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Un apagón que trae algo de luz

Bill Richardson, ex Secretario de Energía y hoy Gobernador de New México, ha calificado a EEUU de superpotencia con una infraestructura de país del Tercer Mundo. El apagón de más de 24 horas que tuvo sin energía a 58 millones de norteamericanos a los dos lados de la frontera, parece darle la razón.


Todavía no se recupera del todo el funcionamiento de la gigantesca red de energía y se anuncian nuevos cortes graduales antes de volver la normalidad. Con todo, EEUU tiene un problema más profundo que el de una infraestructura energética que se recalentó por una falla de sincronización y desfase. Espada de Damocles que justificó el reciente viaje del Presidente George W. Bush al África.



El factor petróleo no es ajeno a este sorpresivo corte que, rápidamente, el público norteamericano atribuyó a un nuevo y anunciado ataque de Al Qaeda. "Agudizar problemas en el sector energético en EEUU y en los países de Europa que apoyaron la invasión no deja de ser preocupante, y es un objetivo que no puede soslayarse. Más aun, es mucho más inteligente acosar los mercados, hacer disparar los precios y generar la incertidumbre en el corto plazo", sostiene Mike Tinny, un consultor en energía.



Según Tinny: "el petróleo y otras fuentes de energía como el gas natural, el carbón y las plantas nucleares, funcionan en una estructura con una alto nivel de intersección. No es un problema de viejas plantas o plantas mal mantenidas. El tema es más serio y tiene que ver con la carencia de una política energética en los Estados Unidos y en el Reino Unido".



La salvación o maldición del petróleo



La vulnerabilidad energética de EEUU es el real motivo tras la invasión a la segunda reserva mundial de oro negro. Sin embargo, Washington enfrenta la paradoja de no tener los fondos para sostener una larga ocupación de Irak que lo ponga a cubierto de los vaivenes que experimenta el suministro interno y externo de energía y que amenazan su seguridad.



De este modo, el apagón del jueves pasado se relaciona con la invasión y ocupación de Irak. Estados Unidos necesita normalizar el país medioriental para volver a bombear petróleo iraquí. De lograrlo, reduciría la incertidumbre sobre el futuro de la OPEC y su dependencia del bloque de países productores.



"Nunca EEUU ha sido más dependiente de que la globalización funcione realmente y no sea un buzzword [palabra en boga] para las explicaciones fáciles", afirma el analista del semanario de Economía y Política de Nueva Delhi, N. P. Sharma.



La OPEC controla cerca del 60 por ciento del mercado del crudo, según explica M. Lynch, analista del Centro de Estudios Estratégicos de los Emiratos Árabes. Lynch cree que el pánico creado en torno de las crisis petroleras es, en parte, infundado, porque existe una barrera que separa el análisis económico del geopolítico. "Ambos parten de premisas diferentes y no confluyen. El pánico es cortoplacista porque, a la larga, lo que funciona es el mercado. Que es el gran estabilizador, incluso en el tema de las reservas", afirma Lynch.



Según este análisis, "la tendencia en el mercado del crudo apunta a la uniformidad de las reglas del juego para todos los países productores de la OPEC, o extra OPEC que funcionan en forma independiente. Todos los flujos de crudo tienen que ponerse de acuerdo y para eso está el mercado".



Sin embargo, para Mike Tinny el problema energético no ha sido abordado con la suficiente dedicación en su aspecto global. "Se han analizado los temas de la energía en estancos verticales, observando la eficiencia en cada renglón. Hoy, con los apagones, se ha visto que el tema es integral. La electricidad depende cada vez más del petróleo en todo sentido. Es parte de su engranaje interno".



Según datos del Departamento de Energía, los stocks de gas natural para el próximo invierno son un 20 por ciento inferiores a las reservas del año pasado. Lo que no significa que EEUU se vaya a quedar sin calefacción el próximo invierno. Pero si es una advertencia sobre un sistema que, gradualmente, comienza a funcionar en el límite.



Coincidentemente, las zonas que sufrieron el impacto del apagón son aquellas que más energía demandan en los meses de duro invierno del norte de EEUU y el sur de Canadá. Es una zona crítica que demanda niveles superlativos de energía durante todo el año. Es un área que consume más de la mitad de la energía que requieren todos los países de la zona mediterránea de Europa. Es como si se quedaran sin electricidad Francia, Italia y España al mismo tiempo.



Un analisista económico calculó las pérdidas provocadas por el apagón del jueves en 5 mil millones de dólares, según dijo a El Mostrador.cl, Julian Borger, quien escribe para The Guardian. Sin embargo, otros analistas contactados sostienen que el mayor impacto se da en el plano subjetivo. "Se están sucediendo demasiados eventos adverso en muy poco tiempo, y todos afectan la vida diaria de las personas. Cada día nos acercamos más a la situación vivida durante la guerra de Vietnam; una psicosis colectiva que ve a la nación al filo del desastre", afirma la socióloga Sharon Wright.



