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Seguridad y datos privados

Las líneas aéreas europeas deberán entregar 34 datos sobre cada pasajero que viaje a Estados Unidos . Así lo han establecido, en un principio de acuerdo, la Comisión Europea y Washington, después de meses de negociaciones. El gobierno norteamericano también aceptó guardar los datos solamente durante tres años y medio, y no siete, como quería en un comienzo.


La petición estadounidense de los datos de los pasajeros provenientes de Europa se convirtió en exigencia a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Desde ese momento y aún cuando todavía no hubiera acuerdo con la Unión Europea, los datos eran facilitados por las compañías, a menudo sin que los usuarios lo supieran.



La información, que cada pasajero entrega al reservar o comprar su billete, incluye números de las tarjetas de crédito, direcciones de contacto, números telefónicos y direcciones electrónicas. Las compañías que quisieron oponerse a la exigencia norteamericana fueron amenazadas con la pérdida de sus derechos de uso de los aeropuertos en Estados Unidos.



El Parlamento Europeo estimó que tales prácticas violaban los derechos europeos sobre privacidad de los ciudadanos y pidió a la Comisión Europea que reglamentara claramente el tema con Estados Unidos. En el principio de acuerdo alcanzado se han reducido de 39 a 34 los datos facilitados por las compañías a las autoridades norteamericanas y se redujo el tiempo de almacenamiento a tres años y medio.



El Comisionado Europeo responsable de las negociaciones, el liberal holandés Frits Bolkenstein, calificó el acuerdo de aceptable. Sin embargo, la europarlamentaria Johanna Boogerd, del partido holandés Demócratas 66, dijo que aún no estaba totalmente convencida.



Para Boogerd, faltan garantías de que los datos serán manejados con la debida cautela: «Me preocupa la protección de los ciudadanos» dijo la europarlamentaria, «se conocen ejemplos de personas que tuvieron simplemente problemas de visado, pero fueron detenidas en Estados Unidos sin derecho a proceso».



Johanna Boogerd quiere que la Corte de Justicia Europea estudie este principio de acuerdo con Estados Unidos. Otra europarlamentaria, Kathelijne Buitenweg, de los Verdes de Izquierda de Holanda, tampoco se ha mostrado muy entusiasmada con lo acordado.



Buitenweg no entiende por qué los pasajeros deben entregar los datos de sus tarjetas de crédito a las autoridades estadounidenses. La europarlamentaria teme que Estados Unidos utilice la información para crear un gigantesco banco de datos sobre todos los ciudadanos del mundo.



La concesión estadounidense de guardar los datos «sólo» durante tres años y medio tiene la apariencia falsa de un compromiso: «Tres años y medio es evidentemente un plazo menor que la propuesta norteamericana de siete años, o cincuenta, pero según la agencia europea que se ocupa de la privacidad de los ciudadanos, rebasa toda proporción», dijo la europarlamentaria.



Un grupo de especialistas en privacidad se encargará ahora de estudiar la propuesta que, si dependiera del Comisionado Bolkenstein, entraría en vigencia en marzo próximo, o incluso antes, si consiguiera la aprobación del Parlamento Europeo.



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