La base británica de investigación Halley en Antártica se mudó.
El centro está situado sobre una plataforma de hielo flotante y tuvo que ser trasladado por el peligro de que cayera al océano.
Para mover los ocho módulos que conforman la base Halley –cuyo diseño futurista facilita su movilidad– se utilizaron tractores que la arrastraron a lo largo de 23 kilómetros.