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Nuevo hito del bitcoin: el miedo a perdérselo ya es viral

Nuevo hito del bitcoin: el miedo a perdérselo ya es viral


Todos, desde el conductor de Uber hasta el gestor de fondos de cobertura, parecen temer perderse la burbuja del bitcoin.

Esta es la única conclusión real que podemos sacar del último hito simbólico de la madre de las criptomonedas. Su precio en dólares se multiplicó por diez este año, sin que se hayan corregido de manera convincente ninguno de sus defectos como método de pago. Las transacciones aún son costosas y lentas.

Los inversores de Wall Street y el cliente promedio están desesperados por sacar partido a un boom que es considerado abiertamente insostenible, incluso por sus más fieles seguidores. En el extremo sofisticado del mercado, Bitcoin Investment Trust, una forma de sacar provecho de la criptomoneda sin poseerla, ha alcanzado una prima del 62 por ciento sobre el valor neto de los activos. Las acciones han subido un 50 por ciento en tres días. En el lado del consumidor, las aperturas de cuentas alcanzan ya los seis dígitos. Las búsquedas de Google de «préstamo de bitcoins» o «crédito de bitcoins» están aumentando.

No se trata de invertir para el futuro, sino de enriquecerse ahora. Jack Bogle, de Vanguard, tiene razón al decir que no hay nada para respaldar al bitcoin, excepto la teoría de “vender al más loco” (“greater fool”), esto es, la esperanza de que siempre haya alguien en el futuro dispuesto a comprar su activo a un precio aún más alto. Pero incluso Bogle no descarta que el precio del bitcoin se duplique desde los precios actuales. Y Bogle es una persona informada.

La capitulación de los escépticos ha sido notable. Anécdotas de arrepentimiento de aquellos que vendieron sus bitcoins se multiplican. En conversaciones con inversores en criptomonedas experimentados, ha pasado a ser sencillamente imposible imaginar un escenario de desplome racional, ya sea debido a los reguladores, o bifurcaciones extremas, o a un hackeo. Eso no significa que el precio no vaya a caer, sino que, cuando lo haga, será casi tan inexplicable como lo fue su subida.

En otras palabras, estamos en una situación que va más allá de los gráficos de precios. El auge del bitcoin ha ido más allá de las famosas manías del mercado del pasado, como la tulipomanía en los Países Bajos o la Burbuja de los Mares del Sur, y ha durado más que la Epidemia de Baile de 1518 que sacudió Francia. Es un fenómeno social o antropológico que nos recuerda cómo las diferentes tribus y culturas ven el concepto del dinero, desde los dientes de ballena hasta las deudas sociales abstractas, tal como lo exploró el académico David Graeber. ¿Qué otros mercados han generado arte conceptual como la pintura “The Slaying of BearWhale”? («La matanza del BearWhale», donde «BearWhale» hace referencia a un operador importante que apuesta a la caída del precio del bitcoin).

Reiterar los riesgos obvios e inherentes de operar con criptomonedas parece una tarea inútil. Pero, una vez más, conviene recordar que el ecosistema del bitcoin no está regulado y está abierto a los abusos. El reciente supuesto hackeo de Tether, que golpeó brevemente el precio del bitcoin, aún no se ha explicado del todo, y algunos temen que las transacciones especulativas con estos tokens convertibles en dólares estén contribuyendo a la burbuja.

Aún así, la emoción general en torno al bitcoin muestra que se ha aprovechado de un impulso especulativo, un impulso que no busca ser tranquilizado por dividendos, planes de negocios, flujos de efectivo o casos de uso. Resaltar un número grande y redondo como US$10.000 solo se dirige a nuestra reacción emocional a los números grandes y redondos. Pero no explica el riesgo de que el bitcoin caiga algún día al número más grande y más redondo de todos: el cero.

Lionel Laurent
Columnista de Bloomberg Gadfly que cubre finanzas y mercados. Anteriormente trabajó en la agencia Reuters y la revista Forbes.

-Esta columna no refleja necesariamente la opinión de Bloomberg LP o sus propietarios.

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