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Inspectores de la ONU piden más tiempo para Irak

El esperado informe de Hans Blix, jefe de los inspectores de desarme, asegura que aunque la cooperación de Irak con la misión ha sido «bastante buena», no ha sido capaz de colaborar de modo que no queden dudas de que no tiene armas de destrucción masiva. De estas apreciaciones pende la decisión de ir o no a la guerra contra Hussein.


A pesar de que reconoce que Irak está jugando a las escondidas respecto a su acopio de armamento, y no obstante admitir que este país debe prestar una colaboración más allá de lo formal, el esperado informe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix y el director de la Organización Internacional de Energía Atómica, Mohamed El Baradei pide más tiempo para cumplir con su misión.



De este informe presentado ayer en Nueva York, depende en buena medida que los países miembros del Comité de Seguridad de la ONU apoyen o no la decisión de entrar en guerra.



Por ahora, Francia, Rusia, China y Alemania pidieron que las inspecciones continúen, mientras que EE.UU. señaló que Irak «no está cooperando» de forma activa e inmediata. Todo el mundo occidental está pendiente del mensaje oficial que entregará hoy el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.



Hans Blix, jefe de los inspectores de desarme, aseguró en su presentación que la cooperación prestada por Bagdad a la misión ha sido «bastante buena» en cuanto a permitir el acceso y a entregar apoyo a la labor.



Pero también precisó claramente que Irak no ha sido capaz de colaborar de tal manera que no queden dudas de que no tiene armas de destrucción masiva. Por su parte, el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Mohamed Elbaradei, presentó su propio informe en el que afirma que no ha encontrado pruebas de que Irak tenga armas nucleares y pidió más tiempo para seguir con las inspecciones porque aún quedan muchas interrogantes que resolver.



Estos «pocos meses», señalaron Blix y Elbaradei, serían una buena inversión a la paz aunque advirtieron que Bagdad tenía que dejar de jugar al «escondite».



El informe



Bilx comenzó la parte medular de su informe señalando que "la resolución 687 de 1991 exige cooperación por parte de Irak, pero ni siquiera hoy parece que esté cumpliendo su parte». En lugar de presentar información concreta, los inspectores se han encontrado con una especie de juego del escondite por parte del Gobierno iraquí.



"Irak asegura que ha destruido todas sus armas biológicas, pero lo cierto es que gran parte la retiró la USCOM y aún no se sabe cuánto arsenal puede quedar intacto en el país, y qué se ha producido después de 1998. Irak aceptó en 2002 la vuelta de las inspecciones tras varias solicitudes y la presión de EEUU", agrega.



Blix entregó entonces su opinión respecto a cuánto y cómo está cooperando Irak con la inspección: "La cooperación ha de ser sustantiva y de procedimiento. Parece que Irak ha accedido a cooperar de forma, es decir, dando acceso a los inspectores.



«Aunque las inspecciones no se basan en la confianza, ha de darse desde el comienzo un cierto grado de confianza mutua. Se ha dado acceso a todos los lugares y ha sido muy expedito, con una sola excepción. Hemos estado en universidades, palacios presidenciales y viviendas privadas. Irak nos puso problemas en las operaciones aéreas, con requisitos que no podíamos cumplir".



El régimen de Sadam Hussein sigue impidiendo a los inspectores a emplear aviones de reconocimiento estadounidenses U-2, que serían útiles en la búsqueda de armas de destrucción masiva.



"La cooperación necesaria implica que Irak debe declarar todos sus programas de armamento. El de la inspección no es un juego del escondite. Aunque ha contestado algunos interrogantes, todavía quedan algunos pendientes", agregó.



Mohamed El Baradei, encargado de la parte nuclear de las inspecciones, dijo por su parte que «hay que pasar de la cooperación pasiva a la activa».



Irak tampoco ha respondido a preguntas claves sobre el destino que tuvieron los agentes químicos y biológicos con que contaba, como el gas BX y la bacteria del ántrax, empleados como armas antes de la Guerra del Golfo Pérsico en 1991.



«En cuanto al ántrax, Irak dice que los destruyó todo en 1991, pero no ha presentado pruebas suficientes, y tenemos indicios de que aún cuenta con alguna cantidad. También en 1991, Irak declaró 600 kilos de otro material letal. En 2002, volvió a hablar de este material pero ya no decía cuánto tenía», explicó Blix.



El jefe de inspectores se quejó además del poco acceso que ha tenido para entrevistarse en privado con los científicos iraquíes. Cuando ha conseguido conversar con ellos siempre era interrumpido por personal del gobierno iraquí o lo propios científicos solicitaban que hubiera un tercero representante del régimen.



Hallazgos



Las interrogantes -sin respuesta- más importantes para los equipos de la Comisión de Inspección, Monitoreo y Verificación de armas de las Naciones Unidas derivan de una serie de hallazgos oscuros.



