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Bajo la lluvia: Gusto a poco

Teatro de Bolsillo Erasmo Escala #2185 20 horas


Un lavamanos, una taza de baño, un farol y un escaño. Estos son los elementos que componen la escenografía de esta obra escrita por Paula Parra, baterista del grupo de pop Mamma Soul, que dirige Ingrid Leyton y que cuenta con la actuación de Sigrid Alegría, Andrés Velasco, María Eugenia Molina, Andrés Fernández y Mauricio Arcos. Un montaje simple pero efectivo, en el que por cerca de una hora se mueven los personajes de esta historia, que aborda el mundo homosexual para contar la experiencia de una mujer que se acaba de separar de su pareja.



Alegría es la protagonista principal de la obra en el rol de esta mujer, que permanece durante toda la historia sentada en un banquillo con una libreta y un lápiz en sus manos, mientras el agua se deja caer con insistencia por entre sus ropas. Recuerdos, dolores, resentimientos, invaden a este personaje mientras ve pasar los minutos contemplando la lluvia en la ciudad.



Andrés Velasco, el popular Moncho de la teleserie de Televisión Nacional, Purasangre, encarna a Rogelio Prat Prat, un hombre ciego que entra por equivocación al baño de mujeres, produciéndose una incómoda pero entretenida situación con Molina, que interpreta a una respetable y enérgica dama que está a punto de casarse, aunque de pronto vea peligrar esta posibilidad. Velasco es otro de los puntos fuertes de esta historia, a pesar de que al observar sus movimientos y su forma de encarnar el personaje es imposible sustraerse del relator de carreras que interpreta en la teleserie de Canal 7.



Del resto del elenco, sólo apariciones esporádicas que hacen pensar en la importancia de incluirlos en la obra, cuyo comienzo se caracteriza por un speech de Sigrid Alegría que dura casi 10 minutos, lo que lleva a imaginar por instantes que se trata más bien de un monólogo, aunque el tiempo demuestra lo contrario. Alegría pasa por momentos de protagonista a narradora- espectadora de otra historia, lo que resulta un recurso interesante para hacer más atractiva la obra.



En definitiva, Bajo la Lluvia no deja de ser entretenida y cautivante, más por el peso individual que por la suma del conjunto, a pesar de la inconsistencia de la historia y de su corta duración. Queda un dejo de gusto a poco. Una sensación de que puede ser mucho más de lo que es.



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