Sitara Wafadar tiene 18 años y desde hace más de una década se disfraza de chico para cumplir así las tareas del «hijo» que sus padres nunca tuvieron.
La costumbre, conocida en Afganistán como «Bacha Poshi», consiste en vestir a una niña de varón para que pueda realizar las tareas de un hijo.
Aunque a Sitara le gustaría vestirse de mujer, dice que no tiene elección. Si lo hiciera, dice, el rol de «hijo» pasaría a su hermana menor.