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Sociedad Nacional de Agricultura redobla su apuesta por marcar agenda y compra seis señales de radio a El Mercurio Gremios empresariales se suman a empresarios como Luksic y Heller que quieren tener su propia voz

Sociedad Nacional de Agricultura redobla su apuesta por marcar agenda y compra seis señales de radio a El Mercurio

Luisa Navea
Por : Luisa Navea Periodista El Mostrador Mercados
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SNA creó el año pasado un fondo de inversión especializado para esta compra, en que participaron más de 30 personas. Casi 1 millón de dólares desembolsó por la concesión radial que le permitirá ampliar su red de FM a las localidades de Copiapó, Concepción, Villarrica, Osorno, Puerto Montt y Punta Arenas. La Fiscalía Nacional Económica le dio luz verde y ahora esperan el visto bueno de la Subtel. La operación se suma a las de la Cámara Chilena de la Construcción y el gremio del Comercio, que también cuentan con señales propias y buscan influir en la pauta, para entrar en la batalla de las ideas. También lo ven como una forma de legitimizarse ante sus grupos de interés. Encontraron en la radio el canal para llegar a más personas y de la manera más directa.


La radio tiene onda.

Así por lo menos parece ser, dado el fuerte interés que están demostrando los grandes grupos económicos –Luksic y Heller– y los gremios por entrar en el negocio o, si ya están presentes, expandirlo.

Reflejo de ello es una poco conocida operación que se concretó entre la nueva cabeza de El Mercurio, Cristián Edwards, y la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). El acuerdo, que aún necesita el visto bueno de la Subtel, es por la compra, a través de una sociedad de inversión, de seis señales radiales que pertenecen al holding mercurial.

La operación ocurre a meses de la adquisición, por parte de la Cámara Chilena de la Construcción, de radio Paula, emisora FM del grupo Dial, que controla el poderoso empresario Álvaro Saieh a través de su conglomerado de medios Copesa.

Ese proyecto está todavía en pañales, pero tiene a Marco Antonio González, el ex hombre fuerte de Saieh en Copesa y, antes, de la Fundación Jaime Guzmán, en condición de asesor. González actualmente está en la Sofofa, pero la inminente llegada de Bernardo Larraín Matte a la presidencia del gremio industrial probablemente significará su salida.

El gremio de la construcción imitaba así el camino trazado por la SNA, que desde 1935 cuenta con Radio Agricultura, y que ha despertado el apetito de diversos empresarios como Andrónico Luksic , quien reconoció que le gustaría comprar más radios para Canal 13, y Carlos Heller Solari, parte de la familia controladora de Falabella, que a través de Megavisión ha construido un holding que incluye a varias señales radiales.

Luksic, además de Canal 13, tiene Play FM, Sonar, Oasis y Tele13 Radio, con señales en Arica, Iquique, Antofagasta, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, San Antonio, Santiago, Concepción, Temuco, Villarica, Osorno, Puerto Montt y Punta Arenas.

Por su parte, Heller Solari sumó recientemente radios Romántica, Infinita y Tiempo, añadiéndose a las ya adquiridas radios Candela y Carolina.

¿Pero qué motiva al empresariado y a los gremios a comprar nuevas señales? Negocio no es. Los flujos no son millonarios y los márgenes son pequeños; sin embargo, el medio genera lealtad y cercanía.

Los más suspicaces apuntan a la necesidad de mantener las riendas de la comunicación, y al poder que acompaña a la posesión de un medio tan poderoso e influyente como la radio.

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Manuel Melero, cuyo gremio acaba de estrenar CNC-Radio –señal web, en marcha blanca, que transmite música, noticias sectoriales y da a conocer la agenda gremial–, cuenta que la razón de mantener una emisora radica en que, además de influenciar, permite comunicarse directamente con su grupo de interés y legitimar la labor del gremio.

En la misma sintonía, el ex presidente de la SNA, Patricio Crespo, y gestor de la compra de seis nuevas señales, recalca que el interés del gremio y de radio Agricultura responde a tener una mejor conexión con los agricultores a través de un canal que es valorado y apreciado por las personas.

La compra de las seis señales fue gestionada por Crespo en calidad de presidente de la SNA, quien junto al secretario general, Juan Pablo Matte, y al presidente de radio Agricultura, César Barros, comenzaron el año pasado a llamar y visitar a agricultores y empresarios con el objetivo de formar un fondo de inversión privado y limitado que permitiera la compra de nuevas estaciones radiales.

Crespo explica que la idea era invitar a los agricultores y empresarios a formar parte de la sociedad de la radio con aportes de capital: “Acciones Serie B, con preferencia en los dividendos. Esa era la manera de no pedirle a la gente un esfuerzo a través de la donación sino que invitarla a un negocio que en lo comercial también funcione, aunque es difícil de rentabilizar, porque es muy competitivo y el avisaje es limitado, por lo tanto se tienen que hacer esfuerzos grandes, no solo para tener una programación atractiva que tenga audiencia, sino que adicionalmente tenga avisadores”, destaca.

