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Una nueva economía diversificada está emergiendo frente a la miopía del empresariado Opinión

Una nueva economía diversificada está emergiendo frente a la miopía del empresariado

Hay que diversificar la canasta exportadora –que solo ha crecido 2% en los últimos 10 años–, se debe acrecentar la inversión en innovación, en capital humano calificado en ciencia y tecnología; esa agenda no es compartida por la actual dirigencia empresarial y tampoco comparte la visión futuro expuesta por la Presidenta Bachelet en su cuenta pública, de que como país “necesitamos transitar hacia una economía renovada, con capacidades para innovar, más productiva, con más fuentes de riqueza”.


Poscuenta pública, el empresariado –vía distintas voces– ha cuestionado la poca preocupación por el crecimiento económico señalada en el discurso presidencial e insiste en su fórmula de “simplificación regulatoria y de rebajar impuestos” como claves para recuperar capacidad de crecimiento.

Es lamentable que la dirigencia empresarial no quiera escuchar –ni menos asumir– que el modelo de exportación de los commodities está dando claros signos de agotamiento (2% de crecimiento en los últimos años y 3% de PIB tendencial).

Las voces empresariales siguen señalizando a las reformas como las responsables del bajo crecimiento y claramente no comparten la visión de que el modelo de desarrollo está agotado, ni menos comparten lo que la Presidenta Bachelet señaló en su discurso del 1 de junio, respecto a que “la mayor demostración ha sido la pérdida de vigor de nuestro crecimiento desde fines del 2012, la menor dinámica exportadora desde hace 10 años y una productividad estancada desde hace aún más tiempo”.

Esta falta de visión compartida sobre las causas del débil crecimiento no solo tiene efectos en el presente sino también sobre las estrategias de futuro.

Hay visiones ideologizadas y de un simplismo en el debate público que preocupan.

Hay que diversificar la canasta exportadora –que solo ha crecido 2% en los últimos 10 años–, se debe acrecentar la inversión en innovación, en capital humano calificado en ciencia y tecnología; esa agenda no es compartida por la actual dirigencia empresarial y tampoco comparten la visión futuro expuesta por la Presidenta Bachelet en su cuenta pública –y que en lo personal suscribo 100%–, de que como país “necesitamos transitar hacia una economía renovada, con capacidades para innovar, más productiva, con más fuentes de riqueza”.

Ese llamado de futuro ha sido recogido por los inversionistas –extranjeros y nacionales– que se atreven a innovar e invierten en nuevas industrias como las energías renovables –especialmente la energía solar y los parques eólicos–, que en los últimos 2 años tienen proyectos de inversión aprobados medioambientalmente por más de US$ 26.600 millones –desmintiendo la aseveración de algunos de que la “la inversión se cayó”–; en el litio, donde el país tiene enorme reservas para una industria que alimentará las baterías de los autos eléctricos; los alimentos saludables; el turismo sustentable –que en el 2016 atendió a más de 5,6 millones de turistas, no solo argentinos sino de diversas partes del mundo, atraídos por nuestras bellezas naturales–; la acuicultura, entre otras industrias que están diversificando nuestra matriz productiva.

Eso está ocurriendo hoy en el país. Además, la energía está más barata producto de una agenda energética que ha hecho bajar los precios de los US$ 140 el MW en el gobierno anterior a montos muy inferiores y competitivos; los recursos para Innovación han crecido en 45% en relación con el año 2013, se ha democratizado el emprendimiento creando 36 co-works o espacios colaborativos para el emprendimiento, donde están emergiendo nuevas ideas para los negocios producto de esta inversión pública.

Queda camino por recorrer, pero no hay dudas: la economía chilena se está empezando a diversificar.

Esa diversificación no la está viendo el empresariado, porque sigue pensando –como en el pasado– que solo basta explotar materias primas y rentar en el mercado de capitales.

Eso ya no es suficiente.

José Miguel Ortiz
Diputado
Presidente Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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