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Siria se pone en la mira de Bush

Miles de voluntarios árabes han recibido autorización del Gobierno sirio para cruzar la frontera para combatir con el ejército iraquí contra las tropas anglo-estadounidenses, informa hoy en exclusiva el diario independiente Haaretz. La mayoría son ciudadanos sirios y viajan a las zonas de Kirkuk y Mosul, en el norte de Irak, agrega el rotativo de Tel Aviv.


El secretario estadounidense de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, acusó recientemente a Siria e Irán de transferir armas a Irak pero no mencionó el paso de voluntarios, que comenzó recientemente junto con el de decenas de palestinos procedentes de campos de refugiados de el Líbano.



Un avión estadounidense causó la muerte a cinco de los palestinos cuando uno de sus misiles alcanzó un autobús que llevaba a esos primeros voluntarios.



Las autoridades sirias invitaron recientemente a periodistas destacados en ese país a visitar sus dos pasos fronterizos con Irak para mostrar que estaban cerrados pero los voluntarios cruzan la frontera a pie y son recogidos por camiones en suelo iraquí.



Esos camiones, indica el Haaretz, se dirigen a Mosul y Kirkuk, en el noreste de Irak, por rutas que no han sido ocupadas aún por los aliados. No se sabe quien recibe a esos voluntarios, dónde se alojan ni cómo están organizados, agrega.



En un principio, los voluntarios eran palestinos y libaneses pero luego creció el número de sirios entre ellos, y se calcula que actualmente el flujo es de miles de hombres.



El viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, informó hace dos días que los voluntarios de distintos países árabes -no identificados- actualmente en Irak son alrededor de 4.000.



Los gobiernos de Jordania, Turquía e Irán, que tienen como Siria una frontera común con Irak, las han cerrado e impiden el paso de personas al territorio iraquí.



El Haaretz informó hace unos meses de que Siria, enfrentada políticamente con Bagdad durante los ocho años de la guerra que en 1979 lanzó el presidente Sadam Husein contra Irán, adquirió armamento en países de Europa oriental para Irak.



Esos equipos militares llegaron por el Mediterráneo hasta el puerto sirio de Latakia, y desde allí por tierra a Irak.



Hasta la fecha se desconoce la cantidad exacta de tanques, motores y aviones llegaron de esa manera, en convoyes, a bases militares iraquíes.



Según el rotativo, Washington prefirió «mirar hacia otro lado» con la esperanza de obtener informaciones de Siria sobre la organización islámica Al Qaeda, a la que EEUU atribuye la destrucción de las torres gemelas de Nueva York del 11-S.



Esas informaciones procedentes de Damasco, aparentemente, fueron las que permitieron capturar células de Al Qaeda en España y Alemania, agrega el Haaretz.



Advertencia de EEUU



Ante la eventualidad de una "internacionalización" de la defensa iraquí, el Gobierno de EEUU redobló, en las últimas horas, sus advertencias a Irán y Siria para que actúen «de forma responsable» porque, de lo contrario, tendrán que atenerse a las consecuencias.

En los últimos días, Washington parece haber ampliado su punto de mira más allá de Irak y ha acusado públicamente, en duros términos, a Siria e Irán de haber prestado ayuda militar a Bagdad y de apoyar al terrorismo.



«Teherán debe parar de buscar armas de destrucción masiva y los medios para usarlas», afirmó Powell el domingo en relación con el programa nuclear de Irán.



Las autoridades iraníes afirman que su programa nuclear tiene como objetivo producir electricidad mientras que Washington mantiene que busca desarrollar bombas nucleares.



Powell también pidió a Irán «que termine su apoyo a los terroristas, incluidos grupos violentamente opuestos a Israel y al proceso de paz en Oriente Medio».



Con respecto a Siria, Powell afirmó que Damasco tiene que elegir: «puede seguir apoyando directamente grupos terroristas del régimen moribundo de Sadam Husein, o puede tomar un camino diferente y con más esperanza. En ambos casos Siria es responsable por sus decisiones y por sus consecuencias».



