El ministro de Hacienda profundizó el ahorro fiscal: US$ 500 millones del recorte pasan al Ministerio de Desarrollo Social y, además, se crea una unidad de auditoría para que supervise la austeridad de los gastos.
El ministro de Hacienda aclaró que se trata de parte del ahorro propuesto y que se estudian nuevos ahorros para las próximas semanas. Esta propuesta no toca partidas presupuestarias de los servicios, sino solo se mete en la cocina de los servicios públicos.
Llegaron en autos separados, pero posaron juntos para las fotos y para las cámaras de televisión. El estreno reporteril de la dupla de ministros cercana al Presidente Piñera, el de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, y el secretario de Hacienda, Felipe Larraín.
En la institución de ayuda a personas con capacidades diferentes, Coanil, la dupla realizó un anunció donde Larraín se robó la atención, aunque Moreno sonriente estuvo a su lado hasta que terminó de explicar los detalles de la primera parte del plan de ahorro fiscal, ajuste que desde el aterrizaje del nuevo Gobierno a La Moneda se ha ido inflando o, mejor dicho, ha ido profundizando el ahorro.
Lo primero es la cocina, ya lo había advertido Hacienda. Es decir, un recorte que se pondrá en marcha ahora ya, en una serie de partidas cotidianas. Así, Larraín detalló los alcances del Instructivo de Ahorro Fiscal que anunció hace casi dos semanas. En una carpeta con el logo del Gobierno y aún con cálculos sacados con lápiz mina, el ministro señaló que recortan US$ 122 millones por año, sumando una reducción del gasto de US$ 488 millones –precisando que el ahorro total de esta partida será del orden de US$ 500 millones–.
Esta parte del plan no toca programas sociales, como se señaló en campaña, ni otras partidas presupuestarias. Por el contrario, es más bien un traspaso de platas a su partner en el anuncio, el ministro Moreno. Los cerca de US$ 500 millones serán traspasados a programas sociales.
¿De dónde proviene el recorte? De la cotidianidad, tal como había adelantado el Gobierno. Se envió finalmente el Instructivo de ahorro fiscal anunciado por el Ejecutivo a todos los servicios públicos y los flancos detectados como susceptibles de recorte son bien cotidianos.
1) Gastos en publicidad, difusión y suscripciones: US$ 9 millones. Se reducen al mínimo suscripciones a revistas, medios y cualquier promoción de actividades gubernamentales.
2) Gastos de representación, protocolo y ceremonial: US$ 7 millones. Se acabó el derroche en La Moneda, salón habituado a contar con los más connotados banqueteros del país en sus eventos.
3) Contratación a Honorarios: US$ 33 millones. Sin precisar el detalle de si saldrá gente de la actual administración, en medio de los cuestionamientos de la Anef a despidos en el aparato público, se ajusta este gasto.
4) Arriendo infraestructura para actividades institucionales: US$ 9 millones.
5) Adquisición de vehículos: US$ 19 millones. Se cuenta con autos solo para ministros, subsecretarios y jefes de servicio con antigüedad promedio de 8 años sin renovación.
6) Viáticos, viajes y comisiones de servicio: US$ 33 millones. Ministros, subsecretarios y jefes de servicio viajan en clase ejecutiva solo en viajes internacionales. En traslados nacionales, todos vuelan en económica. Las comitivas de viaje se reducen a dos personas.
7) Horas extraordinarias y capacitación: US$ 12 millones.
El instructivo fue firmado ayer y se distribuyó a niveles regional y nacional, incluyendo ministerios, intendencias y gobernaciones.
Además se contempla realizar en los servicios públicos un seguimiento a la recuperabilidad de subsidios por licencias médicas (a través del programa Chile Gestiona), lo que –dijo– puede sumar ahorros por cada punto porcentual que aumente la recuperación, US$ 3,3 millones. Las gestiones se apoyarán en unidades de fiscalización internas que deberán reportar a un Consejo de Auditoría Interna General del Gobierno, que tendrá además que reportar sus avances trimestrales.
Pero el ministro aclaró que no se trata de todo el ahorro. Aunque sin entregar detalles, ya es sabido que el ajuste superará ampliamente los US$ 600 millones. Sin profundizar en pormenores, dijo también que aún no tiene el monto final, aunque versiones más avezadas hablan incluso de hasta US$ 1.000 millones. “Estamos trabajado estas semanas, un poco de paciencia”, pidió Larraín. «Esto es una parte no más, es un instructivo de austeridad. Todavía estamos trabajando en otras medidas que nos permitirán mejorar este tema», aseguró.
Anoche, en entrevista con CNN, precisó que la segunda etapa evaluará necesariamente los programas del Gobierno. ¿Dónde se puede seguir ahorrando? “Los programas que no estén bien evaluados (…). No hay plata para todo y hay que priorizar”, indicó el ministro, aunque puntualizó que no será un racionamiento sin análisis.
Ayer por la mañana, en tanto, insistió en que el error de cálculo en el déficit estructural fue algo más que un error de cálculo y afectó la posición de partida de este Gobierno con un aumento de la merma de US$ 1.100 millones, así como el aumento de la deuda pública que –señaló– «se dobló los últimos años y no podemos seguir a ese ritmo», destacando que los ahorros de esta primera etapa van a financiar programas sociales.
Moreno, entonces, y Larraín se despidieron sonrientes desde el centro de Coanil, posaron para la foto, saludaron a los jóvenes ahí internos y se estrecharon la mano.
