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EE.UU. y China se preparan para una prolongada guerra comercial MERCADOS

EE.UU. y China se preparan para una prolongada guerra comercial

La administración Trump está intensificando sus esfuerzos por defender los aranceles a los productos chinos, calificando la economía china de débil y al gobierno del presidente Xi Jinping como un régimen proteccionista que necesita ser controlado.


China respondió con su propio discurso, argumentando que Estados Unidos está tratando de convertir a la nación asiática en un «vasallo económico» y advirtiendo a la administración Trump que Pekín está dispuesto a «luchar hasta el final.»

«China ha sido el principal malhechor que trata de usar el libre comercio» para perseguir metas mercantilistas, dijo el domingo el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, en una entrevista en Fox New. EE.UU. está dispuesto a ir «lo suficientemente lejos para que China cambie su comportamiento y ellos tienen que entender eso».

También el domingo, el presidente Donald Trump tuiteó que los aranceles estadounidenses están «funcionando a lo grande». «Todos los países del mundo quieren sacar riqueza de EE.UU., siempre en nuestro perjuicio. Yo digo, cuando vengan, cóbrenles impuestos». El lunes, agregó en Twitter que «Reparar nuestros terribles Pactos Comerciales es una prioridad, y va muy bien».

Cambio de enfoque

La andanada añadió un nuevo giro a la estrategia de la administración Trump, cambiando el enfoque a la economía de China en un momento en que la Casa Blanca está bajo presión para justificar el daño que se prevé causarán los aranceles a la economía de EE.UU.

El principal asesor económico de Trump, Larry Kudlow, dijo la semana pasada en una entrevista con Bloomberg Televsion que la moneda china se estaba debilitando en parte porque la segunda mayor economía del mundo es una «pésima inversión».

Pekín respondió a través de los medios estatales diciendo que la nación está lista para soportar las consecuencias económicas.

China está preparada para una «guerra prolongada» y no teme sacrificar intereses económicos a corto plazo, según una editorial publicada el domingo por la noche en el diario nacionalista Global Times.

«Considerando las demandas irracionales de EE.UU., una guerra comercial es un acto que pretende aplastar la soberanía económica de China, tratando de forzar a China a ser un vasallo económico de EE.UU.»

El intercambio de comentarios mordaces entre ambas partes sigue a la publicación el viernes por la noche en Pekín de una lista de aranceles de represalia contra la amenaza de EE.UU. de imponer nuevos gravámenes a productos chinos importados por un valor de US$200.000 millones. El empeoramiento de la tensión se produce en medio de una desaceleración de la economía china, caídas de la moneda y un mercado de acciones bajista.

Trump dijo a una audiencia de partidarios el sábado que jugar duro en el comercio es «lo mío». «Realmente hemos reconstruido China y es hora de que reconstruyamos nuestro propio país ahora», dijo Trump el sábado durante un mitin en las afueras de Columbus, Ohio. Las caídas del mercado chino debilitan el poder de negociación de la nación en la creciente guerra comercial, agregó.

La cuenta corriente de China volvió a registrar un superávit en el segundo trimestre después de registrar un sorpresivo déficit en los primeros tres meses del año. «Los responsables de las políticas prestarán más atención a los cambios en la cuenta corriente a medida que se aproxima a un saldo cercano a cero, indicando menos espacio para la apreciación de la moneda», según Ding Shuang, economista jefe para la Gran China y el Norte de Asia de Standard Chartered Bank Ltd. en Hong Kong.

Se impondrán aranceles del 5 por ciento al 25 por ciento a 5.207 tipos de importaciones de EE.UU. si cumple con sus aranceles propuestos sobre otros US$200.000 millones en bienes chinos, dijo el Ministerio de Finanzas en un comunicado en su sitio web a última hora del viernes.

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