MERCADOS
El equipo económico de Macri ha dado a los mercados mensajes mixtos a lo largo de 2018, mientras que el peso se ha debilitado un 34 por ciento, el peor desempeño entre las monedas de mercados emergentes. El banco central recortó las tasas de interés en enero, luego las subió abruptamente en abril y mayo en medio de una venta generalizada de divisas.
Los líderes argentinos iniciaron la semana enviando señales contradictorias sobre cómo planean controlar el déficit fiscal de manera congruente con la línea de crédito récord de US$50.000 millones del FMI.
El martes, el jefe de gabinete Marcos Peña dijo a la estación de radio La Red que un impuesto a los pasajes de avión es una opción que está «sobre la mesa» para vuelos internacionales, ampliando el impuesto existente a las tarifas aéreas, solo un día después de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pareciera haber descartado ese tipo de medidas.
Dujovne, nombrado por el presidente Mauricio Macri como coordinador para reducir el déficit entre los ministerios, dijo el lunes a inversores que el gobierno no agregará impuestos a los gastos en el extranjero y que no volverá a establecer controles de capital. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, añadió confusión a ese mensaje cuando habló de «muchas opciones diferentes que está viendo el Ministerio de Hacienda para el presupuesto del próximo año, no hay nada definido».
El equipo económico de Macri ha dado a los mercados mensajes mixtos a lo largo de 2018, mientras que el peso se ha debilitado un 34 por ciento, el peor desempeño entre las monedas de mercados emergentes. El banco central recortó las tasas de interés en enero, luego las subió abruptamente en abril y mayo en medio de una venta generalizada de divisas.
Las autoridades argentinas buscan recuperar la confianza de los inversores acelerando los recortes de gastos como parte de la línea de crédito del Fondo Monetario Internacional acordada el mes pasado. El gobierno apunta a un déficit fiscal primario del 2,7 por ciento del producto interno bruto para este año y del 1,3 por ciento para 2019.
El impuesto, si se establece, ayudará a aumentar los ingresos del gobierno, pero a un costo político. Muchos argentinos viajan al exterior, lo que se reflejó en un déficit neto de US$8.600 millones en turismo el año pasado, que incluye pasajes aéreos y compras con tarjetas de crédito en el extranjero, según datos del banco central.
