Esa es la expresión que usan las damas quiteñas para referirse a una situación o hecho risible por lo abstruso o paradójico de su contenido. Con voz aguda y risueña, ese “estuuuupido” resulta hasta cariñoso. Es el principio de que no hay que ser ofensivos con lo tonto, pues al fin y al cabo lo que “Natura non da, Salamanca non lo presta”, dice una frase famosa.
Viene al caso porque lo que usted vio ayer en el juego de Ecuador con Chile, literal, juego de Ecuador con Chile, porque nos trataron como pelota, fue producto de un error garrafal del macanudo que tenemos como entrenador. Un equipo embotado, descoordinado y sin chispa producto de la falta de oxigeno que produce la altura, la cual fue tratada como un dato marginal.
No se trata solo que la pelota sea más rápida en la altura, se trata fundamentalmente que sin oxígeno como combustible -y en la alta competición es básico, no?- las reacciones del atleta son más lentas, cuesta más coordinar y desde el punto de vista estrictamente físico, se produce el mal de altura que es respiración bucal acelerada, aumento del ritmo cardíaco y síntomas de ahogo. Lo sabe, por ejemplo, cualquier montañista, se discute en seminarios y simposios médicos y…también en competiciones deportivas regladas. ¿Por qué omitirlo y quedarse a descansar en Guayaquil?
[cita tipo=»destaque»] Macanudo prefirió llevarlos apenas cuatro horas antes a la altura de Quito, 2.800 metros, prácticamente bajarlos del avión y meterlos a la cancha, y el resultado fue el embotamiento y la borrachera por falta de oxígeno. Así de simple.[/cita]
En los manuales más simples de primeros auxilios se sabe que la hipoxia en el deporte empieza a producirse sobre los 2.500 metros, y que mientras más violento sea el proceso de cambio a condiciones de menor oxígeno, peores pueden ser las reacciones. Como ir a jugar un partido de alta competición cuatro horas después de bajarse del avión.
¿Por qué entonces permanecer en Guayaquil dos o tres días y no generar una adecuación física racional a la altura? ¿Acaso la humillación de Argentina en Bolivia donde prácticamente la primera babeó la cancha con todas sus estrellas jugando no es un ejemplo importante?
Las estrellas del equipo chileno son grandes atletas de alta competición, pero ello no significa que escapen a la regla del acondicionamiento a la altura o que posean un automatismo físico que les permita rendir de igual manera en distintas circunstancias, especialmente cuando se compite en altura.
Lo ocurrido no es un problema de táctica de juego. Es de ignorancia e irresponsabilidad del cuerpo técnico. Esos atletas, en 72 horas de adecuamiento suave a la altura habrían rendido el doble. Pero Macanudo prefirió llevarlos apenas cuatro horas antes a la altura de Quito, 2.800 metros, prácticamente bajarlos del avión y meterlos a la cancha, y el resultado fue el embotamiento y la borrachera por falta de oxígeno. Así de simple.
Nadie puede explicar que 11 jugadores excepcionales, algunos superclase, se vean lerdos y sin reacción. Uno, dos o tres o cinco, pase. ¿Pero todos? Error técnico.
Si Pizzi hubiera ido 10 días antes a Quito con solo jugadores de la liga nacional, y hubiera metido a los imprescindibles Bravo, Vidal y Alexis, 48 horas antes, gana. El equipo ecuatoriano es de pelotazos y algo de velocidad, pero nada del otro mundo. En Quito y La Paz se gana primero venciendo la altura y luego jugando a la pelota. Por eso me rondó durante todo el partido la frase que con fruición una amiga mía ecuatoriana de origen shuar -muy fina ella- siempre decía en medio de lo risible o abstruso: Estuuuupido!!!! Así, con la ‘u’ muy pronunciada.
