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El déficit comercial de China es un problema fiscal no solo de EE.UU. Opinión

El déficit comercial de China es un problema fiscal no solo de EE.UU.

El más reciente blanco de la retórica proteccionista ha sido China. El argumento del presidente Trump, desde su campaña, es que EE.UU. pierde una «batalla» con el resto del mundo porque tiene un déficit comercial con este (o sea, importa más bienes de los que exporta). China explica la mitad de ese déficit.


La relación comercial entre EE.UU. y el resto del mundo, junto a la amenaza de un aumento importante en las restricciones a las importaciones, ha ayudado a mantener la percepción de riesgo alta, debido a que mayores trabas en la cadena del comercio perjudican a todos. Por ejemplo, si EE.UU. hace que importar acero sea más caro, los vehículos producidos localmente debieran subir también de precio (o los fabricantes enfrentar una caída en su margen), lo que no solo los hace más caros internamente, sino también para países que los importan. Una interrupción de la recuperación del comercio global perjudicaría no solo al país objetivo de las medidas, sino asimismo a buena parte del resto también.

El más reciente blanco de la retórica proteccionista ha sido China. El argumento del presidente Trump, desde su campaña, es que EE.UU. pierde una «batalla» con el resto del mundo porque tiene un déficit comercial con este (o sea, importa más bienes de los que exporta). China explica la mitad de ese déficit.

Parte de la «derrota» se debe a factores que sería bueno corregir: China basó parte de su desarrollo en una mejora de competitividad artificial, mediante subsidios a sus exportaciones, lo que se refleja en que a 2015 acumulaba una de cada cinco acusaciones de estas prácticas (también conocida como dumping) ante la OMC, más del doble de los países que le siguen. También hay evidencia del mal uso de propiedad intelectual de empresas estadounidenses y quejas sobre el impacto negativo sobre los precios que tendría el exceso de capacidad en mercados como el acero.

Aunque probablemente sería bueno nivelar la cancha del comercio internacional, esto no ganará la batalla de Trump. El déficit de EE.UU. se da por una razón más simple, el exceso de gasto por sobre la producción, que se refleja en el saldo, déficit en este caso, de cuenta corriente, que actualmente equivale a 2,5% del PIB. Esto significa que EE.UU. está pidiendo prestado al resto del mundo para financiar su consumo actual.

Al buscar responsables se ve más o menos claro cuál es la fuente del problema. Mientras el sector privado tiene una tasa de ahorro relativamente baja en términos internacionales, esta equivale a alrededor de 2% del producto. Por su parte, el sector público cerró 2017 con un déficit (ahorro negativo) de 4,5% del PIB. Para peor, la rebaja de impuestos recientemente aprobada y el posible aumento en el gasto fiscal llevarían el déficit a casi 6% en 2019, según estimaciones del FMI.

[cita tipo=»destaque»]Aunque probablemente sería bueno nivelar la cancha del comercio internacional, esto no ganará la batalla de Trump. El déficit de EE.UU. se da por una razón más simple, el exceso de gasto por sobre la producción, que se refleja en el saldo, déficit en este caso, de cuenta corriente, que actualmente equivale a 2,5% del PIB. Esto significa que EE.UU. está pidiendo prestado al resto del mundo para financiar su consumo actual. Al buscar responsables se ve más o menos claro cuál es la fuente del problema. Mientras el sector privado tiene una tasa de ahorro relativamente baja en términos internacionales, esta equivale a alrededor de 2% del producto. Por su parte, el sector público cerró 2017 con un déficit (ahorro negativo) de 4,5% del PIB. Para peor, la rebaja de impuestos recientemente aprobada y el posible aumento en el gasto fiscal llevarían el déficit a casi 6% en 2019, según estimaciones del FMI.[/cita]

Así, la derrota del déficit comercial parece más autoinfligida que provocada por el resto. La estrategia de tarifas probablemente no será muy efectiva en solucionar el desbalance; además, si son muchas o muy altas, incluso pueden tener un impacto negativo relevante en la misma economía estadounidense.

Por otro lado, no es claro que cerrar el déficit sea la mejor alternativa. Lo que este refleja no es necesariamente un problema sino una relación de equilibrio donde los estadounidenses deciden no fabricar algunos bienes, por ejemplo, vestuario, e importarlo, dedicándose así a venderle al resto del mundo cosas en que son mejores, como la provisión de servicios de alto capital humano o activos seguros.

La política comercial tiene un rol más político, sirviendo históricamente para transferencias entre grupos de interés. Por el lado económico, el impacto es pequeño y negativo en el agregado. En parte por esto, la estrategia estadounidense debiera seguir convergiendo a una negociación con China, lo que permitiría a los precios de los activos de riesgo volver a enfocarse en el crecimiento global, del comercio y en la mejora en los resultados de las compañías.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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