Hace pocos días se hicieron públicas estas imágenes captadas hace casi cinco años en Afganistán y que registran el momento exacto del estallido accidental de un mortero que dejó cinco fallecidos.
El 2 de julio de 2013 la joven soldado de 22 años Hilda Clayton ajustaba los controles de su cámara para captar las fotografías de un ejercicio militar al este de Kabul. Ella ejercía como fotoperiodista del Ejército de Estados Unidos, y le había sido encomendada la misión de documentar las operaciones de combate.
Pero mientras captaba las imágenes algo salió mal y se produjo el estallido de un tubo de mortero. La explosión acabó con su vida y con la de cuatro uniformados afganos. Sin embargo, esa última foto captó nítidamente ese fatídico instante.
Pero no fue el único ángulo. Uno de los fallecidos era un militar oriundo de Afganistán quien Hilda estaba formando en el oficio de la fotografía de combate, quien también pudo registrar el accidente.
Después de casi cinco años ambas fotografías tomadas en la provincia de Laghman salieron a la luz. Las publicó la revista Military Reviews, que además entregó los detalles de cómo ocurrieron los hechos. El objetivo, indicó ese medio, fue ilustrar los peligros con los que tienen que lidiar tanto hombres como mujeres soldado. La familia de la joven aprobó también su difusión, indicó el diario The Washington Post.
El ejército de EE.UU. entrega anualmente el premio al mejor camarógrafo en el campo de batalla, galardón que lleva el nombre de Hilda Clayton.