Las declaraciones de Powell se unen a las efectuadas el viernes por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien acusó a Siria de proporcionar a Irak material militar, como gafas de visión nocturna.



Rumsfeld advirtió a Siria de que Estados Unidos considerará ese tipo de prácticas «un acto hostil».



Cuando se le preguntó si sus declaraciones representaban una amenaza del uso de la fuerza militar contra el régimen de Damasco, Rumsfeld declaró: «estoy diciendo exactamente lo que estoy diciendo. Me he expresado de una manera muy meditada».



Además, en su intervención del viernes Rumsfeld aseguró que guerrilleros «obviamente entrenados en Irán» se encuentran en Irak y advirtió que si interfieren con las tropas estadounidenses se les considerará «combatientes enemigos».



Sin embargo, en declaraciones desde la base del Mando Central de EEUU en Doha, el subdirector de operaciones, general Vincent Brooks, declaró que desconoce que los soldados iraquíes hayan podido usar gafas de visión nocturna procedentes de Siria.



«Por lo que yo sé no hemos visto ninguna hasta ahora… no me consta que nadie haya encontrado ninguna», apuntó el general.



Hace una semana, la Casa Blanca denunció también que Rusia estaba suministrando a Irak material prohibido por las resoluciones de la ONU, incluidas gafas de visión nocturna y lanzadores de misiles, pero -al menos públicamente- no recurrió a un lenguaje tan amenazador.



Las acusaciones contra Irán y Siria y la aparente ampliación del punto de mira estadounidense, que deja de fijarse exclusivamente en Irak, han causado sorpresa entre los círculos diplomáticos en Washington.



Tanto Damasco como Teherán han adoptado una postura especialmente crítica de la campaña estadounidense en Irak y algunos analistas han apuntado que las declaraciones del Gobierno de EEUU pueden representar un mecanismo para acallar esa oposición.



Irán es, junto a Corea del Norte e Irak, uno de los países que el presidente estadounidense, George W. Bush, ha incluido en el llamado «eje del mal».



Damasco, por su parte, es el único país árabe representado en el Consejo de Seguridad de la ONU y el más radical a la hora de expresar su oposición a una guerra en Irak.



El propio presidente sirio, Bachar el Asad, ha expresado su deseo de una derrota de EEUU.



Siria teme que pueda ser el próximo objetivo si el conflicto en Irak resulta favorable para Estados Unidos: Damasco quedaría en una «pinza» entre Israel y un gobierno iraquí pro americano.



Además, es el único país fronterizo con Israel que rechaza el llamado «mapa de rutas» para la creación de un Estado palestino, que Estados Unidos ha prometido publicar tan pronto como se demuestre que el nuevo primer ministro palestino, Majmud Abás, goza de competencias real.



Ollas comunes



Imágenes mostradas por la cadena árabe de televisión satelital «Al-Jezeera» dan cuenta del surgimiento de ollas comunes destinadas a alimentar a los voluntarios de las milicias iraquíes en las barricadas de la capital iraquí.



Las imágenes, captadas por un equipo basado en esta ciudad, deja ver a grupos de amas de casa preparando comida en sus viviendas y sirviéndolas a los milicianos en sus propias barricadas, mientras se escuchan disparos y explosiones.



«Esto es lo menos que podemos hacer por nuestra patria, hijos, esposos y hermanos, que luchan por nuestro país. Ellos necesitan de nuestra ayuda», explicó una de las mujeres.



Los milicianos manifestaron su agradecimiento a las mujeres iraquíes «que desde el primer día de la guerra (el 20 de marzo), nos ayudan con almuerzos y cenas», señaló uno de ellos.



Miles de voluntarios y milicianos del partido gobernante Baas, y de los Fedayin Sadam (los comandos del presidente iraquí, Sadam Husein), se encuentran destacados en barricadas y trincheras en puntos estratégicos de la capital iraquí, para hacer frente a las tropas anglo-norteamericanas.



El Mostrador/EFE



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