Las cifras oscilan entre las 84.490 localidades del Soccer City de Soweto, donde se disputará el partido inaugural y la final, y los 38.600 del estadio de Rustenburgo.
El 97 por ciento de las entradas para el Mundial ya están vendidas, lo que supone que a día 8 de junio han sido adquiridas 3.009.000 localidades, según informó hoy la FIFA.
También dio oficialidad, una vez concluidos los trabajos de construcción en los estadios, a la capacidad de cada una de los recintos que acogerán partidos.
Las cifras oscilan entre las 84.490 localidades del Soccer City de Soweto, donde se disputará el partido inaugural y la final, y los 38.600 del estadio de Rustenburgo.
Esta cifras no son las que corresponden realmente a los estadios, ya que se han adaptado a las necesidades para una Copa del Mundo que obligan a que no se puedan utilizar todos los asientos que existen en los estadios.
En estos momentos quedan disponibles un total de 135.000 entradas, 30.000 con posibilidad de ser vendidas directamente al público.
Esta cifra supera los tres millones de entradas vendidas, tal y como ocurrió hace dieciséis años en Estados Unidos, donde se contabilizaron 3,6 millones de espectadores, aunque con catorce partidos menos disputados.
En aquella ocasión, el Mundial contaba con un total de 52 encuentros, frente a los 64 que componen la cita sudafricana, la que ya se fijó en las dos ediciones anteriores del torneo (Corea-Japón 2002 y Alemania 2006).
Por debajo, aunque muy cerca del registro obtenido en 1994 en Estados Unidos, está el que se marcó en Alemania hace cuatro años cuando, también con 64 partidos, fueron 3,36 millones los espectadores que se acercaron a los estadios de aquel país para presenciar en directo los partidos mundialistas.
La historia de la Copa del Mundo de la FIFA cuenta con cerca de 31 millones de espectadores en el total de dieciocho ediciones del torneo, lo que supone en torno a los 43.000 asistentes de media por encuentro.
Todo ello a pesar de que en los torneos previos a la Segunda Guerra Mundial, disputados en los años treinta del pasado siglo, ofrecieron registros bajos, nunca por encima de los 500.000 asistentes en cada una de las competiciones disputadas en Uruguay, Francia e Italia, en 1930, 1934 y 1938, respectivamente.
