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Clínica Las Condes busca poner a prueba la confianza del mercado tras sincerar un nefasto 2017 En la junta de accionistas deberá renovarse todo el directorio

Clínica Las Condes busca poner a prueba la confianza del mercado tras sincerar un nefasto 2017

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Su presidente, Andrés Navarro, en la memoria de la compañía, sinceró que el pasado año fue lejos el más difícil, tras reconocer errores contables por más de $10 mil millones y registrar pérdidas del mismo nivel. Con este escenario, la empresa inscribió esta semana bonos por hasta UF 3,5 millones para ser colocados en el mercado local y, en paralelo, busca renovar su directorio con nuevos nombres, entre ellos, Alberto Eguiguren, brazo derecho del empresario Nicolás Ibáñez y polémico defensor del procesado Sergio Jadue.


El año más “complejo” de su historia. Ese fue el diagnóstico que hizo el empresario Andrés Navarro, presidente de Clínica Las Condes (CLC), respecto de un movido 2017, temporada turbulenta que lo llevó forzosamente a asumir la conducción de la compañía, entre una serie de cambios internos.

Clínica Las Condes viene de un ejercicio de grandes pérdidas en un contexto marcado por cuestionamientos agudos al sistema de salud, el cual todavía no tiene certezas respecto de un nuevo marco regulatorio, particularmente en lo que concierne al mundo de las isapres, entre otros temas. El año pasado, la firma perdió $10.947 millones, versus las ganancias de $12.447 millones que había acumulado en 2016.

Las razones de este magro desempeño fueron principalmente el aumento en los costos de ventas, que subieron un 7,1%, y un alza de 12,5% en gastos de administración, producto de los ajustes no recurrentes realizados en 2017 como parte de la profunda reestructuración interna que no solo llevó a Navarro a asumir la presidencia de la clínica preferida de la elite, sino también a Jaime Mañalich, ex ministro de Salud de Sebastián Piñera, a ocupar la gerencia general.

Más allá de su performance, 2017 ya había partido mal tras reconocer errores contables por más de $10 mil millones que se venían arrastrando desde hace 10 años, factor que gatilló conflictos internos vigentes hasta hoy.

En medio de este panorama, paradójicamente, la clínica busca poner a prueba la confianza del mercado. Esta semana inscribió parte de los bonos que anunció a mediados de enero. En la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la empresa envió los antecedentes de lo que sería su primera emisión en el año, por UF 3.5 millones a una tasa de interés anual de 3,95% y vencimiento para 2043.

En paralelo a esta inscripción de papeles, Mañalich dio una entrevista en El Mercurio Inversiones, con la misión de transmitir confianza por tales bonos.

«Si la línea de bonos se coloca en el mercado como pensamos, deberíamos salir a fines de este año con una utilidad positiva, en línea con el Ebitda positivo, del orden de $5.000 millones», dijo a ese medio. El plan es modificar su estructura de deuda a punta de bonos y así aliviar sus deudas con la banca, algo no menor considerando que solo sus pasivos corrientes alcanzan casi $100 mil millones a diciembre de 2017.

En febrero pasado, Feller Rate y Humphreys le asignaron una nota de A- a las líneas de bonos de la clínica. La primera, con perspectiva negativa, y la segunda, con tendencia estable. Según Feller Rate, un escenario a la baja podría darse “en el caso de que los indicadores financieros no retornen en el corto plazo al nivel esperado, sumado a la mantención de una liquidez ajustada. Asimismo, podría suceder de existir un mayor debilitamiento operacional o un incremento en la deuda financiera”.

Cercanos al centro de salud comentan que, pese a la campaña para reposicionar a la clínica ante los inversionistas, persisten las dudas sobre cuál es el proyecto a largo plazo del centro de salud, cuál es la misión de Navarro, que volvió a la clínica luego de haber anunciado su retiro del mundo empresarial, y qué sucederá con las constantes pugnas de poder en la clínica, que ha tenido varias veces enfrentados a los doctores, socios del recinto y una serie de accionistas. La guerra entre los diferentes poderes en CLC ha continuado, tal como contó El Mostrador Mercados.

El diagnóstico de Navarro

El presidente de Clínica Las Condes, el empresario Andrés Navarro, tiene clarito el complejo panorama de la compañía y llamó a sus colaboradores a ajustarse a este nueve escenario.

En la memoria de la empresa, Navarro reconoce que “2017 fue el año más complejo en la historia de esta empresa. Ya en enero hubo que transparentar diferencias contables acumuladas a través un hecho esencial a la CMF y los accionistas decidieron en abril renovar el Directorio de la institución, y este, a su vez, cambiar a toda la administración superior de la Clínica y sus filiales”.

“El enorme capital de prestigio institucional construido por tantos sufrió un fuerte impacto, el patrimonio de la compañía se desvalorizó significativamente en un período de semanas, y el clima de confianza fue reemplazado por recelo”, prosigue.

