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Combatiendo los ataques cerebrales

Los accidentes vasculares encefálicos son considerados la primera causa de discapacidad en adultos, la segunda causa más común de demencia y la tercera de muerte en países occidentales, lo que explica la creciente preocupación por el tema fuera y dentro del país.


La mayoría de los accidentes vasculares encefálicos ocurren en mayores de cuarenta años. Aunque la incidencia de estos problemas en grupos más jóvenes ha ido en aumento, los adultos y adultos mayores siguen siendo quienes más sufren ataques cerebrales, por lo que requieren de una prevención adecuada para evitar males mayores.



Los accidentes vasculares encefálicos (AVE) son considerados la primera causa de discapacidad en adultos, la segunda causa más común de demencia y la tercera de muerte en países occidentales, lo que explica la creciente preocupación por el tema fuera y dentro del país.



El director médico de la clínica de rehabilitación Los Coihues, Ricardo Eckardt Labbe, explica que los ataques cerebrales se producen cuando se rompe u obstruye una arteria del cerebro, lo que puede manifestarse a través de un infarto cerebral, una embolia, una hemorragia del cerebro o bien una trombosis.



Eckardt precisa que los infartos cerebrales ocurren cuando un vaso sanguíneo cerebral se tapa (no llega sangre al tejido cerebral), que son los AVE más frecuentes y que tienen una incidencia mayor en personas con más de 50 años.



Agrega que la embolia es el bloqueo súbito de la sangre que llega al cerebro y que una hemorragia cerebral ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y la sangre invade el tejido cerebral. Una trombosis, en tanto, es la aparición de un coágulo dentro del torrente circulatorio.



Respecto de los síntomas para estos distintos tipos de AVE, el fisiatra plantea que "en el caso de las hemorragias, producidas por aneurismas o no, en general el cuadro es súper agudo, por lo tanto no hay ni siquiera tiempo de consultar. Ahí hay que partir inmediatamente a urgencia".



En el caso de los infartos la cosa es un poco más lenta, asegura. "La persona empieza a sentir sensaciones o hechos anormales, como es pérdida de fuerza en el lado contralateral a donde se produce el infarto, problemas de la sensibilidad o que empieza con trastornos del habla, o que empiezan a hablar incoherencias o mareos. Casi siempre hay algún hecho raro en un lado del cuerpo, que es lado contrario a donde se produce el infarto. A veces incluso pueden debutar con pérdida de conciencia", dice.



Acerca del tratamiento que necesitan los afectados por un accidente de estas características, el especialista afirma que las secuelas de este tipo de accidentes pueden ser "daños motores, sensitivos, de lenguaje, cognitivos, en la memoria, en la atención, en la concentración", los que requieren de distintos tratamientos.



Por ello recalca que "el concepto fundamental es que los pacientes deben tratarse en centros de rehabilitación que tengan todos los profesionales del área", vale decir, "kinesiólogos, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, sicólogos, asistente social, nutricionista, etcétera y obviamente médicos de las distintas especialidades y enfermeras especializadas porque el accidente vascular no sólo involucra la parte motora del cuerpo, si no que es eso más otras alteraciones del lenguaje o de la parte cognitiva", enfatiza.

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