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Impuesto a las plataformas digitales: una oportunidad de innovar y modernizar el sistema tributario Opinión

Impuesto a las plataformas digitales: una oportunidad de innovar y modernizar el sistema tributario

Dado lo avanzado del proceso, solo es de esperar que el proyecto respete dos principios relevantes. Primero, no olvidar que existe una ley sobre impuesto a la renta que, guste o no, regula gran parte de las denominadas plataformas digitales; sí, por muy extraño que suene, la ley vigente regula la tributación de la cesión de “materiales audiovisuales para ser exhibidos en cine o televisión”, “derechos de edición o autor”, o por “comisiones”.


El ministro de Hacienda lo confirmó, el proyecto de modernización tributaria ya está en un 90% y solo faltaría afinar detalles. Pues bien, dentro de las materias más discutibles de este proyecto, estará el o los impuestos a las plataformas y servicios digitales.

Dado lo avanzado del proceso, solo es de esperar que el proyecto respete dos principios relevantes. Primero, no olvidar que existe una ley sobre impuesto a la renta que, guste o no, regula gran parte de las denominadas plataformas digitales; sí, por muy extraño que suene, la ley vigente regula la tributación de la cesión de “materiales audiovisuales para ser exhibidos en cine o televisión”, “derechos de edición o autor”, o por “comisiones”.

Interpretando estas normas con una mirada más adecuada a los tiempos, pueden incluirse una serie de plataformas que nos permiten ver nuestra serie favorita, escuchar el nuevo disco, pedir un taxi o arrendar una pieza de hotel.

Entonces, como el problema no deriva de la falta de regulación, se debe recordar el segundo principio, la recaudación debe ser efectiva. La gran tarea del proyecto en esta materia es fijar un mecanismo que permita la recaudación del tributo, es decir, definir quién lo tiene que pagar.

A este respecto, la recomendación más repetida pareciera ser obligar a los operadores de tarjetas de crédito a que carguen el impuesto y lo paguen al fisco chileno.

Esta propuesta, sin mencionar el efecto en precio que tendrá para los usuarios que terminarán pagando tanto el impuesto como el costo administrativo que soporte el referido operador, parece olvidar que un porcentaje importante de estas operaciones se efectúan en efectivo (como por ejemplo el pago en el hotel o la compra de las tarjetas de prepago para descargar aplicaciones, etc.).

Esta carencia, creo, nos da la oportunidad de innovar y modernizar realmente nuestro sistema tributario, estableciendo que sean las mismas plataformas las que (sin el engorroso proceso de constituir e inscribirse en Chile) puedan registrarse para efectuar el pago respectivo desde su país de domicilio o residencia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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