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[FOTOS] Festividad de La Tirana, imágenes como hijos naturales

[FOTOS] Festividad de La Tirana, imágenes como hijos naturales

Hernán Pereira
Por : Hernán Pereira Profesor y fotógrafo
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Cada año la festividad atrae y seduce a innumerables fotógrafos que llegan a buscar su propio milagro con una cámara. Imposible resistirse a la invitación para estar allí, dejarse llevar sin tiempo ni límite, seguir a las bandas y grupos de baile hasta el infinito. Y por cierto, quedarse quieto un rato en la plaza, reagruparse y ver que hay más allá. (Fotos: Pamela Daza, Hernán Pereira y Alvaro Hoppe)


De vez en cuando, todo fotógrafo necesita exponer, publicar, compartir y someter su trabajo al juicio de especialistas y el público que visita las exposiciones o lee sus libros. Es una parte importante del oficio y una gran oportunidad de aprender dónde uno se encuentra y qué respuesta tiene el trabajo realizado. Con este propósito junto a Pamela Daza y Alvaro Hoppe creamos la exposición «Encuentro con los bailarines del desierto» el año 2006, la cual fue inaugurada en la Casa de Arte Collahuasi de la ciudad de Iquique y posteriormente en otras salas y regiones del país.

La Festividad de la Virgen del Carmen de La Tirana se celebra cada año en el poblado del mismo nombre que se encuentra a 75 kilómetros de Iquique. Tuvo sus orígenes en el período colonial y tiene influencias andinas con bailes y bandas de diversos orígenes, simbolismos y temas que las definen. Después de la Guerra del Pacífico y al convertirse Tarapacá en territorio chileno, la festividad adquirió un nuevo carácter que aumentó también su masividad con el auge de la producción de salitre y migraciones desde el centro sur de Chile hacia el norte.

El desafío al ir al pueblo de La Tirana fue capturar, explorar imágenes que seduzcan para que queden en la retina del otro. Así durante varios días fotografiamos la festividad desde la madrugada al anochecer, de manera interminable, intensa, escudriñando el conjunto y los detalles de un pueblo que durante la festividad llega a albergar a 250 mil personas. Vienen de todo Chile y países limítrofes a bailar, cantar y esperar que el sacrificio del cuerpo y el baile traigan un milagro de la virgen o bienestar para la vida material y espiritual de cada uno.

Ilonka Csillag, en su calidad de fotógrafa y directora del Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico, dedicó algunas líneas a la exposición fotográfica. Sobre el trabajo de Pamela Daza señaló que, «lleva al extremo la fuerza popular de la devoción destacando lo ceremonial, el rito y la tradición. Colores, bailes, ojos y formas se confunden al igual que la fiesta. Acompaña a las cofradías dejando ver la presencia de una convivencia multitudinaria de fieles llenos de fervor, entregados con todo el corazón a cumplir con absoluta fidelidad todos los eventos hasta el final de la fiesta».

Respecto a Alvaro Hoppe observó que «confronta el realismo con la magia, sin explicitar cuál es cuál. De esa forma trastoca una verdad aceptada y generalizada y con ello nos entrega una llave para comprender». De mis fotos Ilonka precisó que algunas imágenes terminan «ofreciendo preguntas y provocaciones como en la fotografía de los dos bailarines nocturnos con la iglesia de fondo. Como si no existiera, se detiene y registra la trastienda de este magno evento en donde nos ofrece en las imágenes, situaciones, preguntas, ambigüedades que quienes miramos, estamos conminados a resolver».

Sin duda, estos comentarios escritos hace 11 años, nos ayudan a reencontrarnos con ideas e imágenes explicadas desde la perspectiva de una especialista. Es un gran favor lo de Ilonka porque si algo nos falta a los fotógrafos a veces, son argumentos e ideas para explicar cómo y por qué hacemos lo que hacemos. Estamos en un oficio que por opción y definición hace que las imágenes hablen por uno o invita a otros a explicarlas. Son también como hijo/as legítimos o naturales a quienes esperamos les vaya bien, sean queridos y encuentren su lugar en el mundo.

Así entonces, las fotografías de esta galería vuelven a revivir en su colorido y propuesta, como la festividad de cada año en el mes de julio. Tan importante como lo anterior, la idea de invitar al destacado fotógrafo Alvaro Hoppe para realizar una exposición colectiva surgió como a veces surgen las cosas buenas entre amigos y con un resultado que ha permanecido. Al respecto Hoppe indica, «La invitación a realizar un registro fotográfico de la festividad de La Tirana en el año 2006 fue un gesto de generosidad de parte de mis colegas nortinos Hernán y Pamela. Más adelante agrega, «Para mí fue un anhelo que tenía desde chico, me encantaban las imágenes de esta fiesta religiosa realizadas por los fotógrafos Torricelli, Aracena y otros, publicadas en la revista VEA por los años 70».

No hemos sido los únicos. Cada año la festividad atrae y seduce a innumerables fotógrafos que llegan a buscar su propio milagro con una cámara. Imposible resistirse a la invitación para estar allí, dejarse llevar sin tiempo ni límite, seguir a las bandas y grupos de baile hasta el infinito. Y por cierto, quedarse quieto un rato en la plaza, reagruparse y ver que hay más allá.

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