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Recuerdo: Sara García ganó consecutivamente cinco torneos de máxima exigencia

Recuerdo: Sara García ganó consecutivamente cinco torneos de máxima exigencia

El 29 de octubre de 1954, la golfista chilena completó un año fenomenal al obtener el quinto título consecutivo en los, por entonces, exigentes campeonatos sudamericanos. Venció en Lima, Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago y Montevideo.


Cuando ganó brillantemente el Campeonato de Brasil, dos meses antes, Sara García estaba lejos de imaginar que, al vencer a la también chilena Mary de Aguirre en la final de Sao Paulo, estaba iniciando el período más brillante de su carrera como golfista. Y menos aún podía pensar que ese año se adjudicaría los cinco torneos más importantes del continente y finalizaría el año como la más holgada y sobresaliente campeona sudamericana.

La calidad de Sarita García era reconocida a nivel local. Era la campeona del Club de Golf Los Leones y ostentaba también la obtención de la Copa Presidente, el torneo nacional más importante de la época, el año anterior.

Llamaba la atención por su gran estilo y los especialistas destacaban reiteradamente su especial espíritu de lucha.

Ya había ganado el Campeonato de Perú a fines del año anterior cuando sonaron las trompetas triunfales en agosto de 1954, en Sao Paulo. De manera que ya eran dos los títulos conquistados cuando emprendió viaje a Buenos Aires, donde cumpliría una actuación inolvidable para ella y para los propios argentinos.

Como en muchos deportes, Buenos Aires era la capital del golf, y su Campeonato Nacional, al que invitaban a las mejores jugadoras sudamericanas, era desde hacía veinte años el de mayor jerarquía en el continente.

Allí se dirimían normalmente las luchas entre las mejores. La campeona de este torneo era considerada la campeona sudamericana. En las últimas temporadas, la supremacía la habían disputado la argentina Margarita Mackinley de Maglione y -con ventajas para ésta- la uruguaya Fay Crocker.

La competencia de 1954 se disputó en los links de las antiguas canchas Colorada y Azul del Jockey Club, enclavado en el exclusivo sector de Palermo.

La agraciada Sarita García era la única representante chilena en el torneo. Y la única que podía complicar la victoria de las argentinas ahora que la uruguaya Crocker no participaba por haber ingresado al profesionalismo.
El mal tiempo conspiró contra los rendimientos generales, pero no influyó en la chilena. Haciendo pareja con la argentina María Eugenia Cossio, apodada “la estrellita de Tucumán” por su juventud y menguado físico, Sarita García se adjudicó una competencia modalidad Foursome Scratch, que sirvió como preparación y entrenamiento final para el campeonato.

Ya en las ruedas clasificatorias mostró Sarita el gran nivel que había alcanzado. Actuando con mucha seguridad, ganó sus primeras ruedas con relativa facilidad.

Ella y todos sabían que las dificultades comenzaban a partir de las semifinales, donde -ajustándose a los cálculos previos- iba a enfrentar a la señora de Maglione, la gran favorita. Los pergaminos de la jugadora local habían sido ampliamente resaltados por la prensa trasandina en esos días. La revista ‘El Golfer Argentino’ la consideraba como la máxima exponente del golf sudamericano, destacando que recientemente había logrado su victoria número 50, que había ganado consecutivamente los últimos siete torneos a 72 hoyos en el Jockey Club y que había conducido a su equipo -el Argentino- a once victorias en el Campeonato Interclubes.

Esa era la prueba de fuego para Sarita García, y la pasó ganando con un score de 3 y 1.

Tras esa victoria, la chilena disputó la final con María Polledo de Venegas, integrante también del Club Argentino y calificada con handicap 4.

Con gran cantidad de público observando, el encuentro se disputó a 36 hoyos, en dos sesiones.

Por la mañana, Sarita García terminó dos abajo en los primeros 18.

En la tarde, jugando de manera espectacular remontó la desventaja, pasó arriba en la cuenta y en el hoyo 14 ya tenía distancia irremontable que la hizo ganar 6/4.

El título de campeona lo estrenó en su casa, en el Club Los Leones, y lo ratificó con una faena soberbia, venciendo en la final a su misma vencida en Sao Paulo: Mary de Aguirre.

Pero tenía más sorpresas reservadas, como la obtención de su quinto título consecutivo: el que obtuvo en los links de Montevideo.

Todavía no aparece una golfista que cumpla semejante hazaña.

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