Entre los emprendedores estaba el dueño del Liguria, Marcelo Cicali
La cita en el Pequeño Cotollengo reunió a 100 personas del mundo empresarial y de la sociedad civil. El presidente de la CPC llamó a dejar de mirar las cosas con tanto pesimismo y buscar nuevas formas de hacer las cosas para recuperar la legitimidad ante la sociedad.
Ninguno se repitió el plato. Al segundo conclave convocado por el presidente de la CPC, Alfredo Moreno, asistieron 33 poderosos representantes del empresariado quienes llegaron hasta Cerrillos, donde está ubicado el Pequeño Cotollengo, para compartir sus visiones de Chile en una jornada de conversación con un grupo de emprendedores, empresas B y diversas organizaciones de la sociedad civil.
Entre los empresarios que asistieron a esta segunda cita, que precede al primer conclave en Las Majadas de Pirque, figuran los presidentes de Embotelladora Andina, Juan Claro; Cascadas, Rafael Guilisasti; Banco de Chile, Pablo Granifo; Ripley, Lázaro Calderón; BCI, Luis Enrique Yarur; Itaú Corpbanca, Jorge Andrés Saieh; CAP, Fernando Reitich ; Agrosuper, Gonzalo Vial; LarrainVial, Fernando Larraín y Gasco, Matías Pérez Cruz, junto a los altos ejecutivos de Quiñenco, Francisco Pérez Mackenna; BBVA, Manuel Olivares, Celulosa Arauco, Matías Domeyko, Viña Veramonte, Recaredo Ossa.
Además de los presidentes del gremio del Comercio, Manuel Melero; del Agro, Ricardo Ariztía; Construcción, Sergio Torretti y del Consejo Minero, Joaquín Villarino.
Mientras que entre los emprendedores se encuentra el dueño del restaurante Liguria, Marcelo Cicali, además de representantes del mundo social, como Leonardo Moreno y Tomás Recart, junto a Claudia Bobadilla, en innovación, y Roberto Méndez, análisis social.
El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Alfredo Moreno, gestor del encuentro, indicó que en esta oportunidad fueron convocadas 100 personas -20 más que la cita anterior- que provienen del mundo empresarial, emprendimiento, innovación y tecnología para conversar sobre Chile.
La idea del encuentro, al igual que la ocasión anterior, es que los diversos actores de la sociedad se conozcan mejor “para poder reducir las barreras entre cada uno de nosotros y así sumar capacidades, entre gente de acción”, detalla Moreno.
El esquema de trabajo parte por mezclar a los diversos actores para que trabajen en grupos independientes -que en el transcurso de la jornada van cambiando-, con el objetivo de que se presenten, cuenten lo que hacen y sienten. En la tarde, lo conversado se concretaría en propuestas.
“Para poder construir tenemos que juntar las distintas visiones. Empezar a buscar acuerdos y así hacer una diferencia para el país desde la empresa, las fundaciones, los emprendedores e innovadores y desde los que crean”, precisa la presidenta de la Asociación de Emprendedores, Alejandra Mustakis.
¿Por qué el Pequeño Cottollengo? Este hogar atiende actualmente a 350 niños y adultos con discapacidades profundas y un 80% son niños abandonados por esa discapacidad, cuenta el ex gerente general de Derco y director del Pequeño Cotollengo, Ramiro Urenda, quien agrega que el objetivo de hacerlo en ese lugar era para contactar a todos los asistentes con la fragilidad.
“Parte de esta reunión será conocer a estos niños con discapacidad, (porque) que nos pueden enseñar muchas cosas. Al encontrarnos con la fragilidad descubriremos nuestras propias fragilidades y nos convertiremos en personas más humanas”, destaca.
“La principal conclusión que sacamos en el anterior encuentro y que estoy seguro de que sacaremos de este también, es que hay gente muy valiosa en este país, que tenemos un país magnífico, que tenemos que dejar de mirar las cosas con tanto pesimismo, y levantar un poco la vista y pensar en qué podemos hacer mejor. Esa es una tarea de todos, no es una tarea ni del Gobierno ni de alguien en particular, es una tarea de todos”, recalca Moreno.
En ese contexto y para seguir construyendo confianzas con los diversos actores de la sociedad, Moreno ya ha programado otros tres cónclaves del empresariado con los actores civiles en Puerto Varas, Antofagasta y Santiago, respectivamente.
