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El parelé por Twitter de Bernardo Larraín Matte a Ricardo Hausmann sobre crítica a gremios empresariales

El parelé por Twitter de Bernardo Larraín Matte a Ricardo Hausmann sobre crítica a gremios empresariales

“Ya sea Argentina, Chile, Colombia, Francia, México o el Reino Unido, las organizaciones empresariales no otorgan voz política a la red de stakeholders, sino a los patronos”, disparó el ex ministro de Planificación de Venezuela y profesor de Economía de Harvard, en su columna de Project Sindicate. A lo que el timonel de la Sofofa rebatió: “Los gremios debemos visibilizar la esencia del ser empresa (…) la dimensión capitalista (…) humana y social de las empresas (…)”.


En una nueva columna publicada en Project Sindicate, el influyente académico de Harvard y ex economista en jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ricardo Hausmann, volvió a incendiar la pradera con sus comentarios sobre las empresas. Pero esta vez sus dardos apuntan a la labor y los fines que persiguen las asociaciones empresariales.

Quien recoge el guante es el recién estrenado presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, que en seis tuits responde a lo afirmado por el economista de la Universidad de Harvard y actual director del Centro de Desarrollo Internacional de la misma casa de estudios.

En su artículo, Hausmann se pregunta: ¿en nombre de quién hablan las asociaciones empresariales? Su respuesta es a nombre de las empresas. Pero ¿quién es la empresa?, añade. Haciéndose cargo de ese cuestionamiento, precisa que aunque las empresas han cambiado de manera radical la forma en que se ven a sí mismas, las asociaciones empresariales todavía no lo han hecho. “Y el desfase resultante le resta legitimidad al capitalismo en muchos países”, plantea.

En ese marco, desliza que aún impera la visión tradicional de la empresa –que comparten tanto Karl Marx como Milton Friedman–, en cuanto a que es una organización de propiedad de capitalistas (los accionistas), en cuyo nombre se la administra. “La empresa contrata trabajadores y adquiere otros insumos a fin de maximizar los retornos de quienes aportan el dinero”, indica. Pero valora la visión de Friedman respecto a que la responsabilidad social de la empresa es aumentar las ganancias. “Cualquier objetivo que no beneficie directamente a los accionistas no es más que otro impuesto que distorsiona”, sostiene Hausmann.

Reconoce que las grandes empresas modernas luchan por crear la sensación de una comunidad colaborativa de empleados, administradores, proveedores, prestamistas, distribuidores, prestadores de servicios, clientes y accionistas, quienes cooperan para crear valor a través de la satisfacción de las necesidades y aspiraciones del cliente.

Sin embargo, insiste en que la representación social y política del sector empresarial se asemeja más al arquetipo de Friedman. “Con demasiada frecuencia, las asociaciones empresariales hablan solamente en nombre de los estrechos intereses de los propietarios capitalistas”, apunta.

Agrega que “ya sea Argentina, Chile, Colombia, Francia, México o el Reino Unido, las organizaciones empresariales no otorgan voz política a la red de stakeholders, sino a los patronos”.

A ese punto hacen referencia los primeros cuatro tuits de Bernardo Larraín, quien explícitamente anuncia por esta red social que responderá a lo planteado por Hausmann. La visión del timonel de la Sofofa es que los “gremios debemos visibilizar y representar la esencia del ser empresa. Visibilizar y representar la dimensión capitalista de las empresas, tomando en cuenta que las utilidades son resultado de riesgo-inversión-creación valor. Además de visualizar la dimensión humana (colaboradores, clientes, proveedores) y social de las empresas (más valor para su entorno)».

«Son el riesgo asumido, el capital invertido, las dimensiones humana y social de la empresa, (lo que da) legitimidad ética a su dimensión capitalista”, precisa.

En su artículo, Hausmann también señala que la representación política del sector empresarial en sí misma, si está bien concebida, es de valor incalculable para la sociedad: “Después de todo, el progreso económico exige que la mano invisible del mercado esté coordinada con la mano visible del Estado”, puntualiza.

Además, advierte que las asociaciones empresariales necesitan interactuar con el Gobierno, a fin de identificar los bienes públicos que hagan más productivos a los ecosistemas económicos, de modo que ellos puedan crear mayor valor para todas las partes interesadas. Pero asegura que “esta labor se ve entorpecida por la percepción de que quienes están en la mesa, lo hacen para representar los estrechos intereses de los patronos, como claramente lo sugiere la agenda de sus políticas, la cual con frecuencia se enfoca en trasladar la carga tributaria a terceros”.

Sobre el particular, Larraín Matte disiente, al indicar –vía Twitter– que el “Estado y gremios tenemos roles: Estado proveer regulación e institucionalidad y gremios ideas para hacerlos eficientes y productivas”. Y recalca el trabajo emprendido por él desde que asumió el gremio de la industria: “En Sofofa lanzamos la agenda de simplificación regulatoria +Simple=Mejor, porque la regulación es un bien público que requiere modernización”.

El economista de Harward concluye que existe tal desfase entre la empresa y los gremios de empresarios, pero advierte que si las asociaciones empresariales pudieran transformarse de modo que representen y den voz a la red de stakeholders sobre la cual, de hecho, se construyen las empresas, dichas asociaciones podrían contribuir de manera considerable a la creación de una sociedad mucho más colaborativa e inclusiva.

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