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Gobiernos corporativos: los desafíos para Sebastián Piñera y su nueva administración Opinión

Gobiernos corporativos: los desafíos para Sebastián Piñera y su nueva administración

Las expectativas económicas aumentaron, lo que es un excelente indicio para el mercado local, pero esto también debe ir de la mano de las exigencias que establezca el Poder Ejecutivo respecto a la adopción de prácticas, sobre todo porque desde que Chile ingresó a la OCDE, al país se la ha exigido mantener un estándar en esta materia, al que obviamente las sociedades anónimas chilenas no se han sumado (31% y 29% de adopción para los períodos 2015 y 2016).


Hace pocos días se ha llevado a cabo el cambio de mando en nuestro país, en el cual el Presidente Sebastián Piñera asume un segundo periodo presidencial con grandes desafíos, destacando, por ejemplo, en su primer discurso público cinco acuerdos nacionales, entre ellos, el anhelado “Desarrollo”. En este sentido, las sociedades anónimas abiertas se encuentran en deuda en materia de gobiernos corporativos, debido al poco interés en avanzar al respecto. A modo de ilustración, el porcentaje de adopción de prácticas para el año 2015 fue de un 31%, mientras que en el período 2016 la adopción disminuyó a un 29%.

El gobierno corporativo es un instrumento de creación de valor ampliamente reconocido a nivel mundial, entre sus múltiples beneficios se encuentra que es un mecanismo de autorregulación de las compañías, permite identificar riesgo, mitigar pérdidas y construir credibilidad, no solo para los accionistas, directorio y alta administración, sino también para el mercado en general.

Entre las principales debilidades que presentan los mecanismos de gobernanza podemos identificar el desarrollo de las áreas de gestión de riesgos, fortalecimiento de la composición del directorio, mayor transparencia con los accionistas y someter a evaluación de terceros independientes los distintos órganos de gobierno.

Ahora bien, desde que el Presidente Sebastián Piñera fue electo, las expectativas económicas aumentaron, lo que es un excelente indicio para el mercado local, pero esto también debe ir de la mano de las exigencias que establezca el Poder Ejecutivo respecto a la adopción de prácticas, sobre todo porque desde que Chile ingresó a la OCDE, al país se la ha exigido mantener un estándar en esta materia, al que obviamente las sociedades anónimas chilenas no se han sumado (31% y 29% de adopción para los períodos 2015 y 2016).

Entre los principales desafíos para este nuevo Gobierno se encuentran:

-Aumentar las cuotas de género en los directorios.
-Diversificar la composición del directorio con ejecutivos de diversas profesiones.
-Mayor capacitación de los directores e inclusión de directores independientes.
-Fortalecer el rol regulador de la Comisión para el Mercado Financiero en relación con el cumplimento de la NCG N°385.
-Velar por que las Sociedades cuenten con más mecanismos de voto remoto.
-Exigir una evaluación externa correspondiente a las prácticas de gobierno corporativo.

Claramente la señal que se entrega al mercado por la baja adopción de prácticas de gobierno corporativo no es positiva, sobre todo si el deseo es atraer inversión, por tanto, si uno de los grandes acuerdos planteados es llegar al desarrollo, comencemos por que los órganos correspondientes exijan a nuestras grandes empresas que se sumen hacia una verdadera adopción en materia de gobernanza de las corporaciones.

Felipe Arenas Torres
Académico Universidad de Talca
Facultad de Economía y Negocios
Escuela de Contador Público y Auditor
Asesor Senior Clínica Empresarial

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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