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Las ronchas que sacó en la Sofofa el intento de Ponce Lerou para regresar a SQM MERCADOS

Las ronchas que sacó en la Sofofa el intento de Ponce Lerou para regresar a SQM

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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El debate por el regreso del polémico empresario como asesor de la minera no metálica generó un debate al interior del gremio, donde los más conservadores estuvieron por no intervenir en la interna de ninguna compañía. Quienes apoyan la visión más moderna, alineados con Bernardo Larraín, leen en las críticas solo como una postura de sectores menores cuya visión ya quedó en el pasado.


Los políticos, el gobierno, la Corfo, los parlamentarios y los gremios, todos han tenido una opinión particularmente dura ante el caso SQM, cuando se conoció que el polémico controlador de la minera no metálica, Julio Ponce Lerour, regresaría a la firma como asesor junto a su hermano Eugenio, decisión que finalmente la semana pasada fue revertida por el mismo directorio que inicialmente la respaldó. Una maniobra que de principio a fin levantó polvo, no solo en la arena política, sino que también es reservados círculos empresariales.

La reacción del mundo gremial fue celebrada. El primero es decir “no nos gusta” fue el presidente de la CPC, Alfonso Swett, palabras que fueron aplaudidas por las ramas del gremio y su par en la Sofofa, Bernardo Larraín, quien lo siguió, señalando que el regreso de Ponce no era propio. «Me parece que no es una buena práctica empresarial en sociedades anónimas abiertas con accionistas minoritarios, que legítimos derechos de accionistas controladores o relevantes, se ejerzan a través de instancias distintas del directorio, comités de directores o junta de accionistas, salvo que en su condición de director (que no es el caso) asume otros roles en condición de asesor”, sentenció.

Larraín agregó entonces que “el documento de evolución empresarial de Sofofa que recomienda buenas prácticas empresariales que entregamos a todos nuestros socios, recomienda definir políticas de gobierno corporativo que establezca entre otras cosas las instancias (directorio, administración y comités tanto a nivel de la matriz como de sus filiales) a través de las cuales ejercen su rol los distintos estamentos de la empresa, particularmente su núcleo primario (accionistas minoritarios, accionista controlador, dueños, directores y directivos”. Después de eso, el domingo 10 de junio, el timonel de la Sofofa se explayó sobre el tema en una carta en El Meecurio donde respondió  a la pregunta de cuál son las buenas y malas prácticas del gobierno corporativo.

[cita tipo=»destaque»]Las declaraciones de Larraín no fueron aprobadas por todos los estamentos de la Sofofa, particularmente por el ala más conservadora, la que salió a “cobrarle sentimientos” a su timonel, críticas se hicieron sentir en un chat colectivo en la que participan varios consejeros de la organización gremial. Pese a que quienes apoyan la línea de Larraín han señalado que el ruido interno es parte de los desacuerdos válidos en este tipo de debates, es cierto que existió un grupo reducido de críticos que consideraron que la Sofofa no tenía que meterse a debatir cómo cada empresa maneja sus gobiernos corporativos, un sector que -además- era partidario que la decisión fuera consultada al resto del Consejo antes de profundizar en la postura oficial.[/cita]

La misiva ahondaba en por qué razones el caso Ponce Lerou transgredía el espíritu de buen gobierno corporativo, argumentando que la Sofofa además ha establecido claros protocolos -«Documento de Evolución Empresarial»- de buenas prácticas empresariales, donde además se criticaba que la figura del polémico empresario prevalecería como dueño de la firma, confundiendo a los legítimos poderes ejecutivos de la empresa. La declaración parecía propia en medio de la crítica transversal al regreso de Ponce a la firma.

Pero las declaraciones de Larraín no fueron aprobadas por todos los estamentos de la Sofofa, particularmente por el ala más conservadora, la que salió a “cobrarle sentimientos” a su timonel, críticas se hicieron sentir en un chat colectivo en la que participan varios consejeros de la organización gremial. Pese a que quienes apoyan la línea de Larraín han señalado que el ruido interno es parte de los desacuerdos válidos en este tipo de debates, es cierto que existió un grupo reducido de críticos que consideraron que la Sofofa no tenía que meterse a debatir cómo cada empresa maneja sus gobiernos corporativos, un sector que -además- era partidario que la decisión fuera consultada al resto del Consejo antes de profundizar en la postura oficial.

“Fernando Barros fue muy crítico de la posición de Sofofa en contra de la presencia de los Ponce en SQM. Fue un análisis jurídico donde argumentó que no corresponde a la Sofofa cuestionar nombramiento en una empresa socia, que según él se hizo dentro de la ley”, relató uno de los consejeros.

Dicho debate molestó a quienes apoyan que la Sofofa sea un órgano que reaccione con mirada firme y moderna ante los temas de la coyuntura. Es más, en la “cocina” de la organización -entiéndase ese chat- algunos consejeros señalaron que no era el lugar para debatir los temas, sino que correspondía hacerlo en el consejo de la entidad y por eso, se acordó discutir cómo se moverán en estos temas en esa instancia.

Los que están por apoyar la postura más bien conservadora estarían contados con los dedos de una mano y la misma decisión de SQM de echar pie atrás con la llegada de Ponce Lerou, le habría dado razón a la postura de Bernardo Larraín.

“No hablamos para la galería”

Más allá del episodio y al respaldo que Larraín tuvo de forma transversal en la cuenta pública de la Sofofa la semana pasada, el tema ha sido comentado en los pasillos de la entidad. El debate, en todo caso, se ha orientado a que se tomen en cuenta los diferentes tonos en las declaraciones a nivel gremial y en ese sentido, fuentes allegadas comentaron que se ha notado la premisa de campaña de Larraín de generar un clima en que ningún sector se sienta excluido.

Así lo hizo en varias posturas en otros asuntos, como por ejemplo en una declaración que se difundió por el tema de impuestos, que se firmó con varias direcciones regionales y luego en la cuenta pública, donde destacó que ha gobernado con foco en las direcciones regionales y con dirigentes de todo el país.

Pero, una declaración de Larraín esta semana tensó los ánimos de nuevo en medio del episodio “Ponce Lerou”. En entrevista con Radio Duna, Larraín fue consultado en términos categóricos por la periodista Consuelo Saavedra. «No me queda tan claro la posición, porque ustedes desde la Sofofa y con la institucionalidad, porque tienen como una carta adhesión a ciertos principios éticos del empresariado y en ese sentido decían esto que (Ponce) sea asesor la verdad que no cumple con esos estándares éticos que el dueño o controlador mayoritario sea a su vez el asesor, porque qué va hacer el gerente, le va hacer caso al asesor o al dueño (…). Pero al mismo tiempo ustedes decían no nos parece correcto que el Estado fuerce a una empresa a determinadas maneras de organizar su gobierno corporativo, a tomar determinadas posiciones a cambio que uno le mantenga contratos con el Estado. ¿Cómo conversan esas dos miradas?», le consultó la periodista poniendo en eje el fondo del debate.

Larraín detalló que toda su postura tenía que ver con armar un debate de fondo, pero de paso -lo que nuevamente fue comentario entre varios consejeros- al defender al gremio coloquialmente trasquiló a otro dirigente. “No hablamos para la galería con un no nos gusta o nos gusta esto otro”, aludiendo a los dicho de Alfonso Swett.

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