Unos 20.500 personas habrían asistido a la fiesta electrónica «Time Warp» en la que murieron cinco jóvenes la semana pasada en Argentina, a pesar de que el lugar había sido habilitado para 13.000 asistentes. Drogas, hacinamiento, calor y falta de ventilación fueron el cóctel ideal para desencadenar la tragedia.