En una galería en Covent Garden, Londres, hay un agujero en la pared. Frente a él una silla…
Y, del otro lado, Scott Campbell, un famoso tatuador que cobra hasta U$1000 por hora de trabajo.
Aquí hace tatuajes gratis, pero a condición de que los clientes introduzcan su brazo en el agujero y se dejen tatuar sin saber qué les van a hacer.