en marcha».