Casi un año se demoró la SNA, con ayuda de ejecutivos de la radio Agricultura, en concretar el fondo de inversión, que logró reunir casi US$1 millón para comprar las señales radiales y en que participaron más de 30 inversores. Los compromisos de aportes se cerraron el año pasado, lo que permitió contar con el dinero para comprar las estaciones requeridas.

Hace tiempo que la Sociedad Nacional de Agricultura quería tener más presencia a lo largo de Chile a través de sus señales radiofónicas de Agricultura. Sin embargo, el escenario no era el más óptimo. Había mucha demanda, sobre todo desde regiones, detalla Crespo.

La negociación con El Mercurio llegó el año pasado de la mano de un operador financiero. Este hizo de puente entre el gremio de los agricultores y la familia Edwards, que había comprado este grupo de señales como parte de un plan de comunicación más integral, que luego desestimó.

Esa era la información que al menos manejaba el ex presidente de la SNA a la hora de hacer el acuerdo que le permitió a radio Agricultura crecer comunicacionalmente en la frecuencia modulada en zonas agrícolas importantes para el gremio, como Copiapó, Concepción, Villarrica, Osorno, Puerto Montt y Punta Arenas, las que se sumaron a las frecuencias de Santiago, Valparaíso, La Serena, San Fernando, Talca y Los Angeles, que en total suman 12 señales.

Agricultura fue una de las radioemisoras opositoras al Gobierno de Salvador Allende y apoyó el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 . Su línea editorial es de la derecha dura y entre sus filas se cuentan piñeristas acérrimos como Joaquín Lavín, Cecilia Pérez y Sergio «Checho» Hirane. Su presidente es Cesar Barros, un abierto partidario de Pinochet y fuerte crítico del actual Gobierno.

La transacción de Edwards

El 20 de enero de este año, Cristián Edwards, en representación de la Corporación de Radio Valparaíso Limitada – socia con la Empresa Periodística El Norte S.A., El Mercurio de Valparaíso SAP, Sociedad Periodística Araucanía S.A.–, solicitó a la Fiscalía Nacional Económica (FNE) que informara favorablemente sobre la transferencia de las concesiones de radiodifusión en frecuencia modulada de las seis localidades a la sociedad Publicaciones y Difusión S.A., en calidad de asociada con la Sociedad Nacional de Agricultura y Servicios Agrícola y Comercializadora Agrícola Graneros Limitada.

La conclusión de la FNE fue favorable. El 9 de febrero informaba que la transferencia de las seis concesiones de radiodifusión “no genera efectos adversos al proceso de libre competencia en el mercado”, por lo que “no alteraría la cantidad de participantes en dicho mercado” ni tampoco “modificaría significativamente la participación de las radios locales”. Así, la entidad no presentó reparos y dejó el caso en manos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel).

Actualmente, la Subtel está tramitando una autorización previa para transferir la concesión. Una vez que el gremio sea notificado con la resolución de transferencia –lo que aún no sucede–, este tendrá un plazo de 60 días para hacer ingreso de la respectiva solicitud de modificación de concesión del nuevo titular, adjuntando la respectiva escritura de transferencia. Así, se elaborará el decreto pertinente que deberá ser remitido a la Contraloría General de la República para que tome razón de él. Finalizados estos trámites, la SNA tendrá un plazo de 30 días para que lo publique en el Diario Oficial y así la concesión de las seis señales radiales quedará en manos del gremio.

De esta manera, explica Crespo, “cerramos este ciclo de inversión, con este fondo de inversiones que nos permite ampliar el objetivo que tuvo el ex presidente de la SNA y fundador de radio Agricultura, Jaime Larraín, de entregar información de interés a los ciudadanos”.

El ex timonel de la SNA cuenta que puso un especial énfasis en continuar con dicho legado, ya que Larraín no solo fue su mentor en el camino gremial sino que con él tuvo además un vínculo emocional. “Fue el abuelo de mi primera esposa, de la que enviudé, y que me dio seis hijos”, recuerda.

Crespo motivó a la Construcción a seguir sus pasos

Alejado hace solo unas semanas de la testera de la SNA, hoy en manos de Ricardo Ariztía, el ex presidente ve con buenos ojos que gremios como la Cámara Chilena de la Construcción –aliado histórico de la agricultura– tengan su propia señal y confiesa que fue él quien los motivó a tomar tal decisión. El objetivo era ser socios en un futuro, para abaratar costos.

“Consiguieron la radio y espero que la puedan implementar. Tendrán un muy buen canal para comunicarse con su gente. Lo más seguro es que en un comienzo apunten a su grupo de interés laboral y profesional, y evolucionarán dependiendo de la línea editorial que quieren dar”, precisa Crespo.

Todo apunta a que los gremios necesitan legitimarse por este canal de información. “La radio está bien acreditada y tiene una muy buena apreciación ciudadana. La radio no engaña, es veraz”, puntualiza.

Pero, por otra parte, precisa que su interés no es controlar la comunicación. “Como SNA, ocupamos muy poco la radio para transmitir nuestras opiniones, porque creemos que la radio tiene que estar abierta a la comunidad y para validarnos tenemos que tener una línea editorial muy abierta… Nunca hemos pauteado ni al director ni al directorio”, señala.

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