Entre estos, se cuentan los miles de documentos relacionados escondidos en la casa de un científico iraquí y otro unas 16 ojivas nucleares vacías y no declaradas de armas químicas, así como también piezas mecánicas importadas ilegalmente que se usan en los programas de misiles.



"En cuanto al documento de la Fuerza Aérea, éste fue hallado por un inspector en una caja fuerte, en 1998. Después se lo quitaron los iraquíes. El documento ha sido ahora presentado, e indica que se lanzaron 1.300 armas químicas en la guerra, pese a que en su día Irak dijo que eran 1.900. Faltan 500″, dijo el inspector.



«También encontramos ojivas nucleares en un búnker. Irak sostiene que las pasó por alto en la última inspección", dice el informe. En los últimos años, Irak ha hablado de actividades legales concernientes a misiles: "Sabemos que ambos tienen un alcance mayor al declarado, así como un perímetro más grande", afirmó el inspector.



Blix continuó su recuento: "Los iraquíes aseguran siempre que no tienen nada prohibido y piden la presunción de inocencia para ellos. Pero nadie tras las inspecciones del 91 puede presumir que Irak no cuenta con estos productos y armas. Hasta ahora, hemos hablado del hallazgo de ojivas vacía. Irak dice que lo investigará. ¿Por qué no hace eso en todas partes?».



Mohamed El Baradei, encargado de la parte nuclear de las inspecciones consideró importante que Irak no haya dado ninguna información nueva relativa al diseño de armas.



Reacciones



Presentado el crucial informe, el embajador de EE.UU. ante la ONU, John Negroponte, estimó que todavía «no hay nada que avale» que Irak esté cumpliendo la orden del Consejo de Seguridad de la ONU de desarmarse. Según el diplomático estadounidense, el hallazgo de una docena de ojivas vacías de armas químicas y de 3.000 páginas de documentos que no fueron incluidas en la declaración de armas presentada por Irak son pruebas materiales del incumplimiento.



Esta postura no es concordante con la postura del jefe de inspectores para quien no basta la presunción de que Irak tiene armas de destrucción masiva, y que hacen falta más pruebas. La información facilitada por Bagdad es «inexacta e incompleta», subrayó Negroponte, quien añadió que el Consejo de Seguridad «debe ahora afrontar sus responsabilidades».



En tanto, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer dijo que lo importante es decidir si Irak cumple o no con las resoluciones de la ONU. «Si la respuesta es que sí cumplen, pero parcialmente», entonces equivaldrá a decir que no cumplen".



Agregó que Irak debe facilitar una «plena, definitiva y completa» relación de sus arsenales. «Al ritmo actual de cooperación por parte de Irak, los inspectores tardarían casi 300 años en encontrar el resto de armas que (…) tiene Saddam Hussein», dijo Fleisher. "No se puede dar más tiempo a Irak para que siga engañando».



En Irak, Mohamed Muzafar Al Adham, diputado y destacado miembro del Partido gobernante «Al Baaz», consideró que el informe presentado al Consejo de Seguridad «tiene muchos puntos positivos». Aseguró que Irak «proseguirá la cooperación con los expertos de la ONU» y que el Gobierno iraquí «está dispuesto a permitir el acceso de los inspectores a cualquier lugar que quieran visitar, ya que no poseemos armas de destrucción masiva y no tenemos nada que ocultar».



Reacciones de los otros socios



Con una visión distinta a la de la Casa Blanca, el embajador francés en la ONU, Jean Marc LaSabliere, señaló que las inspecciones están produciendo sus resultados y el proceso debe continuar durante el tiempo que sea necesario. «Pueden ser semanas o meses, lo que sea necesario para que continúe el mecanismo de inspecciones que establecimos al aprobar la resolución 1441», manifestó.



Por su parte, el embajador chino, Zhang Yishan señaló que «no hay ninguna razón para paralizar el proceso de las inspecciones». Rusia, a través de su embajador Sergei Lavrov, manifestó que Irak está intentando cooperar activamente, lo que supondría que debería alentar, y destacó que «los recientes hallazgos no deberían cambiar la presunción básica en la que trabajan los inspectores".



El embajador británico, Jeremy Greenstock, manifestó que este debate no será necesariamente concluyente y que ha quedado claro para todos los miembros del Consejo que «esto no se resolverá de forma pacífica dentro del proceso de las Naciones Unidas», si no hay una cooperación completa por parte de Irak.



Antes de entregarse el informe de Blix, la Unión Europea (UE) se pronunció a favor de continuar las inspecciones en Irak, pero alertó a Bagdad de que debe aprovechar esta última oportunidad como baza para una solución pacífica a la crisis.



La UE hasta ahora se había mostrado dividida ya que el Reino Unido había dado total respaldo a Estados Unidos, y España un respaldo parcial, mientras que Francia y Alemania se habían decantado en contra de una invasión de Irak.



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