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Trabajadores de Banco Ripley acusan que entidad no cumplió con erradicar práctica de ventas atadas MERCADOS

Trabajadores de Banco Ripley acusan que entidad no cumplió con erradicar práctica de ventas atadas

No haber cumplido con modificar sus políticas en torno a la venta de seguros amarrados a los créditos, que está prohibida en la industria, es parte de los compromisos que la entidad financiera no ha materializado, de acuerdo a su sindicato, que acusó a la compañía de haber hecho promesas solo con la intención de que retiraran la denuncia que habían presentado ante el Sernac. «Se hicieron una serie de compromisos con el único objetivo de que ‘bajáramos’ la denuncia y, una vez cumplido esto, la empresa se desentendió de cumplir su parte», aseguraron.


El 24 de julio pasado, El Mostrador Mercados publicó la nota “Banco Ripley en la mira del Sernac: denuncia de trabajadores sobre venta atada de créditos y seguros prendió alarmas”, sobre la situación que se generó tras la acusación que, en enero, había presentado el sindicato de dicha entidad financiera ante el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).

El documento denunciaba un hecho que es un secreto a voces en la industria financiera: la obligación de amarrar la venta de seguros (y eventualmente otros productos) a un crédito, algo que, de paso, está prohibido. Sin embargo, un mes después los mismos trabajadores que sacaron la situación a la luz, prefirieron echar pie atrás y retirar la denuncia. Eso, aunque la confusión por el cambio de actitud del sindicato tenía otras razones de fondo que hoy sí revelan.

Los trabajadores del Banco Ripley –a través de una carta a El Mostrador Mercados– relataron su versión de los hechos: «Es necesario transparentar qué fue lo ocurrido», comienza la misiva.

Lo primero, explican, es aclarar que su intención de denunciar las malas prácticas no fue algo de lo que se arrepintieron. «En la asamblea de socios realizada el 25 de noviembre de 2017, ejecutivos de la sucursal de San Bernardo denunciaron una serie de irregularidades en el área comercial, entre ellas que la agente de la sucursal les estaba condicionando el curso de súper avances (SAV) a que estos vinieran asociados a seguros», sostienen. Debido a esto, el 4 de diciembre de 2017, enviaron una carta de reclamo al gerente general del banco, Alejandro Subelman, en la que detallaban las irregularidades. Días después sostuvieron la reunión, en la que los trabajadores solicitaron una serie de medidas correctivas por la exigencia de productos cruzados. Pero Subelman «no ponderó la gravedad de lo que denunciamos y señaló que se trataba de un ‘problema de forma'», se afirma en la carta.

El sindicato entonces decidió enviar un correo a todos los ejecutivos vinculados con el tema para informar que denunciarían las irregularidades ante el Sernac. La hicieron ese mismo día, pero, para su sorpresa, «al momento de ingresarla, el personal que nos atendió dijo que esta ‘no procedía’, ya que el Sernac solo recibía denuncias de consumidores contra empresas, no de sindicatos. De todas maneras, decidimos ingresar la denuncia y esperar la negativa del servicio, por escrito», aclararon.

La acción sorprendió al gerente de gestión de personas de la entidad financiera, Lorenzo Davico, quien contactó al sindicato y «por instrucciones de sus superiores» ofreció a la directiva de este que retirara la denuncia, a cambio del compromiso de corregir las irregularidades que acusaban, junto con compensar a los afectados. Más aún, anunció una serie de cambios en las condiciones de venta de estos productos, como que los créditos no estuvieran condicionados a los seguros. Asimismo, que al interior de la empresa no se explicaría el mal ánimo del sindicato siendo que las prácticas en cuestión se conversaron y erradicaron en su momento. Y, en su gran mayoría, todas las medidas fueron ejecutadas.

[cita tipo=»destaque»]»Se hicieron una serie de compromisos con el único objetivo de que ‘bajáramos’ la denuncia y, una vez cumplido esto, la empresa se desentendió de cumplir su parte. Nos alegra que –contrariamente a lo que se nos informó– el Sernac haya continuado con la investigación de la denuncia que realizamos y pueda promover cambios en la forma en que la industria financiera hace negocios, a saber, generando estructuras de remuneraciones y evaluaciones de desempeño que presionan a los trabajadores para vender a los clientes productos que estos en realidad no requieren», explicó el sindicato.[/cita]

«La idea de la empresa era que todo fuera un acuerdo de palabra. Sin embargo, le insistimos que debía formalizarse por escrito», agrega la misiva. Fue así que el 2 de febrero de 2018, Davico envió un correo al sindicato, informando los compromisos de la compañía, entre ellos: intervención de sucursal San Bernardo, compensación a ejecutivos de la sucursal afectados, no castigo de venta individual de productos. El mail pareció informal e insuficiente para los trabajadores, por lo que el mensaje fue reiterado a través de una carta formal, que los dejó conformes.

El 9 de febrero, los trabajadores ingresaron otro escrito ante el Sernac, comunicando el retiro de la denuncia, pero siempre –según su relato– entendiendo que se había llegado a un acuerdo formal con la compañía, no por presiones o simple arrepentimiento. El Sernac informó al sindicato que los hechos denunciados ya los estaba analizando el departamento jurídico del servicio, por lo que la investigación continuaría su curso. No solo eso, al mes siguiente se mandó un ofició al Banco Ripley para recabar antecedentes en relación con la denuncia.

¿Relaciones cortadas?

Mientras la investigación sigue su curso, los trabajadores denunciaron que en este tiempo la firma poco y nada ha cumplido del contenido de aquella carta. «Banco Ripley no ha modificado el concurso de resultados y sigue incentivando la venta cruzada de seguros con otros productos requeridos por los clientes, tampoco compensó a los socios de la sucursal de San Bernardo que se vieron perjudicados y más aún despidió a uno de ellos. Más encima, hace algunas semanas el gerente de gestión de personas presentó su renuncia a la empresa», explicaron los trabajadores.

Davico renunció luego de cumplir un ciclo en Ripley y no tiene relación con este caso. Conocedores del caso aseguraron que tenía una buena relación con los trabajadores y que los canales de conversación fluidos que existían con él como interlocutor, no se han retomado de la forma que se esperada.

«Se hicieron una serie de compromisos con el único objetivo de que ‘bajáramos’ la denuncia y, una vez cumplido esto, la empresa se desentendió de cumplir su parte. Nos alegra que –contrariamente a lo que se nos informó– el Sernac haya continuado con la investigación de la denuncia que realizamos y pueda promover cambios en la forma en que la industria financiera hace negocios, a saber, generando estructuras de remuneraciones y evaluaciones de desempeño que presionan a los trabajadores para vender a los clientes productos que estos en realidad no requieren», concluye el sindicato, cuya directiva recalcó su intención de seguir denunciando esta mala práctica comercial, «ante las instancias que correspondan».

Banco Ripley descartó cualquier comportamiento inadecuado en la materia. «Banco Ripley prohíbe la venta atada de seguros, tal como lo establece explícitamente su código de ética. A su vez, difunde en los puntos de atención y en la comunicación con sus clientes la voluntariedad de contratación de seguros y evalúa permanentemente la calidad del servicio entregada por su personal», manifestaron a El Mostrador.

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