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Elecciones en EEUU: las amenazas de guerra que no favorecen a Kerry

En los dos rubros -terror y fondos-, el partido republicano del Presidente es fuerte en manejo estratégico y mediático. Por el contrario, el partido demócrata de John Kerry es débil. Un paneo de prensa europeo independiente señala que el actual clima electoral es quizás el más distorsionado de la historia estadounidense, post segunda guerra mundial.


El referente del combate al terrorismo y el dinero disponible para la recta final de la campaña electoral, son los factores que decidirán quién será el presidente de los EEUU en éstas elecciones.



En los dos rubros -terror y fondos-, el partido republicano del Presidente es fuerte en manejo estratégico y mediático. Por el contrario, el partido demócrata de John Kerry es débil. Un paneo de prensa europeo independiente, sobre todo los análisis del The Guardian, señala que el clima electoral es quizás el más distorsionado de la historia estadounidense post segunda guerra mundial. El hecho es muy simple. Irak y Al Queda no son Viet Nam. Se ha demostrado, porque el clima de terror en los EEUU es interno y se ha trasladado a los puntos donde se juegan las primarias de los demócratas, reportan tanto Gary Younge como Julien Borger de The Guardian, que acompañan las primarias desde diferentes puntos.



Eso todo el país lo sabe y los estrategas de cada bando deberán organizar los pasos siguientes de una manera en que el clima de distorsión no les afecte. Sin embargo, el más afectado por la distorsión es el Partido Demócrata y Kerry, porque se encuentra en la encrucijada de condenar a la administración Bush y, por otra parte, dar muestras de solidez argumental y estratégica para hacer propuestas para que la población tenga pruebas palpables de que su administración será más segura que la de Bush. La tarea de convencer a la población, en este sentido, se ve casi como un imposible.



Nunca antes el partido demócrata se había visto en la necesidad de confrontar tantos obstáculos, al mismo tiempo, en una campaña presidencial. Ahora Kerry y su partido se enfrentan a un clima de tensión altamente desfavorable, en una elección que no es de clima normal. Así lo confirman analistas de la prensa británica, que acompañan la elección como si fuera el anticipo de la propia en el Reino Unido, dentro de poco tiempo.



En las últimas dos décadas en las elecciones prsidenciales de los EEUU, el factor del voto del indeciso ha marcado la diferencia al final, por eso que las encuestas anticipatorias apenas pueden dar una tendencia con márgenes de relativa amplitud. Ese grado de margen no existe.



En la pasada elección donde ganó Bush, el segemento de población de los indecisos oscilaba entre 20 y 25 por ciento. El factor más importante que determinaba el foto final del indeciso era el económico: ese segmento estaba determinado por el beneficio económico que hubiera recibido de la administración. Hoy día se observa que ese factor económico tiene un peso menor y los estrategas de Bush marcan el acento en los aspectos de seguridad.



En ese sentido, los efectos del informe del Senado, acerca del 11 de septiembre de 2001, favorece ampliamente esta estrategia basada en que bajo un clima de amenaza terrorista, la inclinación de la población, sobre todo de ese 20 a 25 por ciento indeciso, será favorable a quién está en el poder. En un clima de guerra al terrorismo, vence el presidente que está en la cima del tema, con todos las objeciones que se puedan emitir.

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