Todo bien en el frente oriental



Mientras el Departamento de Estado lanza una circular de alcance mundial que da cuenta «de lo bien que marchan» las cosas en Irak, intelectuales, como Vargas Llosa, apadrinados por las fuerzas de ocupación, se encargan de difundir los horrores del régimen del depuesto Sadam, en un intento de legitimar la ocupación.



Sin embargo, la guerra y la ocupación, que aún no tiene fecha de término, presentan un cuadro de marcadas inconsistencias y situaciones inexplicables. Según los partidarios de la ocupación, este estado de situación es percibido así sólo por aquellos que promueven una visión sesgada. Para ellos, en cambio, en Irak se lleva a cabo un plan cuyos objetivos se están cumpliendo. Argumentando que el pueblo iraquí vive hoy más libre y que está construyendo su democracia.



Bajo este prisma, los métodos empleados en Irak están plenamente justificados y toda contra argumentación, es secundaria. Es decir, los cuestionamientos sobre los procedimientos empleados, al límite de la ética y el avasallamiento del derecho internacional, corresponden a un ejercicio inútil.



Una opinión similar tiene Bob Redaway, analista norteamericano con 30 años de experiencia: "Los asesores de Bush han impuesto la agenda, tienen las armas que hoy son más importantes que una economía precaria", afirma.



Un golpe global



La invasión a Irak se ha constituido, de hecho, en un golpe de Estado de alcance mundial, al afectar, indirectamente, el Estado de Derecho de todos los países. La aplicación de la nueva doctrina de seguridad basada en la acción preventiva, ha sido una advertencia para aquellos ilusos que aún sostienen que los Estados de Derecho están protegidos por una jurisprudencia soberana y el derecho internacional. Los analistas deberían, entonces, revisar sus estudios.



Lo que parecía ser un breve período de estabilización en un país invadido, se ha transformado en otra zona del Medio Oriente en permanente desgarro. Ahora, ya no es sólo la franja de Gaza u otras zonas del territorio palestino transformadas, hace 53 años, en el Estado de Israel. Ahora es Irak, su territorio, el país elegido de plataforma de seguridad para el abastecimiento del petróleo del primer mundo.



Lo que palpamos diariamente es producto de la euforia por instalar un diseño de dominación unilateral en el área. También, observamos la "frigidez" de organismos y normas internacionales incapaces de contener la construcción del nuevo diseño. La ONU, atrapada en su inoperancia, sigue renuente a respaldar la guerra o a condenarla abiertamente.



Los conceptualizadores y ejecutores de este diseño se han apropiado de la información y tratan de alejarla del público, pese al reclamo de la prensa que ha llamado, consistentemente, al episodio Irak como un absurdo injustificado.



La gente desconfía y se mantiene alerta ante un intento de implantar evidencias. La impotencia de la inteligencia aliada la expresó J. Freeland en The Guardian, cuando afirmó que: "la inteligencia británica debe explicar o asumir que fue engañada", con lo que se subentiende que fue la población mundial la engañada, por medio de una prensa que se cuadró con la invasión.



En Irak, el afamado ministerio de Información, que restringía los movimientos de la prensa, ha sido reemplazado por la oficina de Paul Bremer. Los medios independientes aún no obtienen visados y el foco de atención se centra en cooperar con las cadenas de los EEUU y el Reino Unido. Es el mismo escenario del periodo de la guerra. Sin embargo, EEUU declara que hoy circulan más de 20 medios escritos en Irak.



Para paliar esta insuficiencia básica de información, que se ha convertido en falla central de la credibilidad, los planificadores de esta guerra han establecido una pauta comunicacional que no deja espacio a las dudas: "Somos el poder dominante en el mundo y bien que sea, porque transmitimos democracia y bienestar. Irak progresa día a día", declaró recientemente el secretario de Defensa de Bush, Donald Rumsfeld, al canal Fox.



Las embajadas de los EEUU repartidas por el mundo se han acercado a los medios locales para difundir ese mensaje, como quedó en evidencia en Chile durante esta semana. La verdad es que no hay razón para asombrarse con esta pauta. Ella continúa el mismo patrón que se perfiló desde que se negoció la invasión y la posterior reconstrucción de Irak, en la oficina del Secretario General de la ONU, a espaldas del Consejo, y que, finalmente, fracasó. Cuestión que no se ha zanjado, y que es la causa central del curso de inconsistencias observadas en las recientes resoluciones del Consejo de Seguridad.



A pesar de la presencia de un representante especial de la ONU en Irak, y de haberse establecido un gobierno provisional, "todos han perdido la paciencia ante la carencia de un marco de acción que unifique los criterios. La ONU no sólo tiene su protagonismo embargado, sino que tampoco tiene acceso a la información disponible", se queja un funcionario apostado en Irak.



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