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Guerra comercial lleva a bancos centrales a revisar reservas

Guerra comercial lleva a bancos centrales a revisar reservas

Con el aumento del proteccionismo en Estados Unidos, una serie de estrategas de Wall Street dicen que los argumentos que favorecen al euro rara vez han sido mejores. Las crisis existenciales que obstaculizaron el experimento europeo han retrocedido. Una economía renaciente ha estimulado especulaciones de que los bancos centrales de la región frenarán las políticas que llevaron los rendimientos del euro por debajo de cero. Y mientras el presidente Donald Trump amenaza con una guerra comercial con China, la Unión Europea persigue acuerdos de libre comercio en Asia y América Latina.


Por primera vez en una década, los bancos centrales del mundo están mirando más allá del dólar para construir sus reservas de divisas.

Con el aumento del proteccionismo en Estados Unidos, una serie de estrategas de Wall Street dicen que los argumentos que favorecen al euro rara vez han sido mejores. Las crisis existenciales que obstaculizaron el experimento europeo han retrocedido. Una economía renaciente ha estimulado especulaciones de que los bancos centrales de la región frenarán las políticas que llevaron los rendimientos del euro por debajo de cero. Y mientras el presidente Donald Trump amenaza con una guerra comercial con China, la Unión Europea persigue acuerdos de libre comercio en Asia y América Latina.

Por supuesto, el dólar domina la mayor parte de los US$11,3 billones de reservas internacionales del mundo y se espera que la mayor parte siga así. Pero incluso un pequeño cambio, ya sea como cobertura contra las políticas comerciales de Trump o en nombre de la diversificación, podría tener grandes consecuencias. Después de rehuir la moneda común durante años debido a las tasas de interés negativas y la agitación persistente de la región, los administradores de reservas en algunos de los bancos centrales más grandes ahora buscan agregar más euros, de acuerdo con dos jefes de estrategia de divisas que han sostenido discusiones regulares con ellos.

Muchos países de todo el mundo están recurriendo a Europa para aumentar la asociación comercial’, dijo Jens Nordvig, quien fue el estratega de divisas mejor clasificado de Wall Street durante cinco años consecutivos antes de formar Exante Data hace poco más de un año.

«No es una locura pensar que eso también va a pasar en el área de mercados de capital y asignaciones de reservas. En el fondo, esta posición comercial que EE.UU. tiene ahora no es útil en términos de hacer que el dólar sea atractivo» para los bancos centrales que mantienen miles de millones en reservas.

Nordvig estima que medio billón de dólares podría fluir hacia el euro en los próximos dos años, lo que equivale a un aumento del 25 por ciento en la porción de reservas de la moneda.

Los países en desarrollo y las naciones exportadoras de petróleo del Medio Oriente, que dependen en gran medida del comercio internacional, son los que muestran más probabilidades de aumentar sus asignaciones en euros, dijo. Seis economías emergentes -China, Arabia Saudita, Taiwán, India, Corea del Sur y Brasil- mantienen casi la mitad de las reservas mundiales, según datos compilados por Bloomberg. Solo China ha acumulado más de US$3 billones en divisas – principalmente como resultado de sus exportaciones baratas a EE.UU.

Las ramificaciones de tal cambio son significativas. Por más de medio siglo, el dólar ha sido la moneda de reserva preferida de la mayoría de los bancos centrales del mundo debido a su profundidad y estabilidad en los mercados globales. Ese estado ha dado a EE.UU. algunas ventajas notables. Ha ayudado a EE.UU. a mantener controlados los costos de financiamiento, lo que le permite tener déficits presupuestarios, en tanto los socios comerciales colocan sus dólares en bonos del gobierno de EE.UU.

Los beneficios también se extienden a las empresas estadounidenses porque el uso generalizado de dólares en el comercio mundial, como para el petróleo y los productos básicos, a menudo hace que sea más barato para las multinacionales estadounidenses pedir prestado a muchos de sus competidores en el extranjero.

Actualmente, alrededor del 64 por ciento de las reservas mundiales están denominadas en dólares. El euro, la única otra moneda de reserva principal, se ha mantenido en un distante segundo lugar, representando un 20 por ciento de las reservas asignadas oficiales, o US$1,93 billones. (El resto comprende una mezcla de otras monedas nacionales como la libra esterlina, el yen japonés y el dólar canadiense.)

Ahora, dos grandes razones sugieren que el euro está a punto de tener su momento.

De la que todos quieren hablar es la economía y cómo se ha recuperado. El año pasado, la zona del euro se expandió un 2,3 por ciento. Si bien eso podría no parecer mucho, fue el mayor crecimiento en una década y casi cuatro veces el promedio en ese lapso.

La brillante perspectiva ha estimulado la especulación de que el BCE reducirá su estímulo. Y políticamente, la unión está más sólida de lo que ha estado en años, especialmente después de que la elección de Emmanuel Macron en Francia en mayo calmara una creciente oleada de sentimiento anti-UE.

Factor Trump

Pero igual de importante, tal vez, es el factor Trump. Mientras los estrategas de Wall Street se resistían a señalar con el dedo las políticas comerciales de «Estados Unidos primero» de la administración Trump, hay pocas dudas de que, a largo plazo, el proteccionismo de EE.UU. podría socavar la posición global del dólar.

A principios de marzo, Trump tuiteó que «las guerras comerciales son buenas, y fáciles de ganar» y cumplió su promesa de devolver el golpe a China promulgando hasta US$60.000 millones en aranceles. La administración también ha dado más de algunas señales de que prefiere un dólar más débil para ayudar a los fabricantes de EE.UU.

China, que tiene más deuda pública de EE.UU. que cualquier otro acreedor extranjero, respondió con impuestos propios y señaló que «todas las opciones», incluida la reducción de sus compras de bonos del Tesoro, estaban sobre la mesa.

Acuerdos comerciales

Contrasta la retórica de Trump con las recientes iniciativas de Europa para forjar vínculos comerciales más estrechos con Japón, China y gran parte de América Latina, incluidos México y Brasil. El comercio total de la UE con China ha crecido casi un 75 por ciento en la última década a US$590.000 millones en 2016, según cifras del FMI compiladas por Bloomberg. Sobre esa base, la UE está a punto de eclipsar a EE.UU. como el mayor socio comercial de China.

Algunos todavía no están totalmente convencidos. Incluso cuando el euro protagonizó su mayor alza frente el dólar desde 2003 gracias a un crecimiento más fuerte, los bancos centrales redujeron sus tenencias de euros el año pasado, de acuerdo con Goldman Sachs. El auge del populismo en Europa -en particular, la sorprendente candidatura de la nacionalista Marine Le Pen en las elecciones presidenciales de Francia y lasimpresionantes victorias de partidos en contra del establishment en Italia – podrían explicar por qué los administradores de reservas son reacios a sumergirse, según Stephen Jen de Eurizon SLJ Capital.

Nordvig sostiene que no llevará mucho mover la aguja. Los bancos centrales eran tan reacios a mantener el euro que muchos eliminaron totalmente la moneda de sus reservas. En 2016, Brasil – el décimo mayor tenedor de reservas- no tenía euros. Arabia Saudita, el cuarto, tenía un poco más del 10 por ciento de su cartera en euros, mucho menos que el promedio.

«Creemos que un repunte en la demanda de reservas está a la vuelta de la esquina», dijo Zach Pandl, codirector de estrategia global de divisas de Goldman, que predice que los bancos centrales pueden canalizar US$300.000 millones hacia el euro dentro de los próximos uno a tres años. «Muchas de las condiciones previas que deben cumplirse están empezando a aparecer».

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