“Este año difícil coincide con un cambio de la conducta de los aseguradores, que han apuntado a un mayor control de costos, menores coberturas, revisión más acuciosa de los programas médicos y una creciente preferencia por mecanismos de pago orientados a paquetización de soluciones, con lo que se transfiere riesgo financiero a los prestadores. Puntualmente, la industria aseguradora privada ha estado sometida a un escrutinio más intenso por la respectiva superintendencia, toda vez que el caso Masvida demostró que las debidas garantías de pago para los afiliados no estaban suficientemente reguladas”, puntualiza

Y añade: “Ello obligó hacia el final del año a un esfuerzo de austeridad y control de costos que empieza a mostrar resultados. Este esfuerzo ha sido comprendido por los trabajadores de la Clínica, por los médicos, así como por el Directorio. Lo que se ha hecho es ajustar la oferta de camas, pabellones y servicios a la demanda real, pero manteniendo el margen para incluso un crecimiento ambicioso durante el período 2018-2019”

Y, finalmente, hizo un llamado a resolver los conflictos internos. “Esta es una empresa en que hay solo lugar para el trabajo en unidad. Debe resolver sus controversias internamente, y actuar en forma monolítica”, haciendo un llamado “a la austeridad y la eficiencia. No hay espacio para el derroche. Todos los colaboradores han entendido este mensaje y se han comprometido con este proceso, por lo que deben ser reconocidos. Tenemos la capacidad y el deber de atender a más personas con lo que ya tenemos», recalca.

Nuevo directorio

En abril la empresa se apresta a renovar su directorio, instancia encargada de zanjar disputas internas. Apenas se reconocieron los errores contables de la compañía, Alejandro Quintana, ex director, renunció y hace unas semanas lo siguió Carlos Gil, ambos elegidos con los votos de la familia Karlezi (parte de la familia Solari-Falabella), poseedora de cerca del 17% de la firma.

Al renunciar Quintana, este le envió una dura carta a Fernando Cañas, entonces presidente de Clínica Las Condes, apuntando al conflicto societario que pesa sobre la empresa. «Desde mi posición de director he procurado actuar en todo orden de materias, y durante el tiempo en que he ostentado este cargo, con la debida independencia, diligencia y cuidado, no obstante lo cual advierto permanentemente en el directorio la adscripción a un modelo alineado con un grupo de accionistas cuyos intereses influyen decisivamente en la administración de la sociedad, situación a la cual le atribuyo la seriedad y gravedad suficiente como para motivar mi renuncia», dijo en enero de 2017.

Ambas salidas gatillan una próxima renovación del directorio, para el cual ya surgen candidatos, al menos para los cargos de directores independientes. Karlezi propuso a Miguel Ortiz, mientras otro candidato es el abogado Alberto Eguiguren Correa, muy cercano al empresario Nicolás Ibáñez y ex presidente del Canal del Fútbol (CDF).

Mientras Ortiz participa en el directorio de otras sociedades, como Nueva Energía de Chile, habiendo compartido mesa con Gerardo Varela, actual ministro de Educación, y Raúl Sotomayor, socio de Southern Cross. Cabe recordar que Eguiguren es un conocido personaje dentro del mundo del poder.

Es sabida su cercanía con Nicolás Ibáñez, de hecho, fue su asesor en la venta de D&S a Walmart y, asimismo, director de CFR y en 2013 asumió la presidencia del CDF.

En el ámbito del balompié fue donde empezó a cobrar mayor connotación pública, principalmente por ciertos vínculos con el procesado Sergio Jadue, quien se escapó de la ANFP y por estos días espera sentencia en EE.UU.

Un reportaje de Ciper reveló vínculos entre una empresa asociada a Eguiguren, Transportes Australis, dueña de un avión privado que arrendó Jadue y que a la ANFP le costó $138 millones. Eguiguren rechazó estar relacionado con la compañía, a pesar de que igualmente aparece como socio constituyente de Inversiones Australis, a través de Asesorías e Inversiones Los Espinos.

Todo ello fueron coyunturas acontecidas en 2016 y, antes, Eguiguren había dado su respaldo público a Sergio Jadue. En 2014 afirmó: “Creo que (la ‘comisión sobornos’ liderada por Jaime Estévez, entonces director de la ANFP) le va a dar la razón a Sergio y la tranquilidad para poder seguir libre de comentarios de personas malintencionadas que lo único que buscan es su salida y dañar su imagen. Son personas que buscan el poder, que tienen ambición y que quieren la figuración que les da este tipo de cargo”.

De parte de los doctores accionistas de la clínica, fuentes conocedoras comentan que el candidato, aún no oficializado, sería Francisco Silva, director que fue cercano a la familia Karlezi, pero que se pasaría al bando de los médicos.

A la par de informar las postulaciones a directores, CLC oficializó los términos de un aumento de capital que propondrá inmediatamente después de terminada la junta ordinaria. «Se propondrá aumentar el capital social mediante la emisión de 200.000 acciones nominativas de una misma serie a un valor de colocación no inferior de $40.000». La firma además dijo, sobre esta última decisión, que va «en línea con el objetivo de incorporar un número significativo de médicos al staff, para proveer el incremento de actividad producto de la ampliación de Clínica Las Condes. La totalidad de las acciones de nueva emisión que no sean colocadas en el período de opción preferente se destinarán a ser suscritas por los nuevos médicos que ingresarán al staff», señaló.

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