Publicidad

Unión Europea aprovecha crisis de EEUU y se consolida

Pese a los altos niveles de cesantía y la imposibilidad de controlar la inflación y el déficit fiscal, la crisis que vive Estados Unidos -y con ello el dólar- es lo que ha hecho que el metal europeo siga erigiéndose como la nueva moneda fuerte. Tanto así que países como China ya tienen más del 10 por ciento de sus reservas en euros, por considerarlo »más seguro».


Aunque algunos países han comenzado a guardar sus reservas en euros, pues ven en esa moneda un sistema más estable que el dólar, analistas de la región comienzan a mirar con preocupación los "males" que están afectando a los países que conforman la Unión Europea, especialmente la cesantía y el déficit fiscal.



Uno de los principales problemas que aquejan actualmente a la Unión Europea es la cesantía. Los países bordean el 10 por ciento de desocupados, pero en las regiones incluso se alcanza el 20 por ciento de desocupación. Sólo entre "los 15" suman más de 15 millones de cesantes, y quienes encabezan la lista son Alemania (4 millones), Francia (3 millones) y España (2 millones).



A la cesantía que afecta a los grandes se suma el que los países no han podido cumplir con las normas impuestas de inflación y déficit. Pese a esto, la crisis que vive Estados Unidos -y con ello el dólar- es lo que ha hecho que el metal europeo siga erigiéndose como la nueva moneda fuerte. Tanto así que países como China ya tienen más del 10 por ciento de sus reservas en euros por considerarlo "más seguro".



A juicio del analista y profesor de la Universidad de Berlín, Ignacio Sotelo, uno de los ejemplos que ratifican la fortaleza que ha adquirido el euro como moneda es que "España no habría podido retirar sus tropas de Irak con la peseta, porque Estados Unidos habría presionado sobre la moneda y con ello el descalabro económico para España. En cambio el euro es una moneda fuerte que Estados Unidos no puede presionar".



No obstante, Sotelo asegura que una de las fortalezas del euro "es precisamente la debilidad que demuestra hoy en día el dólar".



En este panorama -alta cesantía e incapacidad por detener el déficit fiscal en varios países de la UE- el "estado social" ha comenzado a debilitarse y a mostrar su lado no tan amable: muchos países, especialmente Inglaterra, Francia y Alemania ya no tienen cómo seguir costeando los seguros sociales -pese al alto nivel de impuestos- lo que ha generado una crisis en el sistema. Crisis del cual los gobiernos están concientes, pero que de resolverla sería la muerte política de los partidos que la impulsen.



Déficit en la UE



Aunque fue Alemania quien impuso la regla de que el déficit fiscal de los países que utilizaran el euro como moneda no debían pasar del 3 por ciento, esta meta ha sido difícil de acatar incluso para los mismos alemanes.



El primero en romper la regla fue Portugal, razón por la cual el Consejo Europeo multó fuertemente al país. Sin embargo, Francia y Alemania también rompieron la regla. Fue justamente en ese momento cuando los países chicos se sintieron pasados a llevar: el Consejo Europeo les perdonó la multa a los grandes y con ello se demostró que pese a los intentos por ser "iguales", las reglas de la UE desde ese día en adelante sería "somos iguales, pero habemos unos más iguales que otros".



El escándalo político que esto generó llevó a que Portugal no pagara la multa impuesta y que quedara como precedente que los países no necesariamente debían cumplir con las normas económicas impuestas. Este ha sido uno de los principales factores para que los países no se preocupen mayormente del déficit fiscal que producen, pues ha desaparecido la presión.



Pese a que, por el momento, el déficit de los países no ha sido escandaloso, algunos analistas sostienen que en unos años será éste el punto principal de la desestabilización de la moneda europea.



Cesantía: El camino sin retorno



Los altos niveles de cesantía que afecta a los países europeos, pareciera ser uno de los temas que más preocupa a la política actual. Esto principalmente porque el sistema social que protege a los desocupados no alcanza y genera deudas y porque tampoco existen expectativas reales de generar nuevos empleos.



Un caso concreto de la situación europea es Alemania, donde la reunificación ha generado un gran gasto económico en las zonas del este, aunque sin resultados concretos. Incluso hay ciudades en donde la desocupación alcanza el 20 por ciento.



Esto no sólo ha generado un conflicto a nivel nacional, sino que también ha trascendido a las fronteras, pues la explicación que da Alemania a la OPEP por sus niveles de gasto son precisamente que debe invertir en infraestructura y combatir la cesantía en el este. Pese a la explicación, las ciudades de la ex RDA no han aumentado sus niveles de producción ni han bajado los niveles de desocupación.



Los altos niveles de cesantía en el este de Alemania también han generado un gran movimiento migratorio hacia el occidente, lo que hace más difícil aún aumentar la producción en el este, pues quienes migran son precisamente la población activa.



Aunque parezca paradójico, la principal piedra de tope para reactivar el empleo es la tecnología. Aunque en un principio se esperaba que por cada empleo que desapareciera por culpa de la tecnología se crearían tres nuevos puestos de trabajo, eso en la práctica no ha sucedido.



Si bien la industria alemana ha repuntado en los últimos años, los puestos de trabajo no los han concentrado en el país, sino que las inversiones las están realizando en otros países del este, como China, donde la mano de obra es más barata y donde no tienen que ajustarse a las estrictas normas laborales alemanas.



La innovación de la tecnología también ha permitido la "deslocalización" de la industria. La tecnología permite, por ejemplo, que las operadoras telefónicas ya no estén en Alemania, sino en cualquier otro país donde la mano de obra sea más barata.



Un claro ejemplo de la dificultad alemana por construir nuevos empleos son las obras de infraestructura en el este. La mayoría de las empresas que se adjudicaron las obras no son alemanas y sus trabajadores son de otros países europeos, especialmente polacos.



Mirando a los conservadores



En medio de la cesantía, las zonas del este alemán han comenzado a mirar la postura conservadora. Estos grupos proponen salirse de la Unión Europea y avalan el nacionalismo. Aunque esta vez su blanco no son los judíos o los homosexuales, un creciente racismo amenaza a las ciudades frontera. Los principales blancos son los checos, los polacos y la población turca por considerarlos "negros". Es decir, gente que por la pobreza que azota a sus países migran hacia Alemania para encontrar mejores puestos de empleo.



Aunque hace unos años el crecimiento de los conservadores era algo casi impensable, pues en Alemania se decía que ya se había "aprendido de los errores" del pasado, en las recientes elecciones realizadas en Sajonia -región del este alemán-, los conservadores alcanzaron más del 10 por ciento de la votación.



A juicio de algunos analistas, esta situación se debe a la crisis que enfrenta la política alemana. "Existe un mismo discurso. Si se está en el gobierno se habla de terminar con el Estado social, si estás en la oposición el discurso es que el estado social no debe terminar por ningún motivo. Esto ha llevado a que la gente se desencante de la política y los partidos políticos pierdan cada día más militantes", asegura Ignacio Sotelo.



Pese a esto, la mayoría de los analistas coinciden en que si existe una posibilidad de terminar con la disyuntiva alemana entre crecer y no crecer tanto para que "no nos consideren peligrosos", es precisamente dentro de la Unión Europea.

Publicidad

Tendencias