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Holanda aguarda en su tercera final a España o Alemania

El domingo será la primera vez que un equipo europeo conquiste el título mundial fuera de su continente, algo que sólo Brasil ha conseguido hasta la fecha, y en dos ocasiones.


Holanda resolvió con dos goles en tres minutos su semifinal contra Uruguay (3-2) y se plantó por tercera vez en la final de una Copa del Mundo, a la espera de que España y Alemania, campeón y subcampeón de Europa, resuelvan mañana su cuenta pendiente en Durban.

Europa tomará el domingo, irremisiblemente, la delantera a Sudamérica en el historial de la Copa del Mundo al asegurarse el décimo título mediante la expulsión del último representante del área, Uruguay, campeón en 1930 y 1950, que regresaba a la penúltima ronda cuarenta años después.

Será también la primera vez que un equipo europeo conquiste el título mundial fuera de su continente, algo que sólo Brasil ha conseguido hasta la fecha, y en dos ocasiones.

Holanda partía como favorita, y eso que presentaba un balance desfavorable contra Uruguay (3-1 para los sudamericanos), pero la última victoria de los charrúas data de hace 30 años.

Pese a tener dos Copas del Mundo en sus vitrinas, el partido contra Holanda revestía caracteres de acontecimiento histórico para Uruguay porque nadie contaba con ellos para estar en fase tan avanzada del torneo. Oscar Tabárez se convertía, además, en el entrenador con más partidos mundialistas al frente del equipo (10).

Con diez «extranjeros» en su formación (sólo Edigio Arévalo juega en la liga local, en el Peñarol), Uruguay sujetó bien a Holanda durante un cuarto de hora pero en un partido hosco, cerrado, irrumpió como una estrella fugaz el pelotazo lejano de Giovanni Van Bronckhorst que se coló por la escuadra de Fernando Muslera (m.18), pese a que el héroe contra Ghana llegó a tocar el esférico.

La respuesta uruguaya tardó 23 minutos. Diego Forlán disparó desde 30 metros, y Maarhen Stekelenburg tocó el balón aunque no pudo evitar el cuarto tanto del delantero del Atlético de Madrid (m.41).

Muslera rectificó su deficiente estirada en el primer gol al atajar un tiro envenenado de Rafael van der Vaart en el 68, pero en el 70 no pudo evitar que Wesley Sneijner, entre las piernas de varios jugadores, hiciera el segundo, y que Arjen Robben sentenciara, de cabeza, en el 73 con el gol 2.200 de la historia de los Mundiales.

Dos goles abajo y con las fuerzas justas, Uruguay bajó los brazos y aceptó la derrota. Pensando ya en el partido del sábado por el tercer puesto en Puerto Elizabeth, Tabárez sustituyó a Forlán.

Sin embargo, Maximiliano Pereira proporcionó un postrer susto a Holanda colocando suavemente el balón fuera del alcance de Stekelenburg en el 92 (3-2). No hubo tiempo para más.

En Durban, Alemania y España, protagonistas del otro gran duelo de semifinales, dedicaron la jornada al reconocimiento del terreno de juego en el estadio de Durban y a recuperar a sus contusionados.

En el equipo español, que disputará una semifinal por vez primera en su historia, se conjuran para no darse por satisfechos. Sergio Busquets reconoció que todos los jugadores saben que han «hecho historia», pero que «lo importante es ganar el Mundial».

«Está bien llegar a semifinales pero, si luego pierdes, la gente sólo se acordará del campeón», afirmó, un día después de que David Villa, máximo goleador del Mundial, con cinco tantos, se mostrara todavía más contundente: «si no ganamos este Mundial, es como ni no hubiéramos hecho nada», dijo.

El único español entre algodones es Cesc Fábregas, que hoy fue sometido a pruebas en una clínica de Durban, nada más llegar de Potchestroom. El jugador del Arsenal no sufre lesión ósea en el peroné derecho y no está descartado para el partido contra Alemania, a diferencia del defensa Raúl Albiol, que continúa lesionado.

España recibió de Alemania una nueva noticia. El pulpo Paul, que ha acertado el desenlace de los cinco partidos jugados hasta hoy por el equipo germano, incluida la derrota contra Serbia, se ha inclinado por